Los robots 'colonizan' Granada

Desde aquellos tiempos remotos el progreso ha sido constante hasta el extremo de que en 1939 otro señor de Pensilvania, del que sí se conocen todos sus datos de identidad con pelos y señales, Joseph Barnett, ingeniero de la Westinghouse Electric Corporation, creó Elektro, un humanoide que medía dos metros, pesaba 120 kilos, caminaba, hablaba 700 palabras, fumaba cigarrillos e inflaba globos. Un robot absolutamente rudimentario, pero que abrió un camino para la ciencia y la humanidad que hoy día no deja de sorprender y, por qué no decirlo, de asustar.

Por este motivo, usted no debería de perderse 'Robots', una espectacular exposición del Parque de las Ciencias de Granada que, por aquello de la pandemia y los confinamientos, quedó 'oculta' para gran parte de la opinión pública prácticamente desde el mismo momento que abrió sus puertas.

'Robots', muy recomendable para familias con críos de todas las edades, se puede ver en el pabellón VíaLáctea del Parque de las Ciencias. Se distribuye en un espacio diáfano de quinientos metros cuadrados en dos alturas. Una muestra interactiva donde usted mismo, si le apetece, puede jugarse una partidilla de tres en raya contra un brazo mecanizado –el que suscribe lo hizo y acabó en tablas– o accionar todos los mecanismos del salón de una vivienda, como subir o bajar las persianas, enchufar las luces o encender la aspiradora poniendo sencillamente su mano sobre un sensor.

Además, tiene la opción de hacer el recorrido en solitario o hacerlo guiado por ADA, un autómata que ejerce como guía y que le explicará, por ejemplo, ingenios como el perro robótico Sarbot, que realiza tareas de búsqueda y auxilio de desaparecidos en terremotos y otras catástrofes, una réplica del Opportunity que la NASA mandó a Marte en el año 2004 y el vehículo submarino DNS Pegel o el aéreo no tripulado Falcon 8. Toda una experiencia ésta de dejarse llevar por un simpático aparatito que nos habla con la misma soltura que un ser humano.

Roberto Sánchez-Pérez es uno de los científicos del Parque que estuvo implicado en la organización y montaje de 'Robots', una producción para la que se ha contado con el apoyo del Museo Alemán de la Salud en el Trabajo y la Industria, que ha cedido algunas de las piezas. «A lo largo de la evolución, el uso de herramientas líticas permitió ampliar nuestro potencial a la hora de realizar labores cada vez más complejas», explica Sánchez-Pérez, quien agrega que «su continuo desarrollo nos ha llevado a diseñar tecnología cada vez más versátil con la que acometer trabajos que jamás habríamos sido capaces de realizar». «Pero las máquinas también están dentro de nosotros en forma de prótesis e implantes que nos sirven para reemplazar órganos o miembros, permitiéndonos realizar una vida normal».

«Hoy día –reflexiona Sánchez-Pérez– apenas podríamos vivir sin robots, porque su uso está extendido en todos los ámbitos». ¿Podrían fusionarse con el hombre?, ¿compartiremos un mundo en que ellos y nosotros seamos idénticos?, ¿lo tenemos controlado? Preguntas que quizá podrá responder en 'Robots', que invita al visitante a reflexionar, también, sobre las implicaciones éticas que supone la implantación generalizada de la robótica.

Demos un pequeño paseo por 'Robots'. En la zona introductoria, denominada 'Nacimiento del robot', observará ejemplares originales impresos de 'I Robot' (1950) de Isaac Asimov o 'Robots universales Rossum', publicada por Karel Capek en el año 1921. Aunque sin lugar a dudas, lo que resulta más sorprendente es el modelo animatrónico de un velociraptor articulado creado con finalidad científica, didáctica y artística para recrear el aspecto que tendría este dinosaurio del periodo Cretácico que existió en Asia hace unos setenta y cinco millones de años.

A continuación encontrará una sección dedicada a 'Robots en la vida diaria y el hogar'. Aquí destaca el Omnibot, ideado como asistente para el entretenimiento en 1985, aunque también los hay más actuales y de gran impacto social, como los que se accionan a partir de las órdenes verbales proporcionadas por nosotros mismos.La domótica se ha generalizado ya en la construcción de las nuevas viviendas.

Uno de los apartados más divertidos es el llamado 'Robots y entretenimiento'. Se muestran algunos desarrollos del famoso Furby, pero también del NAO, que fueron objeto de un curioso experimento en Alemania. Una fábrica los introdujo en sus cadenas de producción para observar hasta qué punto eran admitidos por los empleados de 'carne y hueso'.

Especialmente interesantes son los destinados al 'Cuidado de personas'. A través de Félix, que reconoce e imita las expresiones faciales, se explica el papel social que la robótica puede desempeñar en mayores, dependientes y en quienes viven solos. En un futuro no muy lejano se espera que auxilien a estos colectivos en quehaceres diarios como el aseo personal o en el recordatorio de ingesta de alimentos o medicamentos. En una vitrina verá el perro 'Aibo', fabricado por Sony en 1999 para ofrecer todos los beneficios que aporta la tenencia de un animal de compañía.

Otro de los expositores más interesantes es el de 'Medicina robótica'. El gran protagonista es el Da Vinci, que permite la realización de intervenciones quirúrgicas con precisión milimétrica en un set que puede estar a dos metros de la sala de operaciones o a siete mil kilómetros de distancia. El Parque de las Ciencias también expone 'La mano de la esperanza' para la rehabilitación de pacientes que han sufrido daños cerebrales o el corazón artificial implantable Reinhart 2014. Además, el doctor Robothespian le trasladará una cuestión cuanto menos inquietante: «¿te pondrías en mis manos?»

Pero sin lugar a dudas, la robótica industrial es uno de los grandes reclamos de 'Robots'.Mecanismos de grandes dimensiones como dos Kukas, uno de 2015 que salvaguarda la seguridad de los operarios accionando los frenos cuando se detecta un obstáculo en las cadenas de montaje y un KR que se emplea en los grandes sistemas de fabricación en sectores como el de la automoción. Además, el público puede admirar una copia de Eolípila, una turbina de vapor ideada por Herón de Alejandría en el año cien antes de Cristo, o el teléfono Pratique Type 10.

Dijo Isaac Asimov que la primera ley de la robótica es que «un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño». El tiempo dará o quitará razones.