Las recomendaciones literarias de la semana

Escrita en doble plano temporal, donde el pasado se funde con el presente, percibimos la importancia que tienen las palabras al sobrevivir al tiempo. Cost se mueve muy bien en este universo andalusí, nos hace respirar el polvo de las piedras de Medina Azahara. Buena prosa, elegante y discreta al estilo de los antiguos poetas. Un libro lleno de actualidad pero que no olvida la importancia del pasado.

Por Miguel Arnas Coronado

¿Le gusta a usted la novela negra? Pues este es su libro. Jesús Lens recoge en en su interior artículos aparecidos en este periódico IDEAL sobre esos temas. Incluye crónicas, más que reseñas, sobre libros escritos por granadinos, y otro tanto sobre textos editados en el resto de España, siempre contemporáneos. Habla, como no podía ser menos, del Granada Noir, festival especializado. Asesinatos, investigación por policías eficaces, corruptelas varias y, por tanto, denuncia social. Lens los recoge en este florilegio ofreciéndole al lector recomendaciones sugestivas, gozables si son seguidas y el libro es comprado.

Por C. de la Rosa

La creación de sagas literarias solventes de éxito se basa tanto en un correcto diseño de los personajes, con posibilidades de 'crecimiento', como en la concatenación de factores ambientales y de trama que las hagan atractivas al lector. En cierta medida, quien toma el segundo libro de una saga entre las manos, señal inequívoca de que le gustó el primero, espera pisar terreno conocido. Algo así ocurre con 'Purasangre', la segunda novela de la saga protagonizada por las ertzainas Lur de las Heras y Maddi Blasco. Una pareja, sí. De mujeres policías, sí. ¿Está muy visto? Lorenzo consigue que, a pesar de todo, suene a nuevo.

Por José maría garcía linares

Argüir que la poesía no puede cambiar el mundo, como argumento contra las posiciones más críticas del discurso poético, produce sonrojo e, incluso, desesperanza. Sonrojo porque es evidente. Desesperanza ante la miopía acomodaticia de quienes viven estupendamente entre premios, congresos y suplementos culturales (¿existen todavía?) de los grandes medios de comunicación. La poesía, es cierto, no cambia el mundo. Lo que sí que hace es cambiar a las personas para que sean ellas las que actúen en ese mundo en el que tantas cosas deberían ser modificadas. Por eso es tan importante impedir, desde las Instituciones del Estado, el correcto aprendizaje de la lectura en las escuelas. Esta es una de las tesis que Alberto García-Teresa lleva defendiendo y desarrollando desde hace décadas con trabajos teóricos tan relevantes ya como Poesía de la conciencia crítica (1987-2011), El verso por asalto o Para no ceder a la hipnosis. Crítica y revelación en la poesía de Jorge Riechmann. Estos trabajos críticos han ido acompañados siempre por antologías en donde el lector ha podido ir comprobando cómo los presupuestos teóricos de García-Teresa se materializaban en textos concretos que justificaban, verso a verso, cada una de sus argumentaciones y que defendían con uñas y dientes el significado real de conceptos como compromiso, conflicto, desigualdad, violencia de género, injusticia o atentado medioambiental, tan manoseados por el poder que hasta se invisibilizaban. Entre ellos Disidentes. Antología de poetas críticos españoles (1990-2014), Insumisas. Poesía crítica contemporánea de mujeres y la más reciente, la que nos ocupa, Última poesía crítica. Jóvenes poetas en tiempos de colapso, acompañado en esta ocasión por el poeta David Trashumante.

En esta era llamada «de la posverdad», la labor de un poeta, más que nunca, debe consistir en decir la verdad y denunciar la mentira, como nos enseñó en su día Noam Chomsky y tantos intelectuales cercanos al poder han olvidado (o han pretendido olvidar, que es mucho peor). Y esa denuncia es imprescindible porque la tarea de un poeta no puede ser otra que la de no negar el dolor. Esto también lo aprendimos leyendo a Ingeborg Bachmann y han sido muchos los que han preferido enterrarlo para llevarse unos euros (bastantes, y de todos) y algunas fotos.

'Última poesía crítica' es un paso más en la reivindicación de una poesía que no esconde la realidad. Dicen sus editores en 'Presentación': «Denominamos poesía crítica a conjuntos de poemas con una construcción ideológica y ética que exponen su disconformidad, que confrontan o que ponen en evidencia (no únicamente la documentan) las injusticias, las opresiones y las desigualdades.

Lejos del ruido mediático de los discursos imperantes y de la literatura hipermoralizada de estos tiempos, Soriano Bensusan vuelve a sorprendernos, al igual que la cuidada edición de la editorial Nazarí, con un poemario que lo es y no lo es en la medida que se aleja de las prácticas poéticas con sus usos convencionales y en el sentido de que el autor nos recuerda que la poesía, aun a pesar de lo que exprese, es juego con y del lenguaje, tanto en su significado como en su significante, y que ambas facetas son edificadoras y no sólo edificaciones del sentido. Es, en este sentido, Excerpta, como las anotaciones medievales de pasajes destacables, un edificio en construcción levantado con materiales de otros, un conjunto polivalente y poliédrico en el que encajan todos los relatos y discursos, un texto de hipertextos. Dividido en cuatro partes más una «Nota para lectores insatisfechos» y un epílogo, la obra envuelve a modo de laberinto al lector para recordarle su labor de interpretación y construcción del mismo, y cada una de las secciones es una experimentación o búsqueda de las posibilidades expresivas del poema, texto conformado o gestado por muchos textos y al que se invita, se incita, a los lectores a reinterpretar, reformular o reescribir. Soriano demuestra a las claras que toda escritura es un proceso de reescritura, que el poema es un lugar no de llegada, sino de paso por el que se transita en la provisionalidad de las palabras, artefactos de representación pero no lo real mismo, una forma ausente donde prima más el vacío que lanza sus hipótesis sobre la naturaleza misma de la existencia y la escritura.

Las acertadísimas notas iniciales del poeta Juan Peregrina son un texto más integrado en el libro, un camino que ya ha abierto la incógnita laberíntica a la que debe enfrentarse el lector con su bagaje experiencial y lector. Así mismo, el enorme aparato de citas son bastante más que una muestra erudita de erudición; muy al contrario, son hitos de un itinerario, señales de los interminables pasadizos de tonos, registros y fragmentos, en definitiva, textos del mismo texto.

Probablemente tenía razón George Steiner cuando decía que existían dos tipos de lectores: aquellos que leen los textos y aquellos que los anotan con un lápiz. También es probable que nombrar sea la única manera de diferenciar en el desproporcionado barullo de una realidad caótica y fragmentaria aunque no por ello ininteligible o tal vez nombrar sea constatarla inexistencia de las cosas. Por ello, lean este libro, anótenlo, háganlo suyo pero, recuerden, como si fuera un juego: leer es jugar, jugar es escribir. Excerptas.