«Sin un poco de esperanza no tendría demasiado sentido seguir el camino»
El 'poeta eléctrico', que dará un concierto para celebrar su primer disco en solitario, responde a sus propias frases de hace 25 años
Juan Jesús García
Miércoles, 8 de mayo 2024, 00:38
A finales de 1999, y unas fechas antes de que tuviéramos que hablar en pasado del siglo XX, José Ignacio García Lapido tuvo que reinventarse ... tras el punto final (entonces) de 091. Con aquellos 'Ladridos del perro mágico' nos empezamos a familiarizar con su voz, apenas conocida por algún tema suelto de su anterior banda. Como dijo entonces: «Si Dylan puede yo también», y comenzó su nueva etapa vital desde casi cero (sin segundas). Un cuarto de siglo después, con su vieja banda resucitada por segunda vez y él en plena forma autoral, recibió hace una semanas el homenaje de compañeros y feligreses de la iglesia lapidiana, en un acto (y un libro coral) sin antecedentes en Granada.
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¿Recuperado del baño de cariño y respeto? «No hay palabras. Profundo agradecimiento. Es algo que no voy a poder olvidar. Y todo el amor y el afecto recibidos espero poder devolverlos en forma de canciones, que es lo que sé hacer».
Y como es un hombre de palabra, la va a cumplir: el día 14 de diciembre dará en el teatro Cajagranada un concierto de '25 aniversario'. Una actuación «muy especial», y detalla: «En este tipo de conciertos de aniversario se suele mezclar lo emocional y lo artístico a partes iguales. Será una celebración por los 25 años transcurridos desde que inicié mi carrera en solitario, allá por el año 1999. Como echar la vista atrás antes de seguir el camino».
Y de eso trata este encuentro, de contrastar con el José Ignacio actual sus primeras opiniones en soledad, frases que él mismo dijo hace un cuarto de siglo.
–«Soy escéptico, pero creo que hay esperanza».
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–El escepticismo es un filtro necesario por el que pasa mi percepción de la realidad. Desconfío de las verdades absolutas y creo que la duda es una buena compañera para afrontar la vida, pero sin un poco de esperanza no tendría demasiado sentido seguir el camino. Digamos que me identifico con el desencanto esperanzado.
–«Triunfar es vivir de lo que te gusta».
–Qué remedio. Para mí, el rock primero fue una afición, un divertimento, luego se transformó en vocación y por último en profesión.
–«Me considero un bluesman».
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–(carcajada) Es verdad que lo dije y así me siento. He grabado algunos blues canónicos y otros más heterodoxos, y me encanta el género. No volveré a decir aquello de que tengo pendiente un disco monotemático de blues, pero si puedo, lo haré.
–«No he hecho este disco con ninguna visión comercial».
–Bueno… hay que matizar. Cuando se edita un disco se hace para venderlo, no para regalarlo, aunque en los tiempos que corren no estoy tan seguro, así que un componente comercial sí que hay a la hora de hacer un disco. Otra cosa es que el contenido se haga de una forma u otra para que con fines comerciales se adapte mejor a las corrientes de moda o al gusto mayoritarito del momento. Eso nunca lo he hecho ni lo voy a hacer.
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–«Un grupo está bien cuando tienes 18 años y lo haces con los amigos».
–(carcajada) Está claro que la contradicción es uno de los motores de la historia. Supongo que esa afirmación la hice en algún momento en los 20 años transcurridos entre que los Cero nos separamos en el 96 y nos volvimos a juntar en 2016. Y era cierto. Las bandas de rock cuando empiezan y sus componentes son muy jóvenes tienen un grado de afinidad muy grande. Nosotros lo teníamos, éramos cuatro, pero pensábamos como una sola persona. Luego las circunstancias hacen que la vida transcurra por otros derroteros y esa energía se diluya un poco. Los Cero, llegado el momento, decidimos que estábamos de nuevo preparados para recuperar esa energía y juntarnos de nuevo. Y aquí seguimos, alternando nuestras carreras con el grupo, felizmente resucitado.
–«El rock no cambió el mundo pero sí cambió la vida de muchas personas».
–Así es. Creo que desde que Elvis, Chuck Berry, Little Richard y todos los demás empezaron a darle forma al género, la vida de muchísimas personas en todo el mundo cambió, la mía entre ellas.
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–«No puedes hacer arte de una forma filantrópica. Picasso no regalaba sus cuadros».
–Supongo que cuando dije eso fue en aquellos años en los que se empezaba a vislumbrar el futuro tecnológico, aquel gran engaño auspiciado por las grandes compañías de telecomunicación, con la complicidad de algunos descerebrados, en el que se sostenía que la música debía ser gratuita, y era obligación del músico compartir su obra generosamente con el resto de la humanidad. En gran parte, viendo cómo se han desarrollado los acontecimientos, eso es lo que ha sucedido.
–«En el s.XXI habrá más tecnología pero la misma estupidez».
–No hacía falta ser un profeta para hacer esa profecía y acertar. A las pruebas me remito. Llevamos ya 24 años del nuevo siglo y no veo que las nuevas tecnologías hayan mejorado la especie.
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