Rosa, que representa a Despertar, juega en escena con su peluche, mientras Javier Hidalgo toca una de las piezas. Jorge Pastor

El Platero que nació en un colegio de Güevéjar

Alumnos de 8 años del CEIP García Lorca ponen en escena una espectacular adaptación de la obra de Juan Ramón manipulando títeres, automatismos y sombras chinescas

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 12 de junio 2025, 00:29

Rosa tiene nueve años y la mirada de un ángel. Duerme en el suelo abrazada a un peluche «pequeño, peludo y suave, con la apariencia ... de un ser de algodón». Las luces se encienden y Rosa, en la piel de Despertar, se despereza mientras Javier, el profe de música, comienza a tocar las teclas de su piano. Así empieza 'Despierta Platero', una preciosa adaptación de la obra universal de Juan Ramón Jiménez, 'Platero y yo', para el alumnado de Tercero de Primaria del colegio Federico GarcíaLorca de Güevéjar. Una representación que no se queda en la ternura de una historia llena de valores, sino que resulta absolutamente hipnótica.

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Porque los zagales, más de veinte, no solo se convierten en actores, sino en manipuladores de sombras, títeres y automatismos, simulan el sonido de los pájaros, se suben en zancos... Un montaje de primer nivel que se lleva el aplauso del público y también de la crítica. Tanto es así que fueron seleccionados para participar en el prestigioso Certamen de Teatro Escolar Hermenegildo Lanz, que se celebra en Peligros, y obtuvieron el primer premio del jurado y otros galardones técnicos, «a pesar de la inmensa calidad de los centros participantes y el gran nivel de todos los montajes que se pusieron en escena», resalta Javier.

Los alumnos generando las sombras chinescas detrás de la pantalla. Jorge Pastor

Y es que en esta escuela pública que lleva el nombre del autor de 'La casa de Bernarda Alba', 'Bodas de sangre' o 'Doña Rosita la soltera', Federico García Lorca, el teatro se ha convertido en una herramienta de extraordinaria utilidad no solo para memorizar y aprender –a estos chiquillos no se les olvidará jamás quién es Juan Ramón Jiménez–, sino también para despertar la creatividad más allá de la pantalla de un móvil o un ordenador. «La implicación del grupo es total, lo que favorece uno de nuestros primeros objetivos, lograr la convivencia dejando al margen todo tipo de egos», explica Elías Moleón, tutor de Tercero y el encargado de darle una vuelta de tuerca al clásico de Juan Ramón. «A todo ello hay que agregar –tercia Javier Hidalgo, el otro docente implicado en el proyecto– el fomento de la autonomía y la motivación».

«Hemos comprobado la capacidad de Platero, escrito hace más de un siglo, para conectar con el alumnado de hoy»

El show, que dura sesenta minutos, implica el concurso de los veintitrés chaveas de ocho y nueve años de Tercero del CEIP Federico García Lorca, que ensayan en un aula de unos treinta metros cuadrados que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un pequeño gran teatro. En la entrada, los carteles de sus éxitos. Entre ellos, 'El Mago de Oz' y 'Fábulas contadas a la sombra del Gran Ciprés', que se estrenará este curso. ¿Dónde? Pues sí, a la sombra de un gran ciprés que hay en el patio del CEIP Federico García Lorca.

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Detalles de 'Despierta Platero'. Jorge Pastor

Pero que nadie piense que 'Despierta Platero' no entraña complejidad.Se divide en dieciséis escenas –dieciséis cuentecillos– que se desarrollan durante una hora sin solución de continuidad. Cada uno de los capítulos cuenta con su propia ambientación musical. Dieciséis piezas tocadas por Javier Hidalgo con la guitarra, el piano y el cajón flamenco. Todo ello para generar una atmósfera impresionista que acompaña el relato y aporta un punto de emoción a la emoción que ya desprenden los pequeños intérpretes.

Escenografía

La escenografía también está trabajadísima. En primer plano, los zagales glosando y escenificando su texto, que se lo saben 'de pe a pa'. «Da igual que lo retomemos unos o dos meses después, se acuerdan de todo a la perfección», asegura orgulloso el maestro Elías, que en los ensayos no pierde ojo para que toda la coreografía salga perfecta y la actuación sea lo más natural posible. Detrás, un decorado que envuelve la pantalla donde se proyectan las sombras chinescas. El 'prota', el burrito Platero. Revoloteando en torno él, aves y florecillas suspendidas de forma etérea. Todo perfectamente equilibrado y acompasado. Lo llaman magia.Pero también podrían llamarlo talento. De los que enseñan y de los que aprenden.

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La escenografía también está trabajadísima. J. P:

«Hemos comprobado –dice Elías Moleón– la capacidad de Platero, escrito hace más de un siglo, para conectar con el alumnado de hoy». «Y es que –reflexiona– hemos sido testigos de cómo Platero ha conseguido enganchar a los niños y niñas, llevándolos a una época en la que todo discurría entre caminos de tierra, animales, huertas, árboles frutales, riachuelos y costumbres sencillas de un periodo que ahora nos parece demasiado lejano». «Y más –prosigue– si lo comparamos con el mundo actual, dominado por la inmediatez, la tecnología y el wifi».

Detalles de la iniciativa 'Despierta Platero'. J. P.

Según Javier Hidalgo, «hemos comprobado, durante todo el proceso de preparación, que la sensibilidad poética de Juan Ramón Jiménez y la cercanía de Platero han ido despertando una mirada curiosa y atenta hacia la naturaleza, el ritmo pausado de la vida rural y la contemplación de los pequeños detalles que nos rodean». «Esta conexión ha sido clave para que vivieran la experiencia como algo transfomador», añade.

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Esta es la otra historia de Platero. El que nació en el colegio de Güevéjar que tienen un enorme ciprés en su patio.

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