Fotografía en Granada

Los pipís de Tanoka y las fotos de Palen en el Albaicín

Y es que Palen, maestro con la cámara, amante del basket y seguidor del Joventut, tuvo la brillante idea de bautizar a su perrito, un simpático chihuahua de apenas un kilo, con el nombre de Tanoka Beard, por aquello de los antagonismos. Y por aquello también de que los canes tienen que salir al menos tres veces al día para aliviarse y que Palen mira la vida a través de una Canon, el muchacho tuvo la brillante idea de hacer fotos de cientos y cientos de frases en los muros del Albaicín cuando sacaba de paseo al intrépido Tanoka.

Fogonazos con los que ha construido un interesante relato en forma de un fotolibro en tamaño cuadrado –veintidós por veintidós– donde ha incluido una selección de 320 de 600 capturas realizadas entre 2017 y 2019. «Un proyecto que estaba ahí, que es atemporal y que llevaba diseñado desde hace años», comenta Palen, que lanzará una primera edición de cuatrocientos ejemplares que, a buen seguro, durarán menos que un caramelo en la puerta de un colegio.

Y es que Palen es una referencia de la fotografía en Granada, donde vive desde hace diez años, como lo fue en su momento en Almería, donde nació en el 1971. Una referencia en Granada por sus impresionantes reportajes musicales y de artes escénicas –otra de sus grandes especialidades es la foto de producto y de catálogo– y una referencia en Almería en su día porque no había boda, bautizo o comunión que no llevara la firma de Palen. «Llegué a tener un estudio de más de doscientos metros cuadrados y varios empleados», recuerda. «Un verano viajando en bici, cuando estaba en lo más alto de mi carrera en Almería, decidí dejarlo todo y hacer realidad mi sueño de trasladarme a Granada y residir en el Albaicín», comenta.

En la ecuación solo faltaba Tanoka, sus pipís y sus cacas. Así surgió 'Anonimato, amor y vandalismo', que es como se llama este libro, el primero de una editorial que ha fundado el propio Palen. Y que contará igualmente con una exposición que se está terminando de concretar y donde se mostrará una selección de todas estas instantáneas realizadas por Palen en sus garbeos matutinos, vespertinos y nocturnos por el Albaicín.

Vaya por delante que en 'Anonimato, amor y vandalismo' los lectores no encontrarán una sucesión de estampas idílicas del Albaicín. «Creo que no he hecho ni una buena en la década que llevó aquí», bromea, sino fotografía callejera pura y dura. «La gente tendrá la sensación de estar viendo un cómic donde las inscripciones en las paredes son como las leyendas», cuenta Palen. «Fotografía de usar y tirar», resume el artista.

Además de Tanoka Beard, lógicamente protagonista de unas cuantas escenas, la mayoría de los momentos congelados por Palen muestran el Albaicín de los albaicineros. El de la pareja que anda con prisas por delante de una persiana metálica donde se puede leer 'rompo todo lo que toco y me he tocado mucho'. El de la joven que ve pasar la vida junto a un letrero que reza 'la calle o nada'. El del barrendero que limpia el pavimento mientras al fondo se lee 'no tengas prisa ninguna, yo te regalo mi tiempo'.

«En 'Anonimato, amor y vandalismo' yo no me defino respecto al hecho en sí de las pintadas;me limito a construir historias tomándolas como referencia», asegura Palen. «Aunque una cosa –aclara– es el hecho artístico, lo que pueden tener de poético o de mensaje más o menos trascendente, y otra bien distinta que se trate de actos vandálicos, que lo son, que afectan a la imagen de un barrio que es Patrimonio de la Humanidad y que atentan contra los intereses de familias que lo único que quieren es tener sus viviendas en perfectas condiciones».

El Albaicín no solo es uno de los barrios más bellos de Granada. También es una metáfora detrás de otra. Metáforas escritas en las paredes y fotografiadas por Palen cuando sacaba a mear a Tanoka Beard.