AULA DE CULTURA DE IDEAL
«En periodismo, lo más importante no es lo que cuentas, sino cómo lo cuentas»Pedro Piqueras llena el Cuarto Real para la presentación de su más reciente libro, 'Cuando ya nada es urgente' (Harper Colllins)
El Cuarto Real de Santo Domingo se llenó para escuchar al periodista Pedro Piqueras, un rostro que forma parte de la historia de la televisión ... en España, quien presentó su más reciente obra, 'Cuando ya nada es urgente' (Harper Collins), en un acto patrocinado por Fundación Unicaja. Eduardo Peralta, director del Aula de Cultura de IDEAL, recordó el momento en que se encontró con Piqueras, hace 38 años, en La Tribuna de Albacete. También hizo una semblanza profesional del periodista, quien pasó por Radio Nacional y Televisión Española antes de recalar en Antena 3 tras rechazar una oferta de Telecinco, cadena en la que terminó siendo su jefe de informativos. Del mismo modo, recordó la extensa panoplia de premios que ha cosechado en sus 16 años en radio y más de dos décadas en la televisión.
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Es esta, dijo Peralta sobre el libro, una narración de su vida, en torno a las experiencias profesionales vividas: cuando aprendió tal cosa, cuando tuvo que reinventarse, cuando debió tomar decisiones dolorosas... «He aprendido mucho de los cuándos», señaló Piqueras.
Su padre quería que trabajara en un gran banco, pero él decidió tomar otros derroteros. «Yo de matemáticas no tenía ni idea, así que pronto deseché esa posibilidad». Nada menos que Santiago Bernabéu, histórico presidente del Real Madrid, cliente de la tienda de alpargatas que regentaba su padre, le escribió una nota después de que se presentara al examen para el Banco Hispano Americano y, como le escribiera en aquella nota Bernabéu, «no dio ni una». Se perdió un gran bancario, «pero se ganó un gran periodista», destacó el director del Aula de Cultura.
Su padre fue uno de sus grandes guías, autor de frases lapidarias como «el cementerio está lleno de imprescindibles». Piqueras aprendió también de su progenitor el amor por hacer bien las cosas, y la importancia de tener educación. «En una época en que los políticos no la tienen, y en que se está haciendo un periodismo de trinchera que a nadie beneficia, reivindico la necesidad de tenerla», aseguró. Fue esa aseveración de su padre sobre los camposantos la que le decidió a marcharse. Lo intentó justo cuando comenzó la pandemia de la covid, y luego cuando se inició la guerra de Ucrania. Incluso había recomendado a un sucesor, Carlos Franganillo, a quien había conocido y tratado en profundidad. «En el momento de la despedida estaban todos allí. Hay que portarse bien con la gente, y las empresas tienen que portarse bien con los trabajadores. Aunque me pidieron que siguiera dos años más, al final se apiadaron de mí».
Maestros
A la hora de citar a sus maestros, Piqueras destacó a Jesús Hermida, «la estrella masculina de la televisión». Un personaje que forma, como él, parte de la historia de la pequeña pantalla, y que le acogió bajo sus alas en los primeros tiempos como responsable de informativos, después de que se le contratara en la época en que Pilar Miró dirigía el ente. También recordó una lección que le dieron en Albacete, cuando su director, León Cuenca, le encargó hacer un reportaje sobre la evolución del consumo de las pipas de girasol. «Me hice el remolón, y el reportaje lo acabó haciendo un compañero. Se publicó en la edición nacional, algo que ambicionábamos todos. Allí descubrí que no es lo más importante lo que cuentas, sino cómo lo cuentas», dijo.
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El periodista recordó los momentos difíciles vividos en la Guerra del Golfo, y el contacto con Ramón Armengol, quien le acabó dando una de las exclusivas de su vida, cuando le aseguró que el atentado del 11-M no había sido obra de ETA. «Me dijo que no dijera que habían sido los terroristas españoles, y así fue. Al final, el asunto fue de cariz político, con dos fuerzas enfrentándose. Fue un momento con una tensión enorme».
Pantallas públicas, privadas y otras que esclavizan a los más jóvenes
El periodista lamentó mucho la situación actual que vive la política española, y cómo se está intentando anestesiar a la opinión pública. «Este no es el momento más grave que hemos vivido, pero lo que se dicen los políticos en el Parlamento es impresentable. Las acusaciones que se vierten se trasladan a los medios de comunicación y a la calle, donde es muy difícil entablar una conversación si tu punto de vista es muy distinto del que tiene el otro», señaló.
En esta tesitura, afirmó la necesidad de luchar por la verdad, en una época en que determinadas redes sociales albergan mensajes totalitarios. «Quiero que la gente crea a las personas que firman sus informaciones, no a aquellas que, escondidas tras seudónimos, aunque tengan 800.000 seguidores, hacen unas afirmaciones totalitarias». Preguntado por Peralta a propósito de si se había sentido mejor en la empresa pública o en la privada, dijo que en la pública se había sentido muy bien, pero que pensó en irse en busca de libertad. «En Antena 3 había una persona que nos daba libertad absoluta, Antonio Asensio, pero no había una línea editorial clara». Luego, tras su paso por Radio Nacional, fichó por Telecinco, «una cadena que a veces se preocupaba más de programas como 'Sálvame', que era por donde entraba el dinero. Con todo, he hecho el informativo que quería hacer», dijo.
Finalmente, el periodista reparó en el problema que suponen en la actualidad el esclavismo que viven los jóvenes en relación con el mundo digital. «Reciben mensajes totalitarios, no sólo políticos, sino ideas de la mujer que parecen de los años 40», alertó.
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