«El periodismo cultural es un oficio de vivir para contar»
Guillermo Busutil, periodista ·
El escritor granadino ha ganado el Premio Nacional de Periodismo Cultural que entrega el propio Ministerio con una dotación de 20.000 eurosGanar el Premio Nacional de Periodismo Cultural no te exime de abrir al cartero cuando estás en mitad de una entrevista. «Son las cosas de ... trabajar en casa, ¿verdad?», brome al teléfono. Guillermo Busutil (Granada, 1961), afincado en Málaga, es uno de esos periodistas todoterreno capaz de llegar a lo más alto sin desplazarse a Madrid o Barcelona. Ha sido director de la revista 'Mercurio' y columnista y crítico de arte en infinidad de medios locales y nacionales. Actualmente escribe en 'La Calma Magazine, 'Litoral' y 'El Maquinista de la Generación', y colabora con La Vanguardia y Zenda. Además, es autor de varios libros, entre los que destaca 'La cultura, querido Robinson', en el que reflexiona precisamente sobre el periodismo cultural en España.
Publicidad
El Ministerio de Cultura le ha otorgado el premio, dotado de 20.000 euros, por su polivalencia, su trayectoria de más de cuatro décadas y su prosa «elegante, densa y precisa». «El premio nunca había recaído en un andaluz, ¿sabes? –reflexiona Busutil–. Me parece importante que los andaluces nos demos cuenta del valor del premio, que trasciende lo folclórico y los localismos que nos siguen anclando al siglo XIX».
–Premio Nacional de Periodismo Cultural. Suena muy bien.
–Es una satisfacción muy grande porque el oficio del periodismo es 'full time', 24 horas, no es un oficio de funcionario y estás en permanente construcción. Así que trascender fronteras más allá de la tierra ha merecido la pena. Además, es un premio al que no te presentas, te presentan. Y eso es algo muy grato.
–Como decía aquel, vivir para contarla...
–El periodismo cultural es un oficio de vivir para contar. Vives el mapa de lectura de un libro, vives la emoción de una obra de teatro, vives la introspección de una obra plástica... y luego tienes que saber contarla. Contarla de manera que abras ventanas al lector, al espectador o al oyente, para que se sepa ver y entender qué hay dentro de esa obra.
Publicidad
–¿Qué diferencia al periodismo cultural?
–El periodismo, cultural o político o lo que sea, es una suma de reglas: mirar, indagar, sentir, preguntar y contar desde el rigor. Si no sabes de arte, puedes informar, pero no serás periodista cultural. Tienes que analizar lo que hay debajo para trasladarlo al receptor. Quizás la diferencia sea, además, que el periodismo cultural tiene una parte gozosa: entrar a un museo, leer un libro, moverse en un escenario por las vidas de otros, pasar al otro lado del espejo del cine y soñar... ese gozo no lo tiene otra rama del periodismo.
–Has aprovechado el Premio para reivindicar el periodismo que se hace en provincias. ¿Será que ahora, en vez de irse a Madrid, hay que irse de Madrid?
–No, no es así. El gran Manuel Alcántara decía que uno tiene que irse de la ciudad en la que vive para crecer, madurar del todo y que te echen de menos. Yo dirigí la revista Mercurio doce años y he hecho radio en programas de presencia nacional. Los compañeros siempre me decían que si me fuera a Madrid o Barcelona tendría más oportunidades. Y me consta por otros compañeros que en su momento sí se fueron que tenían razón.
Publicidad
«En las provincias hay un talento tremendo, pero está tapado por la niebla de Despeñaperros»
–Lo que no quita que haya talento en las provincias.
–En las provincias hay periodistas con un talento tremendo, pero siempre están tapados por la niebla de Despeñaperros y siempre se desmerece su trabajo. Luego, claro, una vez que tienes el estatus de periodista cultural nacional, ya reconocido, puedes decir de volver a casa en busca de calidad de vida, como Javier Valenzuela o Alcántara.
–Como casi todos los periodistas andaluces, eres admirador de Chaves Nogales.
Publicidad
–¡Sí! Pero también del malagueño Salazar Chapela, un grandísimo. O la almeriense Colombine, con una pluma extraordinaria. Chaves Nogales tenía una cosa con la que me identifico: era el periodista independiente que no se casa con nadie. Es un espejo en el que mirarme, pero también otros, como el propio Alcántara que metía relámpagos poéticos en sus textos. Ese periodismo lírico, veraz y comprometido.
–Volvemos a la importancia de contar historias.
–Hubo un tiempo en que nos decían que no contáramos, que fuéramos rigurosos con las famosas cinco uves dobles. Y está bien lo del rigor, pero uno tiene que saber contar también. Gran parte de la crisis del periodismo en papel viene porque los periodistas dejaron de contar, se olvidaron de la brillantez del lenguaje y de emocionar. El periodismo, como dice mi amigo y compañero Manuel Rivas, es un cuento basado en hechos reales, pero es un cuento. Me tienes que enganchar.
Publicidad
–¿Cómo ves la profesión?
–Vivimos tiempos muy extraños. Siempre denunciamos injusticias de colectivos ajenos, pero nunca hablamos de las que padecemos. Este premio me ha dado un altavoz para reivindicar la dignidad del trabajo cultural, de su industria, que está totalmente precarizada, muchas veces trabajando por amor al arte. Hay que ser más solidarios, gremiales, honestos y reivindicativos de la calidad y la dignidad de nuestro oficio.
«Nunca me he sentido arropado, como le ocurrió a mi tío, el pintor Manuel Rivera»
–¿Mantienes alguna relación con Granada?
–Sí, claro, allí tengo familia y grandes amigos. Pero no mucho más. Nunca me he sentido especialmente arropado por Granada, algo que le ocurrió igual a mi tío, el pintor Manuel Rivera. Y antes a su maestro, José Guerrero. La ciudad no e acuerda mucho de uno, salvo cuando suenan las campanas.
Noticia Patrocinada
–¿Y ahora qué?
–Como buen pluriemplado cultural, combinaré ciclos culturales con la lectura de novelas, que soy director del premio de novela 'Ciudad de Estepona'. Y espero tener un poco de tiempo para dividirle entre nadar en el mar y abordar una nueva entrega de trabajo literario, mi otra gran pasión.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión