«Pedro Sánchez acabará sentado en el banquillo de los acusados»
La política, ahora jubilada, ha publicado en La Esfera de los Libros el ensayo 'La demolición', donde ataca al presidente acusándole de derribar el Estado
Miércoles, 17 de febrero 2021, 00:51
Rosa Díez (Sodupe, Vizcaya, 1952) militó en el PSOE durante 30 años. Luego fundó el partido UPyD, que presidió hasta su práctica desaparición en 2015. ... Ha ocupado durante décadas cargos orgánicos e institucionales bajo las siglas del partido que ahora gobierna en España, y lo conoce muy bien por dentro. Y precisamente porque ahora afirma no reconocer en lo que se ha convertido, ha publicado el ensayo 'La demolición' (La Esfera de los Libros), un ataque furibundo contra el presidente Pedro Sánchez y el intento de este por, en su opinión, quebrar todas las estructuras democráticas del Estado.
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–Quien escribe este libro conoce muy bien el PSOE por dentro.
–Sí, después de 30 años de militancia y de ocupar cargos públicos amparada por esas siglas, hice grandes amigos, he disfrutado y sufrido con mis compañeros. Y por las mismas razones, conozco las instituciones y la sociedad en la que nos movemos.
–¿Por qué afirma, entonces, que no reconoce hoy al PSOE?
–Efectivamente, aquel partido que construyó junto por la entonces gran fuerza conservadora, el PP, la democracia en nuestro país, el que trabajó para incorporar a España a Europa, el que defendía la libertad y la igualdad de los españoles, ya no existe. Lo único que queda de él son las siglas. Hoy, ese partido pacta con los enemigos de la libertad y ha obtenido el poder gracias a ellos. Sus pactos le obligan a perpetuar la desigualdad entre comunidades autónomas y a defender los privilegios de quienes las gobiernan. Va contra la separación de poderes abiertamente. Y todo ello hace que no sea el partido útil para la democracia que fue en su día.
–¿Quiénes son, en su opinión, los pilotos de este giro?
–Primero Zapatero y después Sánchez, sin duda. Ellos son los responsables de haber cavado una zanja entre españoles que nos hace volver a lo peor de nuestro pasado. La tradición socialdemócrata del PSOE ya no es tal.
–¿Por qué cree que ha tomado este rumbo que señala?
–Porque Zapatero llegó con la idea de sectarizar las bases del PSOE, pasando de considerar a ETAcomo el mayor enemigo de la democracia a considerar que lo son 'las derechas', una denominación que recuerda poderosamente a la II República, cuyo final fue el que todos conocemos. Un término, además, 'goebbelsiano', ya que reúne a todos los enemigos bajo el mismo paraguas, en una clara aplicación del Principio de Contagio preconizado por el ideólogo nazi.
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–¿Con qué objetivo?
–En numerosas reuniones internas a las que asistí, Zapatero nos comunicó que su estrategia era dividir a la derecha propiciando la llegada de un partido que se colocara a la derecha del PP. Con esa división, pronosticó que el PSOE seguiría gobernando siempre aunque tuviera menos votos.
–No se equivocó.
–Claro, pero para ello tuvo que romper todos los pactos de Estado:el pacto contra el terrorismo, el pacto por la unidad de España... Quiso dejar fuera de lo que llamó 'la segunda Transición' a quienes habían protagonizado, junto al PSOE, la primera.
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El papel de Pedro Sánchez
–¿Qué papel juega, entonces, el presidente Pedro Sánchez?
–Sánchez recoge los frutos sembrados por Zapatero y ahonda en la estrategia de este: control de los poderes del Estado, anulando al legislativo y controlando el judicial, la Abogacía del Estado y la Fiscalía General del Estado; colocación de afines en puestos clave; control de los medios de comunicación por parte de personas afines o a las que se favorece; libertad para que los partidos que defendían el terrorismo o que buscan la ruptura del Estado lo puedan hacer sin consecuencias; colocar la educación en manos de esos mismos sectarios... Su tarea está siendo amplia, y la está llevando a cabo de forma efectiva.
–¿Qué diferencia a Sánchez de Zapatero?
–Zapatero marcó una serie de líneas rojas porque la sociedad no estaba, según él, suficientemente infiltrada de estas ideas para que pudieran aceptarlas sin problemas. Sánchez no tiene esas líneas rojas. Además, mientras que a Zapatero le importaba mucho caer bien, que le consideraran buena persona, a Sánchez no le importa nada eso, porque es un psicópata y un egocéntrico de libro. Una persona sin empatía ni escrúpulos. Y su actuación, si es que queda algún poder judicial independiente cuando termine todo esto, le llevará al banquillo de los acusados.
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–Afirma usted que la pandemia le ha sido muy útil.
–Desde luego. Ahora mismo, ejerce un poder absoluto, y piensa eliminar todos los obstáculos que impidan que ese poder no se perpetúe. Pretender colocarse al mismo nivel del Rey no es algo inocente; Sánchez busca descaradamente eliminar la Monarquía, y no le perdona el discurso de octubre de 2017 sobre Cataluña. Cuenta con el apoyo de Podemos, con quien, por cierto, no tiene absolutamente ningún conflicto. Mintió cuando dijo que nunca gobernaría con ellos para atraerse el voto moderado, y en cuanto pudo pactó con Pablo Iglesias para alcanzar el poder.
–¿Qué función ocupa Podemos en este tablero?
–Podemos es una eficaz ayuda para Sánchez. Su líder no se corta en decir que España no es una democracia, que hay presos políticos, ataca las instituciones y protege a dictaduras señaladas como tales por la Unión Europea. Son maestros en quebrar a la sociedad y demonizar al enemigo.El CISha llegado a preguntar a los españoles si les importaría que solo hubiera versiones 'oficiales' de los hechos, porque el objetivo es acabar con la prensa y la opinión libres.
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–Pinta usted un futuro gris.
–Me gustaría que no fuera tal, pero si permitimos que la educación se siga convirtiendo en adoctrinamiento o que los jueces sean controlados por el Gobierno, no habrá solución. Con todo ello, soy optimista porque creo en el buen sentido de muchos españoles, y porque creo que Europa le parará los pies, al menos en parte. De hecho, de allí están llegando requerimientos contra la Ley de Educación, y todos los intentos por colocar a españoles en puestos de decisión han sido rechazados.
–¿Cuál es su valoración de las elecciones catalanas?
–Sánchez las planteó a sabiendas de que habría consecuencias en la participación. La mitad de los catalanes se ha quedado en casa y la mayoría de quienes han ido a las urnas han apostado por mantener la parálisis de la Cataluña real, la confrontación y la ruptura entre catalanes y de estos con el resto de españoles.
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–¿Tendrá Ciudadanos una evolución similar a la de UPyD?
–No sabría decirle qué futuro le espera a Ciudadanos a corto plazo. Pienso que la recuperación de las libertades en Cataluña no va de siglas, sino de articular una acción común entre todos los demócratas para librar la batalla por una sociedad plural y democrática.
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