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Noche de ópera en la Plaza de Toros Pepe Marín

Noche de ópera en la Plaza de Toros

La Orquesta Ciudad de Granada deleitó a 8.000 espectadores que disfrutaron gratuitamente de su fiesta inaugural del curso musical

Andrés Molinari

Granada

Domingo, 8 de septiembre 2024

Un chubasco inoportuno tan sólo retrasó un día la Fiesta. El doble redoble de cajas, de esos que ponen los pelos de punta, exorcizó las ... nubes y buriló el aire de la noche dominical. No era un pasodoble, a pesar de resonar en nuestra plaza de toros. Era 'La urraca ladrona' de Rossini, obertura para abrir la Fiesta de la OCG, por cuyos pentagramas entraron famosos fragmentos de ópera, ejecutados con similar brillantez por 65 músicos y 50 cantantes, con ese brío que logra instantes de adrenalina hasta en el público menos melómano.

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El coliseo de Frascuelo lleno, como en las tardes de feria, la Orquesta derrochando lozanía, tras el tórrido verano, y mostrando su mejor afinación para una temporada de altísimo nivel.

Fueron 8.000 espectadores los que pudieron disfrutar gratuitamente de tan lírico presente, de tan mágica noche, de este reencuentro con la cultura: esta vez la OCG arropada por el Coro de la Orquesta Ciudad de Granada, que tan acertadamente dirige Héctor Eliel Márquez. Gracias a que el Ayuntamiento contó con el apoyo extraordinario de la Fundación 'laCaixa', los miles de asistentes no solo gozaron de la mencionada gratuidad, sino que durante hora y media quedaron deslumbrados por un ciclópeo escenario en alto, vestido atrás de negro, que podía verse bien desde casi todo el ruedo, incluso desde los extremos de cada fila, escoltado por un enorme equipo de megafonía perfectamente calculado, con los micrófonos en su sitio para que los sonidos de los instrumentos más débiles y las notas más tenues pudieran escucharse desde el albero hasta los tendidos.

Director y espectáculo

Para ser justos, hemos de atenernos al título de las cosas. Lo de anoche era una fiesta: la Fiesta de la OCG. No un concierto de festival empingorotado para exquisitos, entendidos, incluido algún pedante. Por eso no debemos criticar ni la pronunciación del alemán de Wagner por el coro ni buscar opalescencia de matices en algunos fraseos ni tiquismiquis por el estilo. No. Tampoco el uso de luces de colores e imágenes proyectadas, como copos blancos, molinetes y formas de caleidoscopio infantil, que en otro contexto podrían desbarrar hacia lo discotequero, anoche incluso encajaban bien en la plaza, vamos como un 'traje de luces' para tan lírica miscelánea.

Por supuesto destacar la valía del coro, gritando con juvenil vigor pero esmerándose en el fraseo sin grisura. Y, sobre todo, el trabajo de Lucas Macías desde el podio: Torero idóneo para la 'Carmen' de Bizet, amo del ruedo con Puccini y Mascagni, diestro de valía con Verdi, buen lidiador de Wagner, juncal con Rossini y Donizetti y primer espada para Glinka. Porque el programa pareció pintiparado para que Lucas mandase con la batuta, templase dibujando ondas de su mano y alardease de complicidad ante su numerosa cuadrilla.

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Lo que la lluvia quiso deslucir, la música supo conjurar. La «Granada» de Agustín Lara, como tercera propina, inició la vuelta al ruedo, y puerta grande, para nuestra OCG, que el próximo día 13 comienza ya su temporada regular.

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