El exiliado cubano que saltó de cantar en las calles de Granada a triunfar en Youtube
Karel Terrero salió de su país con una gira musical que se canceló por la covid y ahora no le permiten regresar. Pasó meses durmiendo en una nave industrial y actuando en la Fuente de las Batallas, hasta que llegó la oportunidad
La sala está desatada y todos bailan y sonríen al son de un cubano que canta por Marc Anthony: «Voy a reír, voy a gozar, ... vivir mi vida, lalalalalá». El artista tiene encandilado al público del restaurante La Loca María, que aplaude la actuación y pide «¡otra, otra!». El tipo se enjuga el sudor de la frente y, sin dudar un instante, coge aire: «Duele despedirte de tu casa, de tu gente, de ese barrio que te vio crecer». La melodía y la letra pillan por sorpresa. «Duele emprender el vuelo, con un sueño en un pañuelo, sin saber si volverás». La canción es mucho más que una canción, es un puño en alto, el relato de alguien al que le cerraron la frontera y le prohibieron volar. «Me quitaron el abrazo de mis viejos, de mi barrio, pero no podrán quitarme mi patria». Un tipo que llegó a Granada por casualidad, que durmió durante meses en una nave industrial y que cantaba en la Fuente de las Batallas para ganarse la vida. «Hoy defiendo mi verdad». Un tipo al que aplauden cada noche, que prepara su primer disco y que se llama Karel Terrero.
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«Esa canción, 'Mi verdad', cuenta mi vida. Es una canción que compuse desde la rabia, el dolor y la frustración de no poder entrar a mi país. Fue algo totalmente injusto porque es mi tierra. Yo nací ahí». Karel recuerda su última actuación en La Loca María mientras bebe café en un bar de la Acera del Casino. La voz se entrecorta a cada rato, como un estribillo. «Hace cuatro años que no veo a mi papá. La vida cambia en un segundo... Te llaman y te dicen algo que no quieres ni mencionar. Amigos de mi calle que han muerto… ¿Quién te devuelve el tiempo perdido? El tiempo de la esclavitud pasó hace años. Cuba es una dictadura».
Para entender la historia de Karel hay que regresar a la pandemia, a los días en que se abrieron las fronteras. «A los 17 años dije en casa que iba a ser cantante. Mi familia empezó a reírse, imagínate, ser artista en Cuba donde el arte está en todas partes». Pero, contra todo pronóstico, lo consiguió: vendía discos de música para pagarse las clases de canto y, llegado el momento, logró entrar en una banda muy famosa de Cuba, Los Zafiros. «Hice programas de televisión y actuábamos por todo el país. Hice varias giras y la última era un crucero por Grecia, en 2021».
En Cuba, explica Karel, «todos los contratos de trabajo pasan por el gobierno». El crucero por Grecia no fue distinto y si pudo salir de Cuba por un periodo de seis meses fue porque el gobierno cubano se lo permitió. «Pero el contrato se interrumpió por un brote de covid. La mayoría de artistas decidimos aprovechar el viaje y visitar España, que la sentimos muy cerca por el idioma».
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«Entiendo que haya gente a la que le cueste creerlo, gente que pone Netflix y ve el romance… En Cuba hay una pobreza y una represión brutal que aquí no se ve»
«Viajar se eres cubano es muy difícil, casi imposible –sigue–. La situación en Cuba es precaria, dura, imposible. Entiendo que haya gente a la que le cueste creerlo, gente que pone Netflix y ve el romance… En Cuba hay una pobreza y una represión brutal que aquí no se ve. Yo tengo 41 años y he vivido en mi país 38, sé de lo que hablo. Las manos del Gobierno están metidas en todo… y por eso no pude regresar a mi país el 5 de noviembre».
5 de noviembre
Una de las normas del contrato para hacer la gira del crucero era que si Karel lo rompía no podría volver a Cuba en un periodo de 5 a 7 años. «Pero yo no rompí el contrato. Fue la covid y me quedaban tres meses de visado. Nos quedamos muchos». El 5 de noviembre de 2024, Karel se presentó en el Aeropuerto de Barajas con su equipaje, dispuesto a volver a casa. «Me dijeron que no. Que estaba fichado como si fuera un delincuente. Les dije que era artista, que era mi país. Pero no: usted está fichado y no puede volver».
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Tras pasar unos días en Alicante con su hermana, uno de los músicos del crucero –otro de los artistas que decidió quedarse y ahora no puede volver– le habló de Granada. «Me dijo vente acá, que el arte se mueve bastante bien. Y me vine sin pensarlo».
Llegó a Granada con una mochila y un sueño inquebrantable: seguir cantando. «La gente no tiene por qué creer en tus sueños. Eres tú el que los ve. Luego otros se irán sumando si les gusta». Como no tenía dónde dormir, él y su amigo consiguieron que les dejaran un espacio en un nave industrial, un gimnasio del área metropolitana. «Fue una experiencia dura, pero bonita. Sin calefacción en diciembre, imagina… Pero lo vi desde otro ángulo: era mi local de ensayo». Y como el sueño era cantar, se fue a cantar. «Me planté allí –Karel señala la Fuente de las Batallas, que se ve desde la ventana de la cafetería– y empecé a cantar. Fue una pasada: la gente se paraba, se hacían corros… Ah, la gente en Granada es maravillosa».
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«Me planté allí y empecé a cantar. Fue una pasada: la gente se paraba, se hacían corros… Ah, la gente en Granada es maravillosa»
¿Y qué pasó? Unos dirían que suerte. Otros, talento. Pero sin duda fue magia. «Diego, dueño del bar Caroca, me ofreció cantar en su local. Luego me vieron compañeros del mundillo: la orquesta Odysseus fueron los primeros que me acogieron, una familia. Luego La Vintash, Rebelión… Así hasta que llegué a La Loca María, donde actúo todas las semanas, y Rebalaje, en Salobreña». Karel canta por Juan Luis Guerra, Marc Anthony, Michael Bublé, Michael Jackson… «Llevo un repertorio variado, dependiendo del público y del momento. Si están comiendo, por ejemplo, les canto algo de Luis Miguel». Y, de vez en cuando, les sorprende con una de sus canciones, como 'Mi verdad'.
Karel está asentado en Granada. «Es mi segunda casa, el lugar que me acogió. Estoy muy agradecido a España, te lo digo de corazón». Y así, pasito a pasito, ha retomado el sueño que se prometió cumplir. Tiene una decena de temas propios que pueden escuchar en Spotify, todos con sus videoclips en Youtube, y hasta cierto programa de televisión nacional ha tocado en su puerta. «Todo lo hago a pulmón, no tengo ninguna discográfica. Aquí estoy, por si alguien me busca –ríe–. Sé el potencial que tengo, es algo que digo con mucha humildad porque llevo mucho tiempo en la música. Amo lo que hago». Al salir del café, Karel se agarra a una de las farolas que rodea a la Fuente de las Batallas y canta un fragmento de 'Mi verdad'. Luego sonríe: «No me dejaban volver a Cuba y me quedé para cantar».
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