Del Aliatar a la Bombonera

Entre medias, un complejo proceso técnico y administrativo. La UGR ha celebrado esta mañana el acto de inauguración de esta colosal obra de Juan Vida que, según palabras del propio artista, «hubo un momento que imaginé tirada en la basura».

El acto, que ha contado con la presencia del propio Vida y de la máxima autoridad académica de la UGR, Pilar Aranda, se ha desarrollado en un ambiente muy cordial en el que Vida se ha visto arropado por decenas de amigos. Vida, visiblemente emocionado, no ha ahorrado palabras de gratitud hacia la UGR y hacia Pilar Aranda y el vicerrector de Patrimonio, Víctor Medina, para que se recuperara su creación. «No solo se ha producido una restauración material, sino también moral», ha asegurado el autor, quien ha recordado el sentimiento de «estupor, pánico, ira, vergüenza y miedo» que sintió cuando aquel 7 de septiembre de 2020 recibió la foto vía guasap de un amigo de un techo amarillento. «Lo tuyo del Aliatar ha desaparecido».

Desde entonces, ha reconocido Vida, todo han sido emociones en torno a 'El río', realizado en 1994 en técnica mixta sobre tela, con unas dimensiones de 18,62 metros de largo y 5,88 metros de ancho. La pintura rememora escenas de un día de fiesta en un río, envuelta en esa atmósfera y ese universo simbólico que han convertido a Vida, HijoPredilecto de la Provincia de Granada, en un creador distinto. «Tenía todo el sentido porque el Aliatar está a pocos metros de donde discurre el Darro embovedado», ha explicado. «El agua oculta que llora y que va de la nieve al mar».

Juan Vida incluye muchas referencias personales y de la época en la que está inspirado 'El Río', en los años sesenta. Se ve Sierra Nevada y una azucarera. También varios retratos. El de su padre, José Vida, acompañado de 'Miqui' Gracián y Santiago Sánchez Lázaro, el que fuera director del psiquiátrico donde está el Hospital Real. También aparece María José Lara, la esposa de Juan Vida, leyendo el IDEAL y acompañada de la perrita Boni; la madre de Juan Vida, Julia; el sobrino Nacho de espaldas; y el retrato de un chavalín de unos cinco años que es el propio Juan Vida. Hay otras figuras. Como una bañista de una piscina de Granada con un niño en brazos, patos de Pinos Genil y afiches de películas que se lleva la corriente. Los tonos generales son marrones y grisáceos.

Pilar Aranda no ha ocultado su felicidad por que 'El Río' haya terminado luciéndose en la 'Bombonera'. «Nunca entendía muy bien por qué este espacio, el Complejo Administrativo Triunfo, lo llamaban la 'Bombonera', pero ahora sí que tiene todo el sentido del mundo», ha asegurado Aranda. La responsable universitaria ha subrayado algunos guiños de 'El río' que, sin pretenderlo, tienen mucho que ver con la UGR. Como la fábrica de azúcar, en alusión a la adquisición y rehabilitación de la de San Isidro por parte de la UGR. Como la Vega, asociada a esos proyectos de la UGR para la utilización de la madera de chopo. O al agua, en referencia a toda la actividad en torno a la biodiversidad.

Aranda también ha resaltado la complejidad de traer la creación de Juan Vida por su magnificencia, por el cumplimiento de todas las normas de seguridad y por el espléndido trabajo desarrollado por la unidad técnica de la UGR para la adecuación del espacio y el equipo de restauración dirigido por la profesora Teresa Espejo.

La propiedad del Aliatar, representada este viernes por Javier Casado Romero, ha comentado que en 2019 tuvieron que tomar la decisión de trasladar 'El Río' de su ubicación original por dos motivos fundamentales. Primero, por razones técnicas. «Para retomar la actividad después de un periodo de cierre, había que adecuar la finca a la normativa, lo que exigía la eliminación de la estructura de escayola». Pero también había motivos conservacionistas. «No era el lugar ideal para 'El Río' porque hay una luz potente y agresiva, a lo que hay que sumar el efecto de la climatización tanto en invierno como en verano y la acción de la polución, ya que la puerta está permanentemente abierta». De hecho, ha indicado Javier Casado, ya «presentaba deterioros que aconsejaban tomar medidas y buscarle otro sitio».

Casado ha afirmado que desde el primer momento se barajaron varias posibilidades. «Hubo interés por parte de instituciones de Málaga y Sevilla, pero nosotros teníamos claro que se quedaría en Granada». Se estudió la opción del Parque de las Ciencias, pero hubo que destacarla por imponderables técnicos, y finalmente se decantaron por la UGR, «que plantearon este sitio, que parecía hecho a propósito», dijo Javier Casado, quien ha expresado su deseo de que 'El Río' «se quede a aquí por los siglos de los siglos». La cesión gratuita se ha acordado por un intervalo temporal de cincuenta años.

Víctor Medina también ha expresado su satisfacción por rescatar para la UGR y para la ciudad un elemento de tanto interés para la «historia, el patrimimonio y la memoria de Granada». Y buscarle un emplazamiento, ha dicho, que tuviera visibilidad. «Desde el primer instante pensé en este lugar pero, tras sopesar otras alternativas, volvimos a esta idea, pese a que había que realizar una inversión más cuantiosa», ha reconocido Medina. Hubo que cambiar todas las instalaciones y habilitar un techo ondulado –la disposición de las columnas lo permitía–.

Medina también ha relatado todo el tortuoso procedimiento hasta llegar a la jornada de hoy. Los trabajos de rehabilitación comenzaron antes del verano, con la limpieza de los adhesivos del reverso en el Campus de Aynadamar. Este saneamiento también se acometió en la parte pintada que presentaba suciedad por agentes como la exposición a la contaminación de los coches de la calle Recogidas.

«Es milagroso porque el tamaño del Salón de Actos del Complejo Triunfo se adaptaba perfectamente al de 'El Río'; tan solo hay unos centímetros de diferencia que se han compensado con un foseado perimetral que proporciona una sensación de alfombra voladora», ha significado. Previamente, se realizaron ensayos de fuego, envejecimiento y resistencia, y se aplicó un tratamiento para atenuar la intensidad del brillo.

El Darro, aquel río de Granada que se tragó la tierra, nunca dejó de manar. Lo hizo primero en la imaginación creadora de Juan Vida, después brotó en el cielo del Aliatar y ahora, 'in saecula saeculorum', discurrirá en la Bombonera de la UGR.