Miguel Ríos se reúne con compañeros y veteranos fans en la Plaza de toros, donde actúa el sábado rememorando su 'Rock & Ríos', un disco mítico. Pepe Marín

Conciertos en Granada

Miguel Ríos se reúne con compañeros y veteranos fans en la Plaza de Toros

El granadino actúa el sábado rememorando su 'Rock & Ríos', un disco mítico

Juan Jesús García

Sábado, 7 de octubre 2023, 00:34

Como si fuera una reunión de la promoción del instituto, varios 'alumnos' se reunieron en la mañana del viernes con el 'maestro' cuarenta años después. ... No volvieron al lugar de crimen porque las aulas de entonces, en Almanjayar, ya están construidas, y así se evitaba oír aquello del «desde aquí todo era campo», frase que descubre que ya se tiene una cierta edad. Ha sido en la plaza de toros, lugar que Miguel Ríos no pisa desde aquel 'Rock en el ruedo'. Allí estaban citados por este periódico media docena de 'antiguos alumnos', parte de 'la basca', como se decía entonces, que asistieron en 1982, entre 10.000 más, a aquella masterclass de rock and roll aplicado que llevaba su apellido, y que fue presentada por otro amigo de Granada, el radiofonista Paco Pérez Bryan.

Publicidad

Ahora se diría que es un 'Meet & Greet', esa nueva forma de ordeñar el bolsillo de los fans pagando un extra considerable por pasar un rato con el artista, declararle su amor eterno, que te firme un par de discos, y hacerse contigo un selfi. En este caso lo de eternidad no viene al caso más allá de la irreductible vocación profesional del granadino, ya que los presentes hace tiempo que le dieron (dimos) la vuelta al jamón. Pero lo del selfi… ¡También! Y no solo ellos, que todos los que pasaban por los accesos al coso mientras se ordenaba el reportaje fotográfico, aprovecharon también para aplaudirle «¡es Miguel Ríos! ¡Miguel!», y retratarse a su lado.

La vida prácticamente ha pasado para todos y si me apuran el Miguel Ríos que apareció de la mano del director de este periódico, aún siendo casi el más veterano, aparenta mejor forma que algunos de los participantes en esta reunión de clase. Algunos de ellos como Agustín Rodríguez, del grupo Los Ángeles (por cierto ¿para cuándo una calle, plaza, auditorio o algo a su recuerdo?), y Javier Martín siguen ligados a la música. A otros el destino los derivó hacia la actividad política, como a Chema Rueda; los estudiantes antes y ahora abogados Juan Carlos Guilarte y su mujer Elisa Fernández, juntos desde entonces, en modo 'fans total', y que como la pareja de la portada del disco del mítico festival de Wodstook podrían unir también sus fotos de aquella velada y la actual. Y no faltó el autor de la crónica de aquel concierto a su paso por Granada, el querido compañero Fernando Velasco, que tuvo que dividirse la faena con Paco Espínola aquella noche, porque a la vez estaba Carlos Cano estrenando sus 'Crónicas granadinas' en el Generalife. Y Miky y los Tonys, y… que en aquellos tiempos el Corpus traía la agenda musical más cargada del año.

1982 fue un año especial: el agotamiento de la UCD y la sombra del intento de golpe de estado militar del 23-F de un año antes movilizó la calle, que empezaba a no ser de Fraga. De ese hervor ciudadano saldría en octubre el PSOE como claro vencedor de las elecciones, llevando, por cierto, una canción de Miguel Ríos como himno: «Yo compuse 'Año 2000' porque había leído 'La tercera ola', de Alvin Toffler, y me impresionó mucho. Lo del 'Tiempo del cambio' quiso ser un homenaje a Dylan ('The Times They Are a-Changin'), pero lo anecdótico es que me invitó Alfonso Guerra a cantar en el fin de campaña, «la del 'tiempo del cambio', porque la hemos cogido para la campaña de las Juventudes Socialistas». «Nadie me había llamado ni dicho nada», recordaba Miguel hace unos años en este periódico. También fue el año del 'Narajito', pero mejor no mentarlo.

Publicidad

Así estaba el patio en plaza de toros, todos con muchas cosas que contar, propenso a las 'batallitas' y el recuento de achaques, pero la edad acerca y todos somos ya contemporáneos, por más que el fotógrafo Javier Martín fuera el último de la fila, ejerciendo de 'pipa' (personal auxiliar) montando aquellos escenarios. Javier le llevó enmarcada una instantánea histórica sacada de sus inmensos archivos fotográficos de época.

Lo primero fue situarse en la nebulosa de los tiempos con la memoria ya gastada: «¿'Rock & Ríos', la noche de verano, el concierto de La Chana?» Hasta que apareció Velasco con las entradas de todos ellos, impecables, casi como para volver a ser cortadas: «La Chana en 1981; el 'Rock & Ríos' en el 82, y 'El rock de una noche…' en el 83. Aclarado». «Yo las tengo enmarcadas», comentó Rueda, cuando a contraluz aparecía Miguel como una aparición casi bíblica.

Publicidad

Viejos fans tampoco mueren

El primer abrazo fue para Agustín, compañero de carreteras (¡aquellas carreteras tercermundistas que mataron a Los Ángeles!). «Miguel me salvó en más de una ocasión», comentaba Agustín, haciendo referencia a un bajón del grupo en Madrid, a su concierto en la Carparock en los 70's, y también al concierto de duelo tras el accidente, en el que Miguel puso generosamente los equipos. Y fuerte fue, dentro de las posibilidades añosas: «que guapote te veo», le dijo, «mi trabajo me cuesta», respondió Ríos, «porque aguanto lo de los dolores como nadie», añadió divertido el cantante, haciendo gala del sentido del humor que le caracteriza. Y el compañero Pepe Marín los hace posar juntos sacando lo cuernos con pose metalera en una foto histórica, la de los dos protagonistas más longevos de la BSO de la ciudad entrando por la 'puerta grande'. Ante la cual, los viejos fans, que tampoco mueren, le hacen el paseíllo para otra instantánea muy torera.

Llama la atención la perfecta memoria que conserva, sobre todo el lóbulo musical, y así cuando se organiza el personal para otro disparo en el escenario a medio montar, como las que se hace ahora casi todo el mundo al final de la actuación, para meterse en el papel comienza a cantar el 'Popotitos', la vieja canción de los Teen Tops que él grabó en 1962: «es que lo clavaban, haciendo el mejor rockandroll americano en castellano», dice. También sorprende su forma física: «he hecho mucho deporte, pero muy desorganizado», comenta, antes de doblarse a sus 79 años y alcanzar elásticamente la punta de sus zapatos, ante los gestos de asombro (y dolor: ¡ay!) de los concurrentes, bastante más oxidados. Y recuerda justificándose «las pachanguitas que echaba al fútbol con el equipo de veteranos del Real Madrid», que le enseñaron también cómo conseguir la mejor relajación. «En la bañera te metes, y vas dejando que la temperatura baje con agua fría, y cuando te entran los primeros 'estertores', sales y te acuestas…¡Mano de santo!». Otros prefieren el formol, o dormir en la nevera para conservarse, pero lo de Ríos parece más natural.

Publicidad

Con una agenda tan apretada de actos como los de la cumbre europea, el cantante se despidió de sus seguidores citándolos (e invitando a alguno) al concierto del sábado. Y contra todo pronóstico nadie lo hizo con el habitual «cuídate mucho», que eso es para personas mayores. Alguien dijo que el rocanrol es el elixir de la juventud, y parece cierto que los 'aliados de la noche' seguimos siendo… ¿viejóvenes?. Y que sea por otros cuarenta años más.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad