El lobo aúlla casi 30 años después
Títeres Etcétera vuelve a representar 'Pedro y el Lobo' con la OCG en el Auditorio Falla tras más de 3.000 funciones
Hace 28 años, una muy joven Orquesta Ciudad de Granada hizo a Enrique Lanz, titiritero y nieto del gran Hermenegildo Lanz, el encargo de llevar ... a escena un montaje para niños a partir del clásico de Prokofiev 'Pedro y el lobo'. Si el autor ruso completó la composición de la obra –según se cuenta– en tan solo cuatro días, Lanz no solo tuvo una importante limitación temporal (un mes), sino de presupuesto. «Hasta ese momento había hecho obras con música, pero no para la música, al menos como compañía, así que fue muy oportuno», comenta Enrique Lanz. Fue el primer acercamiento entre la compañía de Títeres Etcétera, que este dirige, y la formación musical granadina. Ahora, con una cifra de funciones de las que ha perdido la cuenta, pero que podrían superar las 3.000 en 10 países distintos, 'Pedro y el lobo' ha vuelto con gran éxito al Auditorio Manuel de Falla, del que llevaba ausente más de 20 años. Y de nuevo, lo hace con llenos, como el que cosechará esta mañana el Concierto Familiar, agotado desde el pasado mes de noviembre.
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Volviendo a los orígenes de este exitoso espectáculo, el director de Etcétera recuerda: «Mis hijas eran por entonces muy pequeñas, y cuando escuchábamos el cuento, comprobaba que el lenguaje y el mensaje que contenía les llegaba muy fácilmente, lo cual me llevó a idear un montaje que transmitiera ingenuidad, sin descuidar el agudo lenguaje de fondo que la pieza contiene, con elementos dramatúrgicos muy bien colocados».
El estreno tuvo una dificultad añadida, la cual no fue otra que la petición de la orquesta para que el montaje se realizara con las dos salas llenas. Es decir, que no podría haber un telón, y los títeres no deberían dar la espalda de forma ostentosa y larga a una u otra sala. Este y todos los condicionantes fueron superados con nota, sin embargo. Aquel 'Pedro y el lobo' de Etcétera y la OCGno solo agotó las entradas disponibles, sino que, dada la afluencia –vinieron de improviso autobuses incluso de Almería– se habilitaron las escaleras para sentar a algunos niños asistentes, una maniobra hoy impensable. Para la compañía, fue una forma de presentarse ante su público, tras las buenas críticas cosechadas en otros países europeos como Italia. Para Lanz, fue también un reto en lo personal. «Me impactó que tuviéramos éxito con un espectáculo tan sencillo aparentemente, de tal manera que estuve dos años sin querer hacerlo. Luego, nos llamó Leo Brouwer, que por entonces dirigía la Orquesta de Córdoba, para representarlo en el Palacio de Deportes ante 4.000 espectadores y con una orquesta de más de 100 músicos, y volvimos con él», recuerda.
Desde entonces, el periplo de 'Pedro y el Lobo' le ha llevado de Grecia o Francia a Chipre y de Rusia –donde contaron con los músicos del Bolshói– a Cuba. «Es un espectáculo modular; lo tenemos desde la talla XS a la XL, con escenarios desde 1,20 a doce metros, con acompañamiento desde una orquesta sinfónica a un grupo de cámara, e incluso algunas veces lo hemos hecho con música enlatada», relata Yanisbel Martínez, corresponsable de la compañía y presentadora de las funciones que se están desarrollando en estos días en el Auditorio Falla. «Incluso una vez la llevamos a pueblos perdidos de las montañas de Guantánamo, a los que no llegaba en tiempos ni la señal de radio ni la electricidad. Llegamos a la plaza y la representamos con las luces ultravioleta a las que daba energía la batería del camión en que nos desplazamos, mientras que la música la ponía un altavoz con pilas», rememora Martínez.
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Respeto
En cuanto al texto que presenta Etcétera, Enrique Lanz afirma que es la traducción aceptada por la editorial, escrupulosamente reflejada. «Toda la dinámica de los títeres se adapta a la música, y a fuer de haberla hecho tanto, la partitura la tenemos grabada a fuego, de tal manera que la identificación entre lo que se escucha y lo que se ve es plena», dice Enrique Lanz. Lo único que puede cambiar entre un lugar y otro, en función de dimensiones y otros aspectos de producción, es el discurso introductorio, ya que Yanisbel Martínez puede ser lo mismo limpiadora, técnica, regidora o acomodadora de la sala, lo cual facilita contar detalles sobre cómo funciona un teatro que el público agradece. También ha habido pequeñas aportaciones que han modificado la dramaturgia, surgidas en ocasiones, incluso, a partir de fallos.
Formalmente, los títeres simulan los dibujos esquemáticos de los niños. Esta aparente sencillez no ha sido óbice para que 'Pedro y el lobo' abriera el Liceo a los niños en 2001, después de su incendio. El éxito fue tal que volvió en nueve ocasiones más. Esta historia que anima a los más pequeños –a todos, en realidad– a ser tan astutos como valientes sigue enganchando, 28 años después.
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