«Llevo un año conviviendo con la actriz Elena Rivero, aunque ella no lo sepa»

–¿Cómo llega un Mutante a una serie en prime time?

–A través de la productora Boomerang, pero en resumen es haber estado en el sitio adecuado el día y la hora adecuada. Se alineó mi trabajo en televisión con mi vida y mis viajes con Mutantes. Y mis pasiones, que son la música y la tele. También encontrar a unos locos que confiaron en mí.

–Están en todo: pantalla grande con 'Ventanas', mediana con 'Alba' y pequeña con 'Contraventanas'…

–En realidad la música llega a todos los confines y por cualquier medio, y nos queda mucho por explorar. Ahora hay tendencia a incluir música de grupos en el cine, y Niños Mutantes hemos salido ya en algunas series, como Física y Química o Paquita Salas. En este caso ya el culmen es hacer la música entera. Todavía no he acabado de creérmelo.

–Habitualmente ponían imágenes a su música en los clips; ahora el camino ha sido el inverso...

–Totalmente, estamos acostumbrados a poner la creación visual al servicio de muestras canciones, y ahora me han dado a mí la libertad de creación para hacer sonar las imágenes. Son procesos similares y paralelos, pero completamente diferentes.

–Williams, Morricone, Alberto Iglesias, Vangelis, García Abril, Julio de la Rosa, Roque Baños… y hasta el granadino Raúl Alcover, que fue a los Goya, son firmas muy relevantes del sector ¿se ha fijado en alguno en particular?

–Todos esos son muy admirables… Iglesias es nuestro Morricone español. Es el no va más, está muy lejos, y muy alto. Pero si tengo que nombrar a alguien es a Julio de la Rosa, que aparte de ser un gran amigo es quien me ha abierto la puerta y me ha enseñado el camino. Sin él no hubiera sido capaz de hacer esto; es un referente absoluto.

–¿Lo ha escrito y tocado todo solo o bien acompañado?

–Solo. De alguna manera ha sido mi primer proyecto en solitario. Siempre he ido de la mano de Mutantes o Malahora, y esto es absolutamente personal. Se ha firmado como Andrelo Prado y lo he hecho solo. Eso sí con la ayuda moral de mucha gente y la colaboración, por ejemplo, de Anni B Sweet, que canta la cabecera conmigo. El resultado es el de un año obsesivo metido en mi agujero, y visceral, porque me he dejado la piel.

–¿Cómo se lleva maniobrando entre marejadas orquestales?

–He lidiado con zonas muy orquestales, con otras muy oscuras o roqueras… No es una banda sonora indie porque Antena 3 tiene unas premisas generalistas que hay que respetar. Yo no tengo formación clásica, pero me ha gustado mucho trabajar las partes más colectivas. Me he sentido cómodo, porque liberas mucha más tensión cuando suena una orquesta que cuando lo compones y tocas con la guitarra o el teclado. Son sensaciones muy diferentes.

–La serie es la adaptación de otra de origen tuco ¿le ha servido de referencia la ubicación mediterránea?

–No, para nada, es más, me he intentado mantener al margen. Sí me lo comentaron, pero he hecho el esfuerzo de no interesarme para partir de cero.

–Hay compositores que aseguran inspirarse en la acción, los personajes, la luz… ¿Cuál ha sido su fuente en este caso?

–Un poco de todo, empecé a trabajar con la historia antes de ver ninguna imagen. Luego con las imágenes llegó la luz, el tono, la planificación, y el montaje te marca el paso. Me he centrado en la historia y la protagonista, Alba, que es Elena Rivero. Llevo un año conviviendo con ella aunque ella no lo sepa (Risas).