Los libros recomendados esta semana por los críticos de IDEAL
Remedios Sánchez y Francisco Morales Lomas
Sábado, 16 de marzo 2024, 00:35
Los Miralles
Por Rafael Ruiz Pleguezuelos
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La primera incursión en la novela de este autor nos traslada a una Valencia olvidada, en la que una familia singular, ... prendida en sus propias creencias y tradiciones, resguarda con devoción lo que ellos consideran un árbol sagrado, el manzano centenario que se encuentra a la entrada de su alquería. Novela fresca, con vocación de originalidad y alardes técnicos, rica en sensaciones, que alterna lo macabro con lo sagrado, lo cotidiano con lo trascendente, lo culto y lo vulgar.
Visitando a la familia que da título al libro, repasamos una compleja red de personajes que capturan la esencia humana, desde Moisés —narrador mordaz y ácido–, trotamundos exiliado que vuelve al hogar, hasta los ancianos Miralles, guardianes de secretos ancestrales y tipos más que particulares. La prosa bien medida del autor crea un universo donde lo divino y lo profano coexisten, donde las historias bíblicas se funden con el transcurrir cotidiano. La novela es una invitación constante a reflexionar sobre la condición humana y los lazos de sangre, desplegando a su paso temas universales como el amor, la traición o la culpa. Un texto que disfruta desafiando las convicciones del lector.
Érase una vez Europa
Por C. de la Rosa
En estas fechas en que los libros póstumos copan la atención de los suplementos literarios, me detengo en esta obra postrera del historiador Fernando García de Cortázar, una completa biografía de nuestro continente, ese que se empeña, con moderado éxito, en alcanzar un cierto grado de unión que vaya más allá de lo crematístico. El historiador detalla las bases de lo que somos como comunidad: la tradición cristiana, las guerras que conformaron el mosaico de estados que hoy se reparten por el territorio continental, y cómo los conceptos claves que construyeron nuestro ideario se engarzan en nuestro devenir. Muy interesante.
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La desnudez de las horas
Por Gerardo Rodríguez Salas
Lonardi vuelve a ofrecernos un libro orgánico y cuidadosamente estructurado donde las horas se desnudan en la noche más corta del año y arden en la playa rebelándose contra el tiempo. La autora se sabe parte de una genealogía de mujeres que, habiendo germinado en sus entrañas, se reconocen «como gotas de agua/de una inmensa tinaja». La primera sección, «estas horas», nos ancla en la corporalidad del presente para luego adentrarnos en horas de júbilo, de zozobra, de incertidumbre, de memoria. El libro cierra con una palabra viva que, sin obviar la mirada social, nos acaba alejando de «la esclavitud de los relojes». Un alegato sobre la importancia del abrazo.
Una chica de tantas
Por José María Barrera
Los cuentos ofrecen aspectos importantes de la formación de las personas. Sirven de espejo de actitudes y creencias sobre los que se proyectan unos valores determinados. Rosa Díaz, poeta de amplia trayectoria, ha combinado su creación más reconocida con entregas de lírica para niños a lo largo de estos últimos años (véase la serie dedicada a Julieta). Pero estos libros –destinados a un público de menor edad– son también el mundo –vivencias, ejercicios de escritura– de la autora. No son «meros juegos de palabras» para adolescentes, son lecciones de ética y estética, para explicar a unos –los más jóvenes– y otros –los mayores– la realidad que nos rodea. Blancanieves, personaje del cuento popular que desarrolla el narcisismo del espejo mágico y la búsqueda y redención de una personalidad, lejos de la maldad e impureza del mundo, necesitaba una 'adaptación' a nuestra circunstancia presente, a ritmo actual, con otro símbolo, esta vez musical, el compás del hip-hop.
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En su libro 'Cuentos de Rimar Rimando' (2006), la escritora sevillana ya se detuvo –entre otros ejemplos– en 'La Madrastra y Blancanieves', donde con ironía y crítica, trasvasa el relato original a una muchacha y su peculiar madre que compra manzanas «completamente/ contaminadas» y la recuperación de la hijastra gracias al joven príncipe («que es un muchacho/ con la treintena»). Ahora, bajo la forma de Blanca N, una jovencita con siete amigos («una de tantas/ que ni guapa ni fea,/ que ni mala ni santa»), que «se sale del cuento» y lucha por ver cumplir sus deseos, entre depresiones y susceptibilidades, nos muestra, a su vez, a una protagonista que va despejando dudas, con «miles de razones/ para sembrar/ un campo de ilusiones», a pesar de su madre «robot viviente» de la casa o de factores ambientales («esos que siempre/ ejercen la pereza/ y nunca sacan/ fuerza de flaqueza») . Con los pies en el suelo, ella transforma su realidad, sin embargo, más allá del barrio, de su Instituto, de su familia, en otro mundo y en otro amor. Pero las lecciones son evidentes, ante tantas incertidumbres: no hay príncipes al rescate («ni macarra, ni príncipe, / ni sapo») y no hay redención social («lo mejor, lo mejor es la empatía,/ fluir, nadar, remar,/ andar los días»). Y ahí son importante los consejos de la «hada madrina» (quizá la voz de la conciencia) al recomendar otro tipo de belleza, que no se refleja en ningún espejo: «Es esa inteligencia / que repara/ los perfiles del cuerpo/ y de la cara». Poco a poco, la lectura de este poemario deviene, como en otros apólogos, en un proceso de aprendizaje, bajo la mirada clarificadora de un tiempo difícil y complejo, donde se forjan las ilusiones y se desmitifican determinados tópicos.
Dramaturgia grado cero
Por Pablo García Gámez
La mitología y lo que percibimos como realidad en sus múltiples verdades; el actor y el personaje dialogando simultáneamente en escena; el documento de archivo y la ficción compitiendo por la verosimilitud. Oraciones simples que aturden en su significado; el espectador dentro de la obra como otro performer y fuera de ella como audiencia; el reflejo del autor perdido entre los reflejos. Son algunos de los rasgos de la última obra de Antonio César Morón.
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La anécdota es conocida por el planeta: la llegada e impacto de la covid-19. En este contexto, Morón aborda dos espacios primarios. El primero es donde se toman las decisiones: los gobiernos nacionales con sus ministerios y ejércitos que cometen no pocos desatinos; las corporaciones farmacéuticas como parte de ese poder omnipresente que se comunica con la población a través de las pantallas de televisión para transmitir las más recientes normas y limitaciones a ser acatadas por el ciudadano común. Sin embargo, la pandemia es tan devastadora que incide en la pérdida del poder de algunos estadistas a partir de su torpeza; otros, también son castigados en las urnas electorales. El segundo espacio es el de los ciudadanos entre los que están los desesperados ante cada nueva noticia, cada nueva regulación ante la aparición de una nueva dosis o vacuna; están los que niegan la existencia de la pandemia y los que temen ponerse la vacuna ante la eventual mutación genética que sufrirán. El texto evoca a los amigos y familiares que dejamos de ver a causa de la plaga, a los compañeros con los que teníamos planes que quedaron en la memoria.
Esencial para la pieza es la suspensión del juicio o epojé. El dramaturgo muestra diferentes lecturas sobre una misma acción: ¿es un acto de egoísmo o de amor querer abrazar a un ser querido? El lector–espectador encuentra expresiones que ameritan reflexión; dos relacionadas con la conceptualización de la realidad y los medios de comunicación: «La posverdad es el secreto íntimo de lo real» y «la realidad se empeña en pervertir a la noticia».
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Conocedor de la dramaturgia de Antonio César Morón desde su Dramaturgia cuántica, considero que Los oráculos y la epojé armoniza premisas que el autor ha venido trabajando. El texto es grado cero en dramaturgia. Grado cero paradójicamente a partir de la palabra barroca que llena el espacio, de la suspensión del juicio y de la visión caleidoscópica de sociedades víctimas de las plagas mortales y las plagas del poder.
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