Un cómic de Goya, entre Lorca y Morente

Manuel Gutiérrez y Manuel Romero firman 'Goya. Saturnalia' (Cascaborra Ediciones, 2022), una de esas rarezas maravillosas llamadas a sorprender al lector. «Procuro no contar demasiado para no estropear la experiencia», dice Gutiérrez, guionista e ilustrador afincado en Málaga, pero estrechamente unido a Granada. «Al principio iba a ser un cómic más clásico, pero nos envalentonamos y hemos hecho el cómic que Goya necesitaba».

Gutiérrez nació en Ceuta en 1981, creció en Algeciras y se mudó aquí para estudiar Bellas Artes en la Universidad de Granada. «Hace dos años decidí retomar el doctorado, que tenía la espinita clavada y me encanta investigar sobre el mundo del cómic. Así que hablé con Sergio García, profesor con el que comparto una visión del cómic parecida por la experimentación, por la ruptura del punto de vista clásica, por el indagar en nuevas formas de expresión...». Y ahí sigue, terminando una tesis sobre el lenguaje del cómic y su vinculación con la poesía. Un trabajo del que, sin duda, forma parte 'Goya. Saturnalia'.

«El cómic –sigue Gutiérrez– está muy ligado con el inicio de la tesis, la verdad. Es el cómic que quería hacer, lejos de los cánones clásicos de principio, nudo y desenlace. Es toda una experimentación en imagen, lenguaje y texto». Y este no es el único vínculo con Granada, hay mucho más. «El libro surgió aquí, en el Salón del Cómic de 2019. Estaba con Julián, editor de Cascaborra, presentando '1915: La llave de África'. Me contó que quería hacer una nueva línea de biografías de personajes de la cultura y del arte español. Me ofreció a Alonso Cano. Pero yo pedí a Goya, por el que tengo obsesión desde la primera vez que fui al Museo del Prado, de niño». Yasí empezó este historia.

'Goya. Saturnalia' se centra en la etapa final de Goya, cuando se refugia en la Quinta del Sordo. «Tenía muy claro que las pinturas negras son sus obras culmen y quería centrarme en esa etapa», explica Gutiérrez. «Era un artista que se ganaba la vida con encargos, tapices decorativos... Esa etapa no me interesa tanto. Las pinturas negras son reveladoras porque las hace solo por él, en las paredes. No tenía la visión de que iban a perdurar. Son algo tan personal y misterioso que quería ahondar en el porqué las hizo».

Aunque Gutiérrez es ilustrador, para este proyecto pasó un año buscando al dibujante idóneo. «Nunca me planteé hacerlo yo. Tenía claro el estilo de artista que necesitaba y cuando encontré a Manuel Romero supe que era perfecto». El cómic narra esta parte de la vida del artista amplificando las claves poéticas y simbólicas. «No es el clásico cómic biográfico. Su vida es la excusa para hablar del arte, de la creatividad, de la esclavitud del trabajo por encargo. Exploramos el lenguaje del cómic como metáfora de lo que Goya hizo con las pinturas negras».

A partir de las pinturas negras el arte cambia. «Goya es la frontera», apunta Gutiérrez. «No se puede hablar del arte moderno sin hablar de Goya y por eso lo relacionamos con otros artistas que tuvieron esta 'saturnalia', este momento de explosión, de sacrificio, de brindis al sol, de celebración del arte». Esta idea se muestra en el cómic, además, en la propia estructura de sus páginas. Así, en la primera parte hay una retícula muy fija de tres por cuatro viñetas, «metáfora de la esclavitud, de la jaula donde estaba metido Goya». Y, a partir de la mitad, «la norma se rompe y comienza el viaje a la experimentación visual y narrativa más libre». Entonces, entre las viñetas, se cuelan Beethoven, Camarón, Enrique Morente y, por supuesto, Federico García Lorca. Una locura tremendamente hermosa.

'Goya. Saturnalia' se ha convertido en uno de los grandes lanzamientos de la temporada, alabado a partes iguales por la crítica como por los compañeros de profesión. De hecho, el libro cuenta con prólogo del talentoso guionista El Torres y epílogo de Álvaro Pons, uno de los grandes sabios del tebeo de España. «Es un sueño tenerlos en el cómic. El Torres hizo un cómic de Goya, 'Goya: lo sublime terrible', y era la referencia. Y Pons es una institución en la divulgación del cómic. Les tengo mucho respeto a los dos».

¿Y ahora qué? «Ahora quiero centrarme en el doctorado, con Sergio García. Tengo un enorme campo de exploración y tengo muchas ganas de seguir aprendiendo». Al final de las 127 páginas de 'Saturnalia' hay un índice con todas las referencias artísticas empleadas. Una auténtica invitación para aprender; para volver al principio y pasear, con otra perspectiva nueva, por las páginas de este inesperado y vivo museo.