Juan López, pintura neocubista en San Jerónimo

«Tenía la idea de hacer esta exposición desde hace un año. De hecho, ya teníamos la sala, en el Museo Provincial de Burgos. Pero se cruzó la pandemia, y como tantos otros proyectos, este se vino abajo», recuerda. Entonces, pensó en mostrarla en Granada, ciudad a la que unen lazos familiares, y gracias a la generosidad de las hermanas jerónimas, ha sido posible.

«No me puedo imaginar un marco mejor que este. La luz que entra en este claustro es absolutamente mágica», comenta el artista. La inspiración de López para esta serie de obras de carácter religioso viene de la música. «Siempre me ha gustado mucho la obra de Bach. Me provoca ese estado alterado de conciencia que me hace visualizar, a partir de las corales incluidas en la 'Pasión según San Mateo', los instantes que quiero retratar», afirma.

Para desarrollar toda la carga emocional que se esconde en la obra del compositor necesitaría, según propia confesión, un centenar de obras. En Granada, sin embargo, solo hay 15, por lo que ha tratado de exprimir al máximo a las musas, ofreciendo en ellas todos los matices que unos hechos como los narrados en los evangelios suscitan. De hecho, quien acuda a ver la exposición la visitará oyendo, precisamente, la música del maestro alemán, que suena en los altavoces del claustro. Se produce, así, una experiencia completa, una plena interacción de los sentidos.

Las piezas que integran la exposición fueron realizadas en tiempo récord:once de los cuadros se pintaron en el corto espacio de cuatro meses. López lleva casi dos décadas instalado en el neocubismo, un estilo al que llegó tras pasar por otros. Se siente cómodo en la temática religiosa, por más que su próxima exposición, 'Eros y Tánatos', una mirada minimalista al mundo de los toros, y que tendrá lugar en Madrid el próximo otoño, tenga una temática eminentemente profana. «El primer cuadro que admiré profundamente, con apenas seis años, fue 'La adoración de los Magos', de Rubens, en El Prado». Afirma que «la fe es muy difícil pintarla. Me mueve la estética, por más que la tenga. Mis cristos son dolientes, humanos, pero he querido ofrecer un espacio para la esperanza, por lo que la exposición finaliza, tras la 'Adoración del Cordero Místico' –al ejemplo de los Van Eyck–, con un 'Cristo resucitado'».

Juan López se formó en la Escuela de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde ingresó a los seis años. Pasó por el expresionismo, la abstracción y el conceptualismo, hasta llegar al neocubismo. Fue discípulo del escultor Sebastián Miranda, quien le enseñó a ver formas, cuerpos y espacios. Cuando, tras volver del servicio militar, se dedicó en cuerpo y alma al arte, expuso en Londres, París, Estados Unidos... Su obra está colgada en multitud de colecciones privadas a ambos lados del Atlántico, como la de Paul Getty o la de la Hispanic Society de Nueva York, y en museos como el de la propia Real Academia y en el de Arte Contemporáneo de Cuenca.