La muerte de Eduardo López Huertas nos ha dejado sin uno de los protagonistas del nacimiento de la música pop en Granada, en aquellos primeros ... años sesenta en los que estaba todo por hacer en la ciudad que iba a ser conocida poco después como 'la fábrica de conjuntos'. López Huertas fue fundador y cantante de Los Windys (luego Edward y los Windys, y más tarde Eduardo y Los Windys) hasta 1970, grupo que con Los Nevada y Los Ángeles arrancó la historia del pop en Granada.
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Los Windys se formaron en el año 1961 a partir de estudiantes que tocaban en la tuna del Colegio Mayor Isabel. El nombre lo improvisaron sin saber muy bien lo que significaba, y cuando años más tarde el showman y cantante Torrebruno les llamó los «Tempestuosos» descubrieron que tampoco sonaba mal en español.
Fueron los encargados de inaugurar la sala de fiestas de los Jardines Neptuno, centro neurálgico del ocio musical en Grabada, donde fue 'banda residente'. También frecuentaron los clubes de la obligatoria Costa del Sol, donde coincidieron con Frank Sinatra. Participaron en las míticas matinales del Price, llegaron a telonear a Johnny Hallyday en Madrid, y algo habitual en esos tiempos, hicieron el circuito por los países de Oriente Medio. En Granada ejercieron así mismo de grupo de soporte de Gelú, Li Morante y Rocío Dúrcal en las matinales del teatro Isabel. Fueron los primeros granadinos en grabar discos, y en 1963 ya tenían tres singles en la calle para el sello Fontana. Un año más tarde, por votación popular, este periódico los nombró 'Mejor grupo de Granada'.
A Eduardo le conocían coloquialmente como 'El Choyas', por el parecido con el actor Alan Ladd en la película Marcado a fuego, donde el actor ejercía de un pistolero llamado 'Choya'. Tras dejar en 1969 a los Windys participaría en otras formaciones como Nosotras y Ellos. En 1989 haría una reaparición entrañable una fiesta conmemorativa de la facultad de Farmacia (Fermín Sánchez, miembro fundador también de Windys y fallecido hace unos meses, fue catedrático en esa facultad), mientras ya ejercía de enfermero en el Hospital Clínico y frecuentaba la tuna de mayores.
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La tesitura vocal de Eduardo lo situaría en una suerte de crooner todo terreno, con una voz espléndida que se acomodaba igual de bien a la canción melódica, como a la música francesa, italiana, el soul o el rock and roll. Con él se nos ha ido otro más de los pioneros de la larga historia de la música granadina. Aplaudan por favor, los artistas se retiran entre aplausos.
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