«Desde muy joven aprendí a apreciar el tamaño compacto de la armónica»
El californiano llega el jueves a Almuñécar con los Nightcats para abrir la prima edición del festival de blues de la localidad costera
Juan Jesús García
Miércoles, 9 de julio 2025
Californiano cosecha 49, de Rick Estrin está considerado uno de los mejores músicos de armónica, cantantes y compositores en el mundo del blues. Su talento ... ha impulsado varias de sus canciones en álbumes propios y ajenos nominados a los Grammy. Su vida da para una película, con exteriores en California, Chicago y Nueva York, siendo con su banda los Nightcats una de las mejores experiencias en directo que se puede ver en directo ahora mismo dentro del circuito del bues&roll. Estará el jueves en Almuñécar abriendo la primera edición de su Festival de Blues, completando la noche el guitarrista y cantante de Luisiana, DK Harrel, recién llegado de 'Cazorleans'.
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–Toca la armónica. ¿Por qué eligió ese pequeño instrumento? ¡No me diga que es porque más fácil de llevar que un contrabajo!
–Desde luego pesa menos sí (risas). Desde muy joven aprendí a apreciar el tamaño relativamente compacto de la armónica, pero mi principal atractivo fue la poderosa expresividad emocional que este pequeño instrumento es capaz de ofrecer.
–¿O por su similitud emocional con la voz humana?
–Por supuesto. Entre todos los instrumentos, la armónica es inigualable en su capacidad de llorar, gemir y hablar, no hay otro instrumento más cercano a la expresividad de las emociones humanas.
–Por favor, explique a los menos iniciados qué es el 'Jump blues'.
–Lo que se conoció como 'jump blues' comenzó en la década de 1940, cuando la era de las big bands estaba llegando a su fin y las circunstancias económicas propiciaron la formación de grupos más pequeños y compactos. Musicalmente, es blues y R&B de buen tiempo, tocados con un ritmo vibrante y un toque ligeramente jazzístico. Nuestro estilo de 'jump blues' se remonta a Little Walter, ya que usamos armónica en lugar de saxofón.
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–Me cuentan que,siendo usted joven, Muddy Waters le invitó a tocar con él. ¿Cómo fue la experiencia?
–La primera vez que me invitaron a tocar con Muddy fue en 1970, cuando tenía 20 años. A Muddy parecía encantarle mi forma de tocar y me dijo: «Chaval, tocas como un hombre». Nunca me convenció estar en la banda, pero siempre que iba a sus conciertos, me llamaba para subir a tocar con él tocar. Su aprobación todavía significa mucho para mí.
–Usted lo vivió. ¿Qué recuerda de la escena de San Francisco en los tiempos del Fillmore, el Avalon, el Matrix, etcétera?
–Para mí, lo mejor de la escena musical de San Francisco en los 60 era que los salones de baile y clubes hippies solían presentar una mezcla ecléctica de estilos musicales, ¡incluyendo mucho blues! De adolescente, pude ver a gente como Muddy Waters, Howling Wolf, Junior Wells y Buddy Guy, BB King, James Cotton, Big Mama Thornton, Big Joe Turner, T Bone Walker... ¡Gente así tocaba en la ciudad todas las semanas!
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–Leo en una crítica que usted «escupe fuego con la armónica»… ¿Está de acuerdo con esto? ¡Va a contribuir usted al cambio climático!
–Espero poder comunicar una amplia gama de emociones con la armónica: emoción ardiente, a veces un toque alegre y algo de arrepentimiento triste. Todo ese tipo de cosas me ayudan a contar mi historia en mis canciones. Lo otro… espero que no (risas).
–Veo su agenda y tiene 15 conciertos este mes… ¿Tocar es su vida?
–Tocar blues ha sido mi vida durante 60 años. A veces ha sido un reto, a veces difícil, pero en general ha sido maravilloso. Puede que no sea la mejor vida para algunos, pero para mí es perfecta.
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–Muchos músicos de jazz y blues aseguran ser más valorados en Europa que en su país… ¿Está de acuerdo?
–Los Nightcats sentimos el cariño de nuestros fans allá donde vamos. En Europa, los fans son quizás más respetuosos e igual de entusiastas.
–Ya por último, le interesa también la enseñanza, hizo un trabajo para que los jóvenes aprendieran a tocar la armónica de blues. Cuénteme cómo se le ocurrió.
–Me parecía que toda la instrucción de armónica solo abordaba la mecánica y los aspectos técnicos de tocar el instrumento. Quería hacer algo diferente, y para mí, tan importante como tocar blues, quería abordar los componentes comunicativos y emocionales de tocar la armónica de blues. Tenía que ofrecer a los demás lo que yo no tuve.
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