La Joven Academia de la OCG, dos generaciones de músicos codo con codo

Darío García es uno de los jóvenes violistas que integran la Academia. Nacido en Alicante, ha desarrollado , sin embargo, su carrera en Granada. Para él, como para el resto, «es una grandísima oportunidad, ya que te permite aprovechar la experiencia de estos excelentes profesionales para desarrollar el aprendizaje». Darío tiene muy claro que su futuro pasa por dedicar muchas horas a un instrumento que descubrió tarde, pero que ahora forma parte indispensable de su ser, no solo como músico, sino como persona. Sobre el programa que interpretan en estos días, asegura que solo está al alcance de grandes orquestas, «y no todos los días tiene uno la oportunidad de tocar esta maravillosa obra de Strauss, así que estoy muy feliz de estar aquí».

Felipe Corpas es granadino y uno de los jóvenes percusionistas que integran la plantilla de esta Joven Academia. Haciendo un ejercicio de retrospección, afirma: «Si el Felipe que era hace unos años mirara al Felipe de hoy, creo modestamente que se sentiría contento de estar aquí». Corpas pone por las nubes a sus dos maestros, Jaume Esteve y Noelia Arco, los percusionistas titulares de la Orquesta, y afirma haberse sentido muy cálidamente acogido por ellos. «En este programa, además, la sección de percusión tiene un papel muy importante desde el punto de vista rítmico, con timbres y colores que se generan a través del uso de platos y los diversos efectos que aplicamos».

Luna Paquin también se sienta en la familia de la cuerda. En su caso, lleva un apellido artístico ilustre, ya que su padre, Marc Paquin, es violinista de la OCG, y su madre es la chelista Orfila Saiz Vega, directora además de la Real Academia de Bellas Artes. Con todo, no le pesan en exceso los apellidos, pero sí la responsabilidad de, algún día, cumplir su sueño de dedicarse profesionalmente a la música, «que es mi vida. En estos días de trabajo al lado de la plantilla de la OCG, como cada vez que actúa con la Joven Academia, ha aprendido «la importancia que tiene aprender de los mejores».

El director artístico de la orquesta Ciudad de Granada, Lucas Macías, tiene una relación muy especial con el programa que se está ejecutando en estos días. Recién llegado a la Orquesta Gustav Mahler, fundada por Claudio Abbado, interpretó 'Una vida de héroe' como oboe, con Seiji Ozawa en la tarima. «Estamos hablando del año 2000. Hace 22 años, ¡cómo pasa el tiempo!», afirma con humor Macías, quien tiene unos excelentes recuerdos de esa época. El director se siente muy feliz de trabajar con jóvenes. «Para mí, encontrarme con ellos es una liberación de tensión y una alegría enorme. El joven músico está cargado de energía, de pasión, de ganas. Además, son nuestro futuro».

Sobre la labor desarrollada en estos días, asegura que la colaboración entre los jóvenes instrumentistas y los ya veteranos miembros de la Orquesta ha sido ejemplar. «La monitorización es algo clave para un músico en cualquier etapa de la vida, porque nunca se deja de aprender, pero en los primeros pasos, en las primeras colaboraciones con las orquestas profesionales, tener al lado un referente es algo fundamental».

Macías afirma que el éxito de la Joven Academia de la OCG no es algo baladí. «Es un instrumento que debemos cuidar y potenciar al máximo, porque de aquí han salido muy buenos músicos, de talla mundial, como mi compañero el oboísta Ramón Ortega, el granadino que lleva ya años ejerciendo como solista en la Orquesta de la Radio Bávara». El resultado artístico, mezcla de entusiasmo contagioso y saber hacer, está garantizado, mucho más con este bello programa.