Arcángel y Salvador Gutiérrez. J. F. B
Crítica

Flamenco a la carta

Jorge Fernández Bustos

Domingo, 28 de septiembre 2025, 00:17

Arcángel, cantaor comprometido con su tiempo, paradigma del cante afinado y la voz laína, ha querido este viernes, penúltimo día de la primera Bienal de ... Flamenco de Granada, en la Abadía del Sacromonte, rendirles tributo a los clásicos contemporáneos del género –muchos de ellos sus propios compañeros–, en un recital tan novedoso como reminiscente. Para ello quiso contar con la colaboración del público asistente, dándole a elegir el repertorio entre un amplio cancionero ofrecido por el artista a través de sus redes sociales. «Las canciones más votadas por sus seguidores –se llegaba a proponer– serán las interpretadas por Arcángel en este concierto que, desde su génesis, se intuye como irrepetible». Así nace 'Abecedario Flamenco', un recital muy de todos, que pudo constituir sin duda la banda sonora de nuestras vidas. En el ecuador del concierto, Arcángel explicó la idea del concierto y dijo que no pretendía ni homenajear ni imitar a nadie, solo sentía que «mirar hacia atrás es renovarse».

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El cantaor onubense vino bien arropado por sus paisanos. Salvador Gutiérrez, el único sevillano, secundaba su buen hacer a la guitarra. El eco de Los Mellis se ha convertido en imprescindible para muchos artistas en los coros y en las palmas. Y Lito Mánez puso el latido callado la percusión.

El germen del concierto fue morentiano en sus formas: una misma pieza abarca varios palos continuados naturalmente, sin pausa. De esta manera, la noche empezó, solo con el guitarrista, por tientos, con 'La leyenda del tiempo', de García Lorca, en versión de Enrique. De ahí pasó a los tangos, ya con todo el elenco, en los que volvió a aparecer Morente y su discazo 'Sacromonte'; unos lucentinos, entre medias, para acabar con 'Mi pena', un poema de Manuel Machado, en ese mismo trabajo. Con 'El diálogo del Amargo', también de Federico, comenzó la soleá, con la que pasó a los poemas por bulerías del gran dúo del flamenco: Lole y Manuel ('Nuevo día', etc.). Acabó esta primera entrega por la toná 'Soy como el oro'.

Un descanso del cantaor alentó a Los Mellis a brindar unas bulerías, envueltas en la 'Nana de Colores', de Diego Carrasco, como base. Arcángel volvió a salir con su guitarra y, tras excusarse por lo «malamente» que la toca, dio paso al momento más entrañable de la velada: casi a capela hilvanó 'Alfileres de colores',  de Diego Carrasco; 'Dime', de Lole y Manuel; S.O.S., de Mayte Martín; y 'Como el agua', de Camarón y Paco de Lucía.

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De nuevo todos en el escenario, bordaron unas bulerías camaroneras impagables, con efecto polifónico a su final. Unas cantiñas, donde sus primeros tercios fueron a media voz, solo percusionados, para romper seguidamente con agudos imposibles, dieron paso a las bulerías finales, que el artista dedicó a las familias flamencas granadinas con las que había tenido afinidad: los Morente, los Heredia y los Maya, o sea, Manolete; y al imprescindible recorrido por los fandangos de Huelva, como sentido homenaje a su tierra. Como bis, después de unos minutos de aplausos, interpretó 'Aire', de José Mercé, en donde curiosamente Los Mellis coreaban igual que lo hicieron con el titular recientemente. Y es que en el flamenco todo está conectado.

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