No hay duda un de que Granada es una tierra de talento. No tenemos que remontarnos a García Lorca ni mucho más allá. Más cercano ... en el tiempo tenemos nombres que configuran una ciudad privilegiada en el terreno de las artes y de la música. Uno de estos nombres sin duda es Carlos Cano que, aunque no fuera flamenco, ortodoxamente hablando, sí componía ajustado a los cánones rigurosos de la copla flamenca, o sea, sus letras encajan perfectamente cualquiera de los palos tradicionales. Así supo verlo Antonio Campos, este miércoles, en la Corrala de Santiago, convocado para participar en el ciclo 'Carlos Cano, 80 aniversario'. Y nadie mejor que él, que retomó el proyecto como suyo y se entregó a él, como tan solo un flamenco avezado sabe romperse.
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Antonio Campos atraviesa quizá el mejor momento de su carrera. Hace unos días presentó en la Bienal de Madrid 'Sacratus', una obra personalísima, con un innegable trasfondo espiritual. También figurará este verano en la creación musical, con el espectáculo de Manuel Liñán 'Llámame Lorca', que ocupará la primera quincena de agosto, en el programa Lorca y Granada.
Acompañado a la guitarra de un inmenso José Fermín Fernández, Antonio, con impoluta chaqueta blanca, quiso que las composiciones de Cano sonaran flamencas. El cantaor manifestó en el escenario que no deseaba hacer playback y reproducir las canciones tal cual, sino encontrar el estilo interno de esos poemas. Así, con presencia de la hija de Carlos, Amaranta Cano, entre el público, sonaron en el patio de la Corrala los temas populares, o no tanto, del cantautor granadino en forma de soleares, tangos o alegrías.
José Fermín abrió la noche, interpretando un zapateado de Sabicas que solía hacer Miguel Ochando, a quién se le dedica la temporada de flamenco en la Corrala. Seguidamente Antonio alzó la voz para, a capela, cantar los 'Aires de cuna', lógicamente por nanas. Igualmente, sin acompañamiento musical, metió por romance 'Andalucía Superstar'. Ya, arropado por la exacta guitarra de Fermín, cantó 'Alacena de las monjas' por tanguillos, respaldado por la voz poética de Paco Pérez en el estribillo; y, entroncando con la serrana tradicional, abordó 'Si estuvieran abiertas todas las puertas', con este deje tan campero.
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Nuevamente, con un gran acompañamiento guitarrístico, sonó por tangos 'El día de San Román', antes de darle paso al rapsoda, Paco Pérez, para recitar 'Abre tu balcón', con un fondo de cantiñas. Tema que retomó Campos por soleares. Con la misma fórmula de recitado y cante, abordaron en la 'Canción de los marineros'; por alegrías.
La noche terminó con la guinda de 'María la Portuguesa' por milongas, en las que dejó claro, con la humildad qué caracteriza a los grandes, que Antonio Campos, no solo es uno de los mejores exponentes el cante actual, sino el iluminado creador qué nos representa.
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