¿Es posible que estemos contemplando el mejor momento de una cantaora? Podemos decir que sí, puesto que el recital que ofreció la onubense Argentina ... el miércoles, en el Palacio de los Córdova, enmarcado en las Noches Flamencas del Festival de Música y Danza de Granada, rozó la exquisitez. Aunque queremos pensar que su mejor momento aún no ha llegado o que, desde este gran momento, continuará dándonos buenos encuentros. Lo cierto es que la cantaora, arropada por un selecto José Quevedo 'Bolita', a la guitarra, y sus paisanos, Los Mellis, a los coros, palmas y jaleos estuvieron a la altura de todos los paladares. Con un título tan genérico como 'Flamenco por cantaora' y un programa completamente equivocado, Argentina María López Tristancho —que así se llama— se encontró a gusto como nunca y, ese estado de gracia, lo supo trasmitir desde su primera entrega por asturianas, con concesiones al romance y a la montañesa. Con unos tanguillos tradicionales, recibe a los hermanos Antonio y Manuel Montes (Los Mellis), toda una garantía de compás y buen gusto. Continúa la noche con unas guajiras, muy de su medida (de hecho manifestó su inclinación a los cantes de ida y vuelta). Para la cartagenera, del Cojo de Málaga, se queda sola nuevamente con Bolita, demostrando así su versatilidad. Los tientos clásicos pasan en su ecuador a ser tangos, en los que tan solo aborda una letrilla de Granada. Sin embargo se sumerge de lleno en la granaína, en la que supo ser valiente y colorida. Los Mellis con un cajón en forma de mesa percutida la acompañan en la soleá por bulerías, antes de abandolarse por Juan Breva, rondeña la chica y fandangos del Albaicín, que le faltaron fuerzas para rematarlos.
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José Quevedo, por su parte, parece que paralelamente ofrecía su recital propio, de tan creativo y orillado en sus falsetas. Individualismo al que da rienda suelta en las bulerías que hace en solitario en el intermedio, acompañado de los palmeros, que demuestran a su vez los buenos cantaores que son. Vuelve Argentina de negro (se fue de rojo) por cabales de Sernita, para echar nueva leña al fuego que dejó en plena viveza. Continúa con una milonga con ritmo de tango argentino y después con los caracoles tradicionales de Chacón.
Uno de los momentos especiales de la velada, como buena onubense, fueron los fandangos, que los empezó personales, con Enrique Morente, Cepero o del Niño León, para ir acercándose poco a poco a Huelva, con Juan María Blanco, Pepe la Nora o Manolillo 'el Acalmao', y rematar con los fandangos de Cané de Alosno. Acaba el concierto de pie, como dictan los cánones, dando una pincelada 'A tu vera' y a 'Voy a perder la cabeza por tu amor' y bordando el 'Romance de la reina Mercedes' por bulerías. Y, después de este cuplé, también por bulerías, el tema de Carlos Cano 'María la Portuguesa', para poner punto final a un concierto tan generoso como aplaudido.
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