Ana Moreno, escritora y columnista

«Soñar un mundo nuevo ya supone luchar por transformar el que tenemos»

Ahora publica su cuarto libro de poemas, 'La materia de los sueños', tras 'Mujeres en vuelo', 'Mujeres de carne y verso' y 'Mujeres tejiendo alas'. Como se desprende de estos títulos, la conciencia feminista está muy presente en todo lo que escribe, ya sea poesía, ensayos o artículos de opinión, algo que le sale de manera natural. Moreno, que lleva años militando en la izquierda política y en el feminismo, contribuye con su trabajo a «hacer visibles» a las mujeres que toman la palabra, las de antes y las de ahora.

–¿Qué persigue con 'La materia de los sueños'?

–Indagar en las contradicciones históricas y, desde el lenguaje poético, tratar de construir un mundo en el que la palabra, la conciencia y la ternura se conviertan en instancias críticas del poder. Un objetivo ambicioso por mi parte, pero considero que hay que soñar un mundo nuevo porque hacerlo ya supone luchar por transformar el que tenemos.

–Todos sus libros hablan de mujeres.

–Yo escribo, efectivamente, desde una conciencia feminista y en este nuevo libro doy voz a las mujeres que hablan de amor, de dolor, de muerte y de esperanza. Emociones que sentimos y expresamos a lo largo de nuestra vida.

–¿Cómo se estructura este libro de poemas?

–En tres partes: la palabra, la conciencia y la ternura. En la primera hablo de la palabra poética y de lo que significa para mí. Aquí dedico un poema a mi definición de libro. La parte más amplia es sobre la conciencia. Desde mi punto de vista, si ponemos en práctica, vivimos y tratamos de compartir esos tres sentimientos, el mundo será mejor.

–¿Cuántos libros tiene publicados en total?

–Seis. El primero fue mi tesis doctoral, 'El poder de la palabra', sobre las mujeres en las novelas de Fanny Rubio. Después escribí el libro de ensayo 'El laberinto del patriarcado'. Luego tengo cuatro libros de poesía.

–También escribe artículos de opinión. ¿En qué estilo se siente más cómoda?

–En la poesía. Mi primer acercamiento al mundo de la literatura fue a través de los cuentos infantiles y de hadas, pero enseguida empecé a leer poesía. A mí es lo que más me gusta, aunque el ensayo también es interesante porque te da ocasión de reflexionar.

–¿En qué se centra ahora?

–Últimamente escribo mucho sobre las mujeres que toman la palabra. En este libro hay poesías de María Zambrano, Ida Vitale, Angelina Gatell, de las mujeres de la generación del 27. Las mujeres tienen una obra importante, pero hasta que la crítica feminista no la ha reconocido parece que no existía.

En este sentido, contribuyo a hacer visibles a esas mujeres, no solo a las del 27, porque hay autoras magníficas que no han tenido el reconocimiento que se merecen. Todo el mundo conoce a Blas de Otero y a Gabriel Celaya, pero no tanto a Ángela Figuera y a Angelina Gatell. Por eso en los últimos años estoy más dedicada a investigar el mundo literario de las mujeres.

–¿Cuántos años lleva escribiendo?

–Mi primer libro lo publiqué en 2013. Desde que era pequeña me ha gustado escribir, aunque he sido mucho más lectora. No he estado nunca al margen del mundo de la literatura y no concibo un mundo sin libros.

–Por su trabajo como articulista de opinión vive pegada a la actualidad. ¿Qué opina de los últimos acontecimientos a nivel nacional e internacional?

–Si miramos a nuestro alrededor vemos cosas que no nos gustan: hay gente luchando en Valencia por recuperar su vida, pero un poco más allá seguimos con el genocidio en Gaza, hay un huracán en Cuba y la elección de Donald Trump como presidente en Estados Unidos, desde mi punto de vista, va a implicar un recorte de derechos para todos los trabajadores y trabajadoras, pero especialmente para las mujeres, porque ya conocemos sus declaraciones.

Pese a que es un mundo convulso, tenemos que mirar alrededor para tomar conciencia y considero que presentar un libro siempre es una buena noticia porque es una llamada a la esperanza. Yo no hablo de los sueños como algo iluso; estoy convencida de que si imaginamos otro mundo, ya estamos poniendo las primeras piedras para construirlo.

–La esperanza como motor, ¿no?

–Exacto. En ese punto estoy. El motor de la vida tiene que ser la esperanza.

–Siguiendo con su razonamiento, la presentación de un libro se puede considerar también un acto revolucionario.

–Sí, al igual que el amor. La ternura, que es la forma más modesta de amor, tiene muchas formas. Las personas necesitamos estar unidas y querernos porque no tenemos otra forma de defendernos de todos los obstáculos que hay enfrente. El sistema nos vende el individualismo como algo maravilloso, pero en definitiva creo que es más miseria moral que otra cosa.