Muere Carola Malo, la musa que inspiró al pintor Rafael Zabaleta
Fallece a los 86 años aquella niña llena de vitalidad a la que el pintor llamaba su sobrina dada la vecindad que tenían en Quesada ambas familias
josé a. garcía-márquez
Jaén
Domingo, 4 de julio 2021, 23:34
61 años después de la muerte de Rafael Zabaleta un 24 de junio, coincidiendo ambos en el día y el mes, falleció en Quesada Carola ... Malo, la niña que en los años 40 del siglo pasado inspiró al pintor. Su última musa, con la que tuvo una relación tan cercana que incluso sin ser familia la consideraba su sobrina, se marcha a los 86 años, después de una vida plena de empatía con su pueblo y de una vitalidad tal que en su día desbordó al pintor, al tiempo que le motivó como fuente de inspiración artística.
Carola, casada, madre de cuatro hijos, compartió vecindad con Zabaleta porque ambos vivieron en cortijos contiguos en el paraje de Fique, cerca de la carretera que conduce al Puerto de Tíscar. Carlos Sánchez, su marido, revive recuerdos de una niña dinámica e inquieta: «Una vez, Rafael la llevó al cine y cuando volvió dijo que ya nunca más, que se había portado muy revoltosa, sin parar un momento».
A Zabaleta, además de la amistad con la familia, le atraía la expresividad de la niña, sus ojos, sonrisa, gracia, vigor y energía. Así que Carola le sirvió de modelo en varias ocasiones. Entre las obras que lo constatan se encuentra el óleo 'Retrato de niña' (de 64,5 x 54 centímetros), que Zabaleta pintó en el período 1941-1942, estampando una dedicatoria junto a la firma: «A mi sobrina Carola». De este cuadro, que Zabaleta regaló a Carlos y a Carola cuando en julio de 1959 contrajeron matrimonio, la biógrafa del pintor, María Guzmán, en su obra 'Rafael Zabaleta, Estudio Catalográfico', expresa que «en un entorno casi palaciego presenta el retrato de una niña sedente en un suntuoso sillón y ataviada con vestimenta de paje, ocupando la protagonista la totalidad de la tela. A pesar del atuendo que reviste la figura, queda claramente incluida en el género del retrato por la captación psicológica y los rasgos propios del infantil personaje».
Retrato psicológico
Más conocido si cabe, por hallarse expuesto en el Museo de Quesada, es otro óleo de 81 x 65 centímetros, con Carola como única protagonista, pintado por Zabaleta en 1943. En este la figura infantil aparece en posición frontal, sentada sobre una silla de anea, con las manos cruzadas sobre el regazo y peinada al gusto de la época. Según María Guzmán, «se trata de un cuadro pintado con gran economía de medios, apenas una tinta de sombra y otra de luz. Zabaleta consigue un retrato de buena factura, lleno de ternura y delicadeza, demostrando su capacidad para un género que apenas cultivó».
En Quesada, Carola Malo nunca ocultó la satisfacción que le producía haber sido pintada por Zabaleta, «mi tío Rafael», como ella le llamaba. La muerte de Carola, muy querida ella y toda su familia, ha producido un hondo pesar en Quesada y así pudo corroborarse en las honras fúnebres de aquella niña que resultó toda una evocación para el genio del expresionismo.
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