Juan Ramón López se inspira en la tierra para exponer su arte cargado de sentimiento

La muestra del pintor vilcheño está integrada por 30 obras, entre óleos y dibujos, entre los que destacan monumentos, rincones y espacios naturales tan vilcheños como el Cerro de la Virgen, la Ermita, el templo parroquial de San Miguel Arcángel, Plaza Mayor, la Casa del Obispo Calderón del siglo XVII, la iglesia de Santiago, las calles Pastores y Las Peñas o las cuevas que oficiaron de viviendas hasta hace unos años.

Con un estilo naturalista con pinceladas poéticas y deliberada ingenuidad (arte naif), López Muñoz ofrece también bodegones, patios cordobeses y perspectivas sevillanas, estas últimas a modo de homenaje a la ciudad en la que se recuperó de un gravísimo accidente: «En 2001 sufrí una electrización cuando trabajaba en las alturas. Además de quemarme manos y brazos, en la caída me fracturé la tibia, el peroné, el calcáreo y varios metatarsianos. Como allí no había nadie, hube de reptar durante 800 metros hasta llegar a la autovía a la altura de Santa Elena para intentar que algún conductor me socorriera. Mi ángel de la guarda fue una mujer que me vio, se detuvo y llamó al 112. A partir de ahí empezó mi calvario por quirófanos y unidad de quemados. Volver a pintar para mí supone la mayor de mis conquistas».

A pesar de que es su primera exposición individual, Juan Ramón López cuenta con obras suyas repartidas por toda España, además de haber participado en muestras de carácter colectivo: «Comencé a dibujar siendo muy niño. Cogía una caja de zapatos, la pintaba y hasta le ponía un marco. Cualquier libreta que caía en mis manos acababa repleta de dibujos. Cuando me incorporé al Seminario San Felipe Neri de Baeza, cursé estudios de pintura y dibujo y pude familiarizarme con diferentes técnicas, desde el carboncillo a la acuarela, pasando por cera, pastel y lápices plomo y carbón. El óleo llegó más tarde a mi vida artística. Al descubrirlo quedé maravillado por las posibilidades que ofrece. Si el dibujo me traslada a la niñez, el óleo es mágico, me inspira, me produce serenidad, equilibrio, firmeza».