Estrenan en Quesada 'Anatomía para principiantes', sobre identidad y educación sexual

'Anatomía para principiantes' es una obra a varias voces que nos habla sobre cómo se ha construido la identidad y a educación sexual de los hombres. El personaje protagonista, a lo largo de varios cuadros que abarcan desde los primeros días de vida hasta que mantiene una relación estable, va descubriendo su sexualidad con sus pros y sus contras. La obra de creación propia, con licencia Creative Commons, acorde con la filosofía de vida y propuesta de teatro de sus autores, se convierte en un diálogo a varias voces entre David, el protagonista, Benjamín, autor y director presente en escena, y el público que, además de espectador, es personaje de la obra en un juego donde se confunden los papeles de cada uno.

La pieza materializa lo que sus autores proponen como una nueva corriente, un 'teatro de decrecimiento' comprometido con la emergencia climática y que se propone ir más allá de lo que entendemos por sostenible. La propuesta escénica de este 'teatro decrecimiento' es radical: no más de 50 euros por montaje, uso de luz natural o luz de sala sin más y apoyo técnico mínimo para el sonido y la música. Como comenta Benjamín Manzano: «Es un poco raro hacer una obra denunciando el cambio climático y que el presupuesto y recursos técnicos empleados sean una barbaridad. Resulta cuando menos contradictorio».

Desde estas premisas, acordes con su forma de vida y donde viven, en contacto con la naturaleza y en una zona con alto peligro de desertización, proponen un teatro sencillo y cercano, no más de 70 espectadores, donde prime el contacto con el público y se construya comunidad. «No es teatro de calle, pero su espacio es la calle y la plaza pública» comenta Benjamín.

De esta forma, Ayozar Company con su 'teatro decrecimiento' propone una vuelta radical a los orígenes del teatro tanto en su fondo como en su forma: Teatro arena con público alrededor de la acción en un espacio natural: «Nuestra idea es que los espectadores dejen de ser meros consumidores en busca de entretenimiento y vuelvan a sentirse ciudadanos críticos y libres formando parte de una comunidad, todo ello sin perder la idea de juego y diversión concluye Benjamín Manzano.