Carmen Linares, leyenda viva del flamenco y reconocida artista del cante, durante una de sus actuaciones. ideal

«Con el arte y el flamenco no hay quien pueda, y mucho menos una pandemia»

Carmen Linares - Cantaora de flamenco ·

Artista de Jaén para el mundo, Carmen Linares, Premio Nacional de Música, recupera su gira '40 años de flamenco' tras la pausa forzosa de la crisis sanitaria

Viernes, 19 de marzo 2021, 00:17

Leyenda viva del flamenco. Pocos son los que pueden llevar este reconocimiento como una reluciente y admirada medalla, tal como hace ella, Carmen Linares. Mujer ... de renombre en el arte del cante que cumple cuarenta años sobre los escenarios. Empezó como una adolescente en tiempos del Franquismo, con una profesión entonces «mal vista» que le da «la vida» y todavía lo hace. Admite ser adicta a su público y que le gustaría ver a su familia en Jaén más a menudo, una tierra donde se siente «muy querida» y que ella siempre lleva por bandera, con Linares siempre con ella.

Publicidad

–Cuatro décadas sobre el escenario es, de por sí, un logro, y más con los tiempos por la covid. ¿Cómo se sobrevive?

–Se sobrevive mal. En el mes de febrero ya se suspendió todo. Recuerdo el último, justo cuando empezamos la gira del 40 aniversario, fue en el Teatro de la Zarzuela, con Luz Casal como artista invitada. Fue un concierto precioso y, desde entonces, ya nada más hasta julio. No se podía. Para los artistas y la gente del mundo cultura ha sido fatal. Poco a poco se ha ido retomando otra vez el ritmo y haciendo actuaciones, aunque bastante menos que en tiempos normales. Pero yo espero que ahora, con la vacuna y si todo va bien, recuperemos en verano la actividad. Es una pena porque es muy necesario, nunca hay que olvidar que la cultura para el ser humano es esencial, para afrontar sus sentimientos y alimentar el alma. Así es la realidad y nos duele no poder subir al escenario.

–Hablemos de algo más positivo, el concierto de regreso.

–Fue en Granada, en el Palacio de los Córdova, en julio del año pasado. Invité a Marina Heredia, gran cantaora que vive en Granada y fue muy emocionante. También impactó, pues nada más salir al escenario veíamos a todo el mundo con las mascarillas y el público también estaba cohibido. Pero enseguida se superó y fue maravilloso cuando la gente se puso en pie y nos agradeció la actuación, con sus aplausos y ánimos. Para nosotras volver a cantar con los músicos fue especialmente emotivo. La gente también estaba emocionada, aunque las mascarillas ocultaran su expresión, se notaba en los aplausos y en la actitud. Hay que apoyar las actuaciones porque la cultura es segura y se ha demostrado.

«No hay que olvidar que la cultura es esencial para alimentar el alma del ser humano»

–Ha estado en Nueva York, Londres, París… ¿Se canta diferente sobre los escenarios internacionales?

–No importa dónde esté, siempre canto con todo lo que tengo dentro. Cuando subo al escenario y estoy con el público me esfuerzo por dar un espectáculo de calidad, cantar con sensibilidad y llegar a gente. Todo el mundo tiene el corazoncito en el mismo sitio. Lo importante es la sensibilidad que tenga la gente, que luego lo muestra cuando te recibe con muchos aplausos. Al final, lo que cuenta es percibir el calor del público. En España la gente entiende más las letras y se siente mucho calor también, pero lo siento igual cuando canto fuera, los aplausos son internacionales.

Publicidad

–¿En qué momento se convirtió Carmen Pacheco Rodríguez en Carmen Linares?

–Fue a lo largo del tiempo, no hubo un momento concreto. Tendría 17 años cuando empecé a dedicarme profesionalmente, todavía era Carmen Pacheco, y entonces, siempre lo digo, fue Juanito Valderrama quien me lo puso con mucho cariño y por nuestra bonita amistad. Después hay que trabajar la propia entidad y personalidad. Canto desde que era niña, fui aprendiendo, pasito a pasito, cogiendo experiencia. Y aún sigo aprendiendo, es algo que no termina nunca y sigue evolucionando. Igual que el flamenco y el arte. Así que lo mismo ocurre con Carmen Linares. La de hace 20 años no es la misma de ahora, eso espero (se ríe), ni será la de los próximos años.

«Todo el mundo tiene el corazoncito en el mismo sitio. Lo importante es llegar a la sensibilidad»

–De hecho, la Carmen Linares de hace 40 años estaba en un ambiente muy diferente. Con la recién estrenada Democracia, una mujer tan joven dedicándose al flamenco, ¿cómo fue?

Publicidad

–Yo tuve la fortuna de contar con el apoyo de mi familia desde el principio, pero es verdad que dedicarse al flamenco no estaba bien visto para una mujer de la época. Ya de por sí la carrera no es fácil, así que en ese escenario, lo fue menos. Pero aprendí, crecí y adquirí experiencia. Estábamos ahí y éramos felices a nuestra manera. Lo somos. Además, no hay que olvidar que con el arte y el flamenco no hay quien pueda, ni los tiempos duros de entonces ni los de ahora, con la pandemia. Siempre van a salir artistas, la gente continuará creando y ahí estará el arte para el bien de la humanidad.

«Siempre van a salir artistas, la gente continuará creando y ahí estará el arte para el bien de la humanidad»

–Ha actuado con grandes como Camarón, Enrique Morente, su hija Estrella Morente, los Habichuela. ¿Diría que guarda un trocito de ellos siempre dentro?

Publicidad

–Por supuesto, me han influido todas las cosas buenas que me han pasado y ellos lo son. Grandes compañeros y artistas. Las relaciones son importantes, un artista tiene que nutrirse de todo lo que ve y compartir experiencias. Pero cada vez hay menos tiempo para charlar, tomar algo juntos y contarnos nuestras cosas. No es como antes, se ve de otra manera y creo que deberíamos intentar recuperarlo.

–¿Qué le diría a las nuevas generaciones del flamenco? Ahí tenemos a Rosalía, ¿qué opina?

–Pienso que Rosalía es una artista a la que le gusta mucho el flamenco y ha cogido lo que le gusta para hacer su propio camino, y yo lo respeto. Cada uno con sus conocimientos puede hacer la fusión que quiera, un artista tiene que ser libre. Sobre las nuevas generaciones, dar consejo es difícil, aunque recomiendo que se empape de las raíces y tomar el camino que más le guste y sienta.

Publicidad

–Cuenta con numerosos premios a lo largo de su carrera, ¿aún hay sitio para más?

–Hay espacio en casa y los guardo todos con mucho cariño en un lugar de honor. Los tengo todos, menos una muñeca que me tocó en un concurso de radio de Ávila. Yo era muy pequeña y me regalaron un montón de chocolate y una Mariquita Pérez que intercambié con otra niña por unos patines, que tampoco guardo. Cuando supe que me dedicaría al flamenco le di mi vida, y el flamenco me lo ha devuelto, porque subir al escenario y estar con el público es impagable.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad