El equipo de Ángel Rodríguez trabajando en el solar particular del Albaicín donde ha aparecido la calzada. JORGE PASTOR

Patrimonio de Granada

Hallan en el Albaicín los primeros restos de una calzada romana en Granada

La vía, que ha aparecido en la reforma de un jardín, conectaba una escalinata monumental y un criptopórtico y describe la trama urbana de la zona

Jorge Pastor

Granada

Viernes, 12 de julio 2024, 23:58

El Albaicín siempre se ha asociado a la esplendorosa Granada musulmana. Pero la arqueología ha demostrado que hubo importantes ocupaciones anteriores, como la romana, que ... hasta ahora han pasado más o menos 'desapercibidas'. ¿Por qué? Lo entenderemos perfectamente con una fecha: 1754. Ese año, un señor que se llamaba Juan de Flores excavó en el Albaicín y se topó con el mismísimo foro de la Florentia Iliberritana, que así se llamaba Granada en los tiempos de Roma. Pero cometió un error garrafal. En efecto, halló estructuras de aquella época, pero también se inventó, sin ningún tipo de reparo, planchas de plomo, epígrafes en piedra y objetos de barro que él mismo enterró para destaparlos y reforzar la relevancia de sus hallazgos. Unas burdas falsificaciones. Aquello se descubrió y, desde entonces, se ha otorgado la importancia justa a todos los vestigios de la Roma que, hoy día, están emergiendo poco a poco en el Albaicín.

Publicidad

Las excavaciones que se están acometiendo en los últimos años en el barrio, la mayoría promovidas por particulares, están permitiendo que afloren verdaderos tesoros de aquella Granada que se preparaba para albergar el famoso Concilio de Iliberis en el siglo IV. Y una de estas joyas es una calzada. La primera encontrada en la ciudad de aquella Granada que ya se estaba convirtiendo en un floreciente núcleo urbano –fue cuando le concedieron el marbete de municipio–. El artífice ha sido el arqueólogo Ángel Rodríguez. ¿Dónde? En una casa situada en la confluencia de María de la Miel con el Camino Nuevo de San Nicolás.

Restos de ánforas en el macellum. JORGE PASTOR

El dueño de esta finca es un holandés con sensibilidad hacia el patrimonio que se llama Eilko Bruggers –propietario, también, del hotel Cortijo del Marqués de Albolote–. «Habíamos planteado una reordenación del jardín y, tras excavar tan solo diez centímetros, empezaron a salir cosas», dice Bruggers, quien desde el primer momento era perfectamente consciente de que, estando en ese punto del Albaicín, el pasado no tardaría en hacerse presente. «Nuestra intención es conservar y musealizarlo todo», anticipa Bruggers.

Ese 'todo' tiene mucha miga. Lo explica Ángel Rodríguez. «Estamos en el punto caliente de la arqueología en Granada». Hablamos de la Florentia Iliberritana, pero también hablamos del antiguo alcázar de los reyes ziríes y otros palacios, y de todas esas viviendas moriscas posteriores a la conquista por parte de los Reyes Católicos en 1492. Todo eso está ahí, en el subsuelo.

Publicidad

Dimensiones

  • Cuatro El tramo de calzada hallado en las excavaciones del solar del Albaicín tiene una anchura de cuatro metros, aunque lo más probable es que se extendiera unos dos metros más para que pudieran pasar carruajes en ambas direcciones al mismo tiempo.

Cuatro metros de ancho

«En esta parcela ya intervinieron en su día, en 1985,Mercedes Roca y Manuel Sotomayor, pero en ese instante no localizaron la calle», refiere Rodríguez. «Se trata de una vía de cuatro metros de ancho, pero lo más probable es que fuera de seis para que cogieran dos carruajes, uno en cada sentido». Lo que se ha hallado es la plataforma inferior, construida con piedras traídas del cauce del Darro –las superiores eran planas–, sobre la que se añadían capas de áridos compactados para que se pudiera transitar sobre ella. Esta vía está cruzada por otra, por lo que estaríamos ante el cardo y el decumano del Albaicín, los ejes viarios principales en las poblaciones de Roma.

Peso para una balanza. JORGE PASTOR

«Esta infraestructura, que conectaba una escalinata monumental con un criptopórtico, es una plataforma intermedia en el urbanismo aterrazado que tenía esta parte de Granada en el siglo II después de Cristo», comenta Ángel Rodríguez. Se trata, en consecuencia, de un espacio de carácter público colindante al foro, que se ubicaba en todo el entorno de lo que hoy día conocemos como Huerto de Carlos. Debido a esta posición tan cercana a edificios nobles –templos, basílica, curia...–, era también una zona muy transitada por los ciudadanos.

Publicidad

Dimensiones del yacimiento. JORGE PASTOR

Aparecen también un gran estanque, una tienda y restos de cerámica

Pero en la casa de Eilko Bruggers en el Albaicín no solo han aparecido los primeros restos de una calzada romana en Granada, sino también otras estructuras de enorme interés. Según Ángel Rodríguez, la existencia de un muro emergente ya anticipaba que ahí abajo había mucho más. Por lo pronto, ese paredón, de nueve metros de largo, uno de ancho y 1,70 de altura, formaba parte de una fuente pública fechada en el siglo I antes de Cristo. Este depósito presentaba interiormente Opus Sigminum –el típico mortero romano–. «Tenía carácter ornamental; desde el primer momento estaba descartado que se tratara de una cisterna para regar los campos o de la piscina de una terma pública», aclara Ángel Rodríguez.

En este yacimiento también ha aflorado una construcción que hacía las veces de tienda. ¿Y por qué se sabe? Por todos los restos materiales que hay en su entorno. Empezando por un bolo de plomo que se usaba como contrapeso en las balanzas. Es decir, en ese negocio se pesaban cosas. Además, se han localizado multitud de fragmentos cerámicos correspondientes a ánforas y otro tipo de vasijas. Todo este material está siendo recompuesto por la restauradora Carmen Jódar en el laboratorio de Gespad en Armilla. «Todo ello –añade Ángel Rodríguez– nos lleva a deducir que esto era el 'macellum' de Florentia Iliberritana;es decir, cerca del mercado donde se desarrollaba toda la actividad comercial, próximo al foro».

En esta zona del Albaicín están emergiendo muchos restos romanos en los últimos años. El más importante, un criptopórtico del siglo I después de Cristo en un solar situado entre las calles Gumiel de San José y María de la Miel.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad