Fotos con las que Faustino Maldonado ha obtenido recientemente la Cámara de Bronce en los Premios de la Federación Europea de Fotógrafos. F. M.

El granadino en la Champions de la fotografía

El arte del 'sí quiero' ·

Faustino Maldonado obtiene la Cámara de Bronce en los prestigiosos Premios de la Federación Europea de Fotógrafos en la categoría Nupcial

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 14 de julio 2022, 00:33

A Faustino le faltan paredes para colgar en su estudio de Las Gabias los diplomas que ha ganado en sus más de cuarenta años disparando ... con su Nikon. «Mi mujer me dice que los ponga todos pero...». Faustino guarda unos segundos de silencio y sonríe. «Te veo muy estresado ¿te apetecen unos churros con chocolate?», le cuestiona al periodista. A lo que el periodista le responde sin circunloquios. «Vamos». Y fuimos a la terraza del Bar Lafuente, en la plaza de la Sacristía de Las Gabias, a la sombra de la parroquia de la Encarnación. Y mientras el bueno de Faustino abordaba la retahíla de preguntas que le lanzaba el plumilla, mojaba los churros en el chocolate. Una entrevista 'suculenta'.

Publicidad

Y es que Faustino Maldonado no sólo es un tipo con un gusto exquisito para desayunar, también es uno de los mejores fotógrafos de bodas. No es ninguna hipérbole. Hace unas semanas le concedieron la Cámara de Bronce en los prestigiosos Premios de la Federación Europea de Fotógrafos por las tres obras de arte con las que se ilustra este reportaje. «La gala se celebró en un centro de convenciones que hay al lado de la Plaza de España, en Roma, donde nos dimos cita profesionales de toda Europa», explica. El jurado fue dando el nombre de los nominados desde el décimo puesto hacia atrás. Tras nombrar a seis: «La Cámara de Bronce es para... ¡don Faustino Maldonado, de Las Gabias, España!». «Fue muy emocionante, pero todavía hubiera sido mucho más si hubiera logrado el oro», bromea.

Faustino Maldonado (Badalona, 1962) no es ningún neófito en la noble disciplina de la fotografía. Hasta los dieciséis años vendía frutos secos y encurtidos en el puesto que regentaba su padre en el Mercado de Abastos de Montmeló (Barcelona), aunque el 'gusanillo' por el clic ya le picaba a los trece años. «En los veranos trabajaba en Fotocolor Granada, y hubo un momento en que me cuestioné ¿por qué no hacer lo mismo que ellos, pero de una manera distinta». Y así empezó todo. Se estableció durante veintiocho años en el barrio de los Pajaritos hasta que se trasladó a Las Gabias, hace tres años, para montar su negocio en el número 2 de la calle Real, a menos de un minuto de la cafetería donde ponen los churros con chocolate.

Faustino, delante de los focos. JORGE PASTOR

No hace falta hablar mucho con Faustino para darse cuenta de que es un maestro en lo suyo. Un maestro porque imparte talleres para compañeros que acuden desde toda Andalucía y porque atesora los conocimientos y la experiencia de quien lleva cuatro décadas dedicándose a un oficio. Un periodo de tiempo en que suma más de ochocientas bodas, que se dice pronto. «Yo siempre las abordo como algo nuevo, como si fuera un nuevo proyecto», aclara. Porque los casaderos buscan a Faustino por su forma de mirar.

Publicidad

«Desde que empezó la era digital trabajo doce horas al día, pero una buena foto compensa todo el esfuerzo»

«A mí me gusta hablar previamente con ellos para conocerlos y conocer sus preferencias, aunque siempre confían en mi visión creativa». «Todo lo contrario –agrega– soy yo quien les doy una pequeña clase de fotografía para que todo transcurra de una forma fluida». No entrar a ningún sitio antes de que lo haga el fotógrafo, ordenar a los familiares para optimizar el tiempo, estar un poco separados en el momento de ponerse los anillos... siempre cuenta con su complicidad.

Pero más allá de esas instantáneas obligadas –la típica del beso, la típica de las arras y las demás típicas–, Faustino siempre saca de la chistera una de esas capturas que le han convertido en uno de los mejores fotógrafos nupciales de Europa. Tiene el ojo entrenado para congelar la milésima de segundo que cuenta una historia. Una historia 'encerrada' en un encuadre perfecto con una luz también perfecta. «Una toma impecable tiene que ser impactante, con buena composición, con mensaje y con calidad técnica», recita a modo de mantra.

Publicidad

Rodeado de sus diplomas. JORGE PASTOR

Lo demás va por dentro y se llama vocación. «Soy fotógrafo porque me gusta». «Es mi modo de vida, y no hablo tan solo desde el punto de vista económico, sino vital; me da muchísimas satisfacciones». «Desde que llegamos a la era digital, trabajo entre diez y doce horas diarias, pero todo el esfuerzo queda compensado cuando hago una buena foto».

Faustino remata el último churro. El chocolate ya está frío. Le esperan unos novios.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad