Soledad Sevilla lleva los 'secaderos' a La Madraza

La propia Soledad Sevilla daba ayer los últimos retoques a alguna de las piezas que cuelgan ya en La Madraza. «El hilo conductor de esta exposición son los secaderos, un elemento agrícola que siempre me ha interesado, hasta el extremo de publicar un libro monográfico, y que ahora están desapareciendo, especialmente los construidos en madera», explica Soledad Sevilla. Obras cuyo proceso creativo empieza con una sacudida emocional, una imagen visual que se materializa, por ejemplo, en esculturas de chapa de hierro recortada y deformada texturizada con un baño de arena a modo de pátina para darle color. Todas las creaciones de Sevilla que se pueden disfrutar ya en la Madraza están realizadas en el periodo de tiempo comprendido entre 2008 y 2014. Algunas provenientes de sus propios fondos y otras cedidas temporalmente por parte de particulares.

La aportación que Soledad Sevilla hace en 'Nuevas lejanías' podría condensarse en una investigación acerca de los conceptos de realidad, tiempo y espacio en una visión y pensamiento que combina la expresión geométrica con temáticas que buscan una repercusión en ámbitos más amplios que los artísticos. Por eso Soledad Sevilla no sólo es portadora de un goce estético, sino también de un profundo aporte intelectual. El espectador comprobará con 'Nuevas lejanías' cómo una propuesta artística conduce desde la geometría hasta la experiencia sensorial y orgánica. Y buena prueba de ello es el tríptico en impresiones digitales sobre tela de fotos de Hamershoy que se ha incluido en 'Nuevas lejanías', y que se puede observar, de frente, nada más entrar en la sala.

Soledad Sevilla expresó este jueves su satisfacción por retornar a La Madraza, un espacio donde ya ha tenido la oportunidad de exponer en varias ocasiones. Y es que, pese a que su taller está en Madrid, Soledad Sevilla mantiene su vínculo con Granada, donde residió durante más de una década y donde retorna con frecuencia –tiene un apartamento en el barrio del Realejo–. Granada es una referencia en la producción de Soledad Sevilla con proyectos sobre los secaderos y también uno anterior basado en la Alhambra. A todo ello hay que sumar el cartel ilustrador de la edición de este año del Festival de Música y Danza de Granada.Una imagen que aunaba precisamente ese campo de experimentación con los secaderos con la recuperación de la belleza natural mediante la aparición del clavel.

Una relación que se intensifica aún más con la inminente imposición del Honoris Causa por la Universidad de Granada. «Es el más alto honor que puedo recibir», señaló ayer Soledad Sevilla, quien se mostraba también «nerviosa y emocionada» por todo lo que sucederá mañana en el Crucero del Hospital Real. En su discurso abordará asuntos como la postergación de la mujer en el mundo de las artes y en otros ámbitos de la vida social, económica y cientítica. «Hasta 1870 no podíamos estudiar y éramos meros floreros», lamentaba Soledad Sevilla.

Respecto al futuro, los planes inmediatos de Sevilla son regresar a Madrid para seguir con un proyecto de 157 obras en el que lleva centrada más de dos años –y aún, calcula, le queda un tercero–. Un proyecto que continúa en estos tiempos de pandemia donde impera la incertidumbre y el pesimismo, «aunque a mí no me falta la ilusión para seguir adelante», asegura. Soledad Sevilla nació en Valencia en 1944. Con casi 50 años de trayectoria profesional, está situada en las primeras líneas del arte internacional.

Desde sus inicios como artista plástica adquiere un lenguaje regido por la abstracción que evoluciona y busca la experiencia sensitiva y la indagación conceptual. Sevilla está galardonada con distinciones como el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1993 y años después, en 2007, con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes por su carrera artística. También con el premio otorgado por La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Su trabajo y sus propuestas se encuadran en la esfera de ideas formalistas y eclécticas que el arte español asumió a partir de la década de los setenta.