María Dolores Toro.

Granada se llena de Festivales

Vuelven para poner la banda sonora del verano

JUAN JESÚS GARCÍA

Viernes, 24 de junio 2022, 00:08

El mayor síntoma de que volvemos a la normalidad tras dos años de excepcionalidad enmascarada es el regreso de los festivales veraniegos en todo su ... esplendor. Durante 2020 y 2021 se intentó un huida hacia delante con aforos reducidos, programas empequeñecidos o en serie más que en paralelo, el público sentado o repartido por zonas estanco en las que mirarse pero no tocarse, y siempre con mascarilla aprendiendo y ejerciendo el ocular lenguaje gestual (la parte buena: que no se pierda, somos mucho más expresivos). Se trataba de hacer lo posible dentro de las imposibles normas sanitarias, un esfuerzo destinado, como dijo en su momento un promotor, «a poder confirmar que estamos vivos». En la parte prosaica, todo lo más a cubrir los enormes gastos que conlleva un festival de estas características.

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Según la Asociación de Promotores Musicales (APM) en 2021 se recaudaron en Granada 3,8 millones de euros de los conciertos de pop, rock y similares, y con el viento a favor éste año tal vez lleguemos a superar el doble, que fue la cifra de 2019, antes de que el mundo hiciera stop. Por datos de asistencia la mayor parte de esa recaudación obviamente corresponde a la oferta festivalera, así que corren buenos tiempos para la lírica. Se pudo comprobar hace un mes en el En Òrbita, que agotó rápidamente su taquillaje, y por lo tanteado en otras citas la situación es muy parecida, hay ganas de salir y encontrase, de celebrara la vida, y para eso nada mejor que reunirse con amigos (y desconocidos) en un festival de buen rollo, a cara descubierta y mucha música. «Cantar, bailar y sentir que la vida es el mayor regalo que nos han dado, y que vivirla desde esta ciudad es una de las mayores experiencias que pueda sentir un ser humano», así finalizaba su pregón del Corpus Juan Pinilla, resumiendo el expansivo espíritu del momento que vivimos, y las ganas con que nos hemos echado a la calle. Por ello la oferta este verano es abrumadora en todos los puntos del país, nuestra Granada incluida, hasta el punto de que en algún caso hasta se han encontrado falta de equipos de sonido y técnicos para sacar adelante alguna iniciativa.

Granada pionera

En los años setenta del siglo pasado, a imitación de las grandes citas internacionales como las míticas de Woodstock, Monterrey o el Festival de la isla de Wight (todos ellos con sus películas correspondientes), se quisieron imitar en la España del tardo franquismo esos espacios de libertad. Citas como la de los festivales de León y Burgos (provocando el delirio: «que llega la cochambre» decía la prensa de entonces (ahora se ignora: de las 250.000 personas del Viñarock muy pocos hablan), y recordados recientemente en una gran exposición madrileña llamada 'El pintor de canciones'), o los de 'Canet' y el 'Rocktiembre-Nos va la marcha' (también con sus películas correspondientes), dieron la réplica ibérica a aquellos eventos legendarios.

Casualmente sería Granada, (sí, aquí), donde la fiebre festivalera rebrotaría nuevamente apenas un lustro después. Y no es precedente de nada, que aquí han nacido muchas ideas que otros han terminado explotando, sean festivales de world, de spoken, de jazz, de reggae, de salsa, de autor… Somos entrenados expertos en parir y asesinar acto después nuestras buenas ideas (acudan a la hemeroteca de este periódico y comparen); así nos va. Sucedió con el Espárragorock, poniendo sobre el escenario durante varios días a un centenar de grupos de todos los estilos con notable éxito de convocatoria (hasta que el diluvio universal ahogó su futuro), pero el virus estaba ya inoculado. Y en justicia, antes de que se inventara el término, antecedente de los posteriores festivales 'indies' lo fue el Rockconpilas salobreñero, patentando el modelo aunque aún no había clientela para la música alternativa, ahora convertida en objeto de consumo mainstream para todos los públicos. Al momento llegaría 'la plaga', con más de 2000 festivales por todos lados.

En términos globales según la APM, la FMA (Asociación de Festivales de Música) y las empresas de gestión de entradas, previamente a la pandemia, entre los veinticinco más importantes superaban los cuatro millones de espectadores, recaudando en 2018, una cifra de 334 millones de euros con un crecimiento de casi un 20% más cada temporada. ¿Alguien se extraña de que los fondos de inversión abandonen la construcción y hayan desembarcado en los festivales de música? En esas estamos: si les llaman del banco para que imperativamente inviertan sus ahorros, sepan que a lo mejor están financiando los festivales de pop, de rock o de electrónica donde van los chavales/as de su familia. Es lo que hay.

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Y por favor, cuando acudan a divertirse a un festival, no se olviden que en la parte invisible hay cientos de personas que los hacen posibles. Gente anónima, mucha, a su servicio, piensen en que sin ellos no sería posible el calendario de aquí abajo. Cuando escribo este artículo se acababa de desplomar la infraestructura del festival gallego 'O Son do Camiño', en Santiago, dejando malheridos a varios de sus trabajadores. Detrás de la fiesta y el desparrame hay mucho esfuerzo, sudor y algunas lágrimas.

Sin música la vida sería un error

Perdonen por molestar. Pero no todo es tan feliz en la fesivalitis aguda. Por bastantes esquinas del sector empiezan a surgir voces hablando de que estamos festivaleando por encima de nuestras posibilidades, que hay una 'burbuja' de festivales y letales efectos colaterales. Ciertamente algunos han caído antes siquiera del acto de servicio al no poder sostenerse, en muchos casos porque ha producido un crecimiento casi de subasta de los cachets de las bandas más deseadas, y otros porque la cercanía en tiempo o espacio produce colisión de intereses en el público, que, no olvidemos, en Andalucía Oriental no es el más potentado del país. Recordemos aquí el Monafest de Salobreña como aviso para navegantes, que no remontó ni siquiera contando con los totémicos Planetas.

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Y digo más: otras voces más analíticas están detectando y alertando sobre los inminentes efectos secundarios de la ola festivalera, que cuando pasa deja una resaca letal sobre el tejido básico de la cultura musical: «si se escuchan 50 grupos por 50 euros ¿quién va a pagar luego veinte por ver a uno solo?». Es la pregunta que se hacen todos los programadores de salas, el vivero donde nace y crece la música, y que se encuentran indefensos ante el rodillo festivalero. Tanto como en algunas ciudades -recuerdan- sucede con la oferta (gratuita mayormente) que algunos Ayuntamientos hacen con dinero y en espacios públicos compitiendo «desleal y ventajosamente», dicen, con su oferta diaria. Y no olvidemos, que ahí es donde brota la música durante todo el año. Sin salas, nada. Cero. Y «sin música la vida sería un error», que ya lo dijo Nietzsche. Echen un vistazo a las programaciones del país y… ¿Empiezan a ser casi todas las mismas? No digo más.

Recomendaciones del chef

Jesús Villalba - Jazz en la Costa

Me gusta recomendar el abono del Festival, una irresistible oferta con el bonito cartel de Juan Vida de regalo, y una excelente oportunidad para disfrutar durante una semana del Jazz, de las playas del mar de Alborán, de la gastronomía mediterránea y del patrimonio de una ciudad milenaria como es Almuñécar. A nivel personal mis conciertos favoritos son los del reputado batería de Chicago Makaya McCraven que abre nuevas vías de expansión  jazzística, y especialmente los del percusionista y vibrafonista etíope Mulato Astakte y el del gran músico francés Michel

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Portal, toda una leyenda en la historia del jazz europeo. Tres conciertos emotivos e irrepetibles.

María Dolores Toro - Granada Latina

Con el festival Granada Latina, queremos celebrar la llegada del verano bailando la música que está arrasando en todo el mundo. El reggaetón, el trap y el pop latino se han convertido en un símbolo cultural para toda una generación de adolescentes, universitarios y adultos jóvenes. Nosotros traemos a Granada a algunas de las estrellas internacionales más demandadas. Encima del escenario va a brillar un trío internacional de artistas: Jhay Cortez (ganador de varios premios Latin Billboard), El Alfa (conocido como el Rey del Dembow) y Ñengo Flow, que llena estadios en EEUU y en todo el planeta. Entre las figuras nacionales, los favoritos del público son Omar Montes, RVFV, Morad, Juan Magán y Keen Levy, entre otros. La música sonará en El Cortijo del Conde el sábado, 25 de junio, entre las 16:00 de la tarde y las 6:00 de la madrugada. Estamos preparando todo para que sea un festival cómodo y accesible. Instalaremos carpas para crear espacios de sombra y estar fresquitos, habrá un espacio de restauración abierto durante 14 horas y habilitaremos buses lanzadera de ida y vuelta para que la gente evite usar el coche propio. Estamos abiertos para todos los públicos. Los menores de 16 años podrán acceder acompañados por un adulto, y entre 16 y 18 es suficiente con una autorización.

Antonio Caba - Parapandafolk

No es que volvamos, sino que seguimos en la cocina, con las manos en la masa, y ya son 31 ediciones en esta travesía de 33 años (1990 a 2022), con los ingredientes de siempre: pasión, energía y espíritu crítico. En esta ocasión, el menú de nuestra pizarra ofrece combinados y especialidades procedentes de hasta siete comunidades autónomas distintas y de Argentina, para saborear las danzas, músicas, palabras, sones y olores de casi una veintena de grupos participantes que, contando a sus componentes de uno en uno, sumarían casi doscientas personas, las mismas que salpimentarán las noches cálidas de finales de julio en Íllora. Para qué destacar a un grupo u otros, pues todos los grupos, todos los conciertos son un constante y babilónico descubrimiento de las músicas de raíz renovadas. Además, como suplemento, mantenemos el habitual y cada vez más extenso programa de actividades paralelas, destacando con luz propia el «V Foro Folk Ismael Peña de Patrimonio Cultural Inmaterial», el Campo Internacional de Voluntariado, los recién sembrados «Semillero Folki» (talleres, cursos, etc.) y Ruta Nocturna de Senderismo, Hermanamineto de Festivales folk, etc., etc. Y como recomendación, una muy sencilla: reserve su alojamiento rural en uno de los más de 40 cortijos adaptados, disfrute de una semana repleta de sensaciones y deguste primer y segundo plato, con postre o sin él, pero disfrute y viva el 31 Festival Parapandafolk.

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Antonio Romero - Granadasound

Básicamente estamos intentando recuperar la línea del festival anterior a la pandemia: prioritariamente presentar los encantos de Granada a los muchos visitantes que vienen por primera vez con motivo del festival; fomentar la gastronomía y a la belleza de sitios de visita obligada como El Paseo de los Tristes o el Mirador de san Nicolás por ejemplo para que se enamoren de la ciudad. El Granada Sound es sobre todo 'Granada'. En la parte del 'sound', de la música, yo subrayaría que va a ser una edición de contrastes, entre los que son ya unos míticos y consagrados Lori Meyers, que vuelven de la pandemia a lo grande ante 25.000 personas en su casa, o casos como el de Rigoberta Bandini, que se ha convertido en un fenómeno no solos musical sino también social y el de artistas que vienen muy fuertes, como David Fernández, que está arrasando en la escena independiente. Como siempre tengo que recomendar los terceros escenarios, donde tocan los que con seguridad en breve serás las figuras de los principales.

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