La fuente de Lorca que revive en Valderrubio

Rodeada de vegetación, de unas vistas envidiables a la vega granadina y con el murmullo del paso del río Cubillas a su lado, el entorno luce ya completamente renovado. No hay rastro de los azulejos rotos que dificultaban la entrada a todo aquel que quería ver el espacio. En su lugar, distintos escalones perfectamente diseñados guían el descenso que introduce a un ambiente que deja claro por qué la Fuente de la Teja fue uno de los lugares de inspiración del poeta granadino.

«Era lo que queríamos desde hace años», dice Antonio. El agua estancada y el barro también han desaparecido. Ahora, hasta se puede ver de forma clara el fondo de piedra que compone la fuente y que iguala la estampa a cómo lucía la Fuente de la Teja décadas atrás. «Lo nuestro nos ha costado», detalla Juan, uno de los autores.

Sus ojos desprenden brillo y en su rostro se dibuja una sonrisa. Tras esa felicidad, hay jornadas y jornadas de trabajo junto a sus vecinos y amigos, pero también algún que otro conflicto y disputa sobre lo que era más correcto para embellecer el lugar. «Pero conseguimos hacer un equipo y remar todos hacia el mismo sentido», cuenta. La imagen habla por sí sola.

Otro uso

El agua corre entre un par de tejas y rinde homenaje al nombre del recinto. Diversos bancos improvisados con ladrillos y tablas de madera permiten a los vecinos sentarse y disfrutar del encanto de este entorno. «Nuestro objetivo es que este punto sea un lugar de encuentro y reflexión», dicen los protagonistas de la obra. Un mural con distintas fotografías refleja cómo ha sido el proceso para recuperar las inmediaciones y hace que cada individuo a su paso se detenga a visitar el lugar y conocer su historia, ya que está rodeado por distintos caminos de tierra por los que los ciudadanos salen a pasear.

El grupo de Antonio llega al sitio tras caer el sol, pero otros muchos ya los esperan. El trayecto ha partido de la casa-museo del poeta granadino. La Fuente de la Teja reúne ahora a los vecinos al igual que lo hizo décadas pasadas con Federico García Lorca y sus amigos. «No podemos permitir que la tradición y los encuentros que había en este lugar se pierdan», señalan.

Nuevo decorado

La luz de las velas es la única que ilumina el espacio cuando la natural desaparece y la luna se deja ver. El cuidado del recinto se observa a simple vista y muestra el mimo y la importancia que tanto los vecinos de Valderrubio y Pinos Puente –se sitúa en el límite entre ambos municipios– dan al terreno.

El Ayuntamiento de Valderrubio organiza eventualmente actos literarios y lecturas poéticas en el lugar para fomentar la pretensión de sus ciudadanos. El consistorio, además, trabaja en mejorar el camino rural que conecta la casa-museo de Lorca con la Fuente de la Teja con el objetivo de mostrar este último enclave como otro de los puntos lorquianos con los que cuentan.

«Vienen visitantes de todo el mundo a interesarse por Lorca y su legado», aseguran los responsables de la rehabilitación, que intentan transmitir su pasión por el lugar de generación en generación. «Qué ilusos, creían que la memoria de Lorca iba a desaparecer, pero se equivocaron», sentencian. Ellos se encargan de mantener un lugar que emana historia.