La otra fuente de los Leones de la Alhambra

Concretamente, la instalaron en el patio del módulo uno de Nuevos Museos, un espacio a cielo abierto de unos cuatrocientos metros cuadrados al que solo pueden acceder los técnicos de la Alhambra y los investigadores convenientemente acreditados. Nuevos Museos, ubicado en el Generalife, está fuera de los circuitos de la visita turística, y en su interior se hallan servicios tan importantes como el almacén del Museo de Bellas Artes, los talleres de yesería y carpintería y el Área de Reserva, donde se guardan y se catalogan 250.000 objetos de la Alhambra que no están expuestos.

La 'otra Fuente de las Leones de la Alhambra', que recientemente ha sido limpiada de la pátina de arena que dejó la calima este verano, se convirtió a principios de los dos mil en un 'laboratorio' donde se realizaron ensayos para la rehabilitación de la Fuente de los Leones que se encuentra en los palacios nazaríes. Concretamente, según explica Silvia Pérez, conservadora delMuseo de la Alhambra, se probaron sistemas que posteriormente se implementarían como los desagües, las conducciones interiores, los niveles de presión para que el caudal salga repartido y no salpique y el diseño del circuito cerrado.

Esta Fuente de los Leones no es una copia exacta de la verdadera Fuente de los Leones, convertida en un icono del patrimonio nacional –tanto es así que se emplea en campañas de promoción exterior de España–. Las estatuas son unos milímetros más grandes. ¿Por qué? Pues básicamente porque los moldes se hicieron antes de que restauraran los leones auténticos –el proceso se inició en 2002 y acabó lustros después–. Es decir, tenían esa costra calcárea de unos milímetros que posteriormente se eliminó. El borde superior de la taza tampoco está terminado. Faltan los chaflanes que se localizan encima de la epigrafía y en la parte interna tampoco hay un canal perimetral de unos tres centímetros. También se echan en falta algunos elementos decorativos como un triángulo en la cabeza de uno de los félidos.

Los mejores conocedores de esta fuente tan singular y de todas las que hay en la Alhambra son los canteros José Antequera y Jesús Martín. Ellos tienen la gran responsabilidad de mantener en perfecto estado todos los materiales pétreos de la Alhambra. Si se rompe un escalón, por ejemplo, ahí están José y Jesús reparándolo 'ipso facto'. Los dos aprendieron el oficio por conocimientos transmitidos de padres a hijos –ellos son la cuarta generación de pedreros desde que se constituyó el Patronato– y también en la Escuela de Artes y Oficios de Granada.

Entre sus funciones, la elaboración de la cartelería informativa tallada a mano que hay en la Alhambra y también encargos de gran relevancia. José Antequera ha realizado la placa de la posada donde vivió Fortuny –enfrente del Hotel Washington Irvig–. «Es una pasada –confiesa José– pensar que has hecho algo que trasciende y que tu marca de cantero estará ahí durante mucho tiempo».

Entre la faena rutinaria de José y Jesús, el saneamiento de la fuente de los Leones, la de los Abencerrajes y la de Dos Hermanas, la erradicación de los carbonatos de las columnas, el arreglo de arquetas y el mantenimiento de la solería del Palacio de Carlos V, por el que transitan a diario miles y miles de personas y donde se celebran eventos tan importantes como los conciertos del Festival de Música y Danza de Granada. Para garantizar la seguridad de los viandantes, es frecuente que se abujarde el piso de mármol para evitar resbalones.

El Patio de los Leones en la Alhambra, construido por orden de Muhammad V entre 1362 y 1391, es la culminación de la arquitectura nazarí. Su famosa Fuente es probablemente su elemento más destacado por la riqueza decorativa y el simbolismo. Ofrece uno de los escasísimos ejemplos de representación escultórica hispano musulmana dentro de un conjunto globalizador, al que da su nombre.