Francisco Fernández, el fotógrafo granadino que traspasó fronteras
El artista y profesor, fallecido el pasado sábado, trabajó para Ted Kennedy, durmió entre esquimales y cubrió las guerras de Nicaragua y El Salvador
Martes, 15 de noviembre 2022, 01:02
La comunidad artística en general y fotográfica en particular vivió el pasado fin de semana la pérdida del más ilustre de sus miembros. Francisco Fernández, ... sin duda el más importante de los fotógrafos que ha dado Granada en el siglo XX, falleció en Motril a causa de una terrible y rápida enfermedad, detectada hace apenas dos meses y medio. Nacido en Torreblascopedro (Jaén), en 1945, con apenas 20 años cruzó el charco para trabajar primero en las Islas Bermudas, y luego en Canadá y en EE.UU.. Allí trabajó para National Geographic, United Press –para quien cubrió las guerras de El Salvador y Nicaragua en los albores de los 80– y formó parte del equipo de campaña del senador Edward 'Ted' Kennedy para la nominación demócrata en 1980, captando algunas de las fotos más reproducidas de aquel periodo, perdidas la mayoría, sin embargo, en un incendio.
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Sus amigos –que eran muchos– destacan, más allá de su incuestionable trayectoria y profesionalidad, su perfil humano. Así, el Premio Nacional de Poesía Antonio Carvajal, afirma que la suya fue «una relación muy abierta, fecunda, vitalizadora. Fuimos amigos desde 1988, cuando nos conocimos en una exposición en la Galería Palace. Han sido 34 años de convivencia intensa; juntos sobrevivimos a un accidente de tráfico a la vuelta de Antequera. De ahí me salieron dos poemas, 'Instrucciones para estar como una rosa' y 'Necesito esta noche descansar en tu pecho'».
Precisamente, Carvajal comparte con IDEAL una anécdota que Fernández le narró: «Cuando realizaba un reportaje en el norte de Canadá para National Geographic, su avioneta sufrió una avería por la nieve, y quedaron atrapados cerca del Círculo Polar Ártico. El frío era considerable, y solo habitaba aquella zona una familia de esquimales. Se untó con grasa de foca y durmió entre medias de una pareja de inouits, quienes no dejaron de reírse en toda la noche».
Un ojo privilegiado
Carvajal, como la pintora Marite Martín-Vivaldi y la catedrática de la UGR, Asunción Jódar, todos ellos pertenecientes a su círculo más próximo, destacan, ante todo, su gran profesionalidad y pericia técnica. E inseparablemente, su inmensa humanidad. «Su capacidad para obtener una gran variedad de matices a partir del blanco y negro, su habilidad para extraer lo mejor de cada persona en el retrato, llegando al interior del retratado, esa pericia para trascender la fotografía más allá del personaje, son únicas», comenta Marite Martín-Vivaldi.
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Por su parte, Asunción Jódar destaca la importancia de su magisterio: «Era un fotógrafo de la escuela clásica. Ahora, todos somos fotógrafos con un móvil inteligente o una cámara que lo hace todo por nosotros. Pero él no necesitó nunca tocar una foto. Sus alumnos le veneraban por ello. Veía la foto en su cabeza antes de acercar el dedo al disparador. Y luego, su amabilidad derribaba cualquier barrera; jamás le oí decir nada malo de nadie».
La obra de Fernández fue objeto de una completa tesis doctoral en la UGR a cargo de Javier Leal. Honrado como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Montfort (Leicester, Reino Unido), su pueblo natal le dio su nombre al Centro de Arte Contemporáneo que allí se encuentra. Su trayectoria internacional solo es equivalente a la de periodistas como Tico Medina. Su pérdida se convierte, así, en irreparable.
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