Familia ucraniana que huye de la guerra en la ciudad de Leópolis. FEDE ARCOS

El fotógrafo granadino en la guerra de Ucrania

Invasión rusa ·

Tras vivir el drama de los refugiados en la frontera, Fede Arcos se adentra ahora en el país para documentar la devastación en las ciudades más golpeadas por las tropas rusas

Jorge Pastor

Granada

Jueves, 14 de abril 2022, 15:44

Son las once de la mañana en Kiev. Fede Arcos apura su café caliente mientras espera la llamada del periodista desde Granada.Le queda un ... quince por ciento de batería. Lo justo para hacer la entrevista y para enviar algunas fotografías de todo lo que ha vivido desde que aterrizó en Varsovia hace una semana y de su periplo hasta llegar a la capital de Ucrania. La videollamada empieza puntual. «Un momento, que no te escucho bien»,advierte al plumilla, al habla desde la redacción de IDEAL. Fede se embute en su chaquetón y sale a la puerta de la cafetería Idealist, en el corazón de Kiev, cerca del Parlamento. Aprovecha la charla para encenderse un pitillo. «¡No veas qué fresquito!», exclama mientras se sube la cremallera hasta el cuello. «Estaremos a unos cinco grados bajo cero, aunque con el vientecillo la sensación de frío es algo mayor», apostilla esbozando una leve sonrisa.Está sereno. Se le nota cansado.

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Fede Arcos, ayer en las calles de Kiev, donde se respira un ambiente bélico. F. A.

La primera pregunta es la obligada. «¿Qué hace un fotógrafo del Albaicín en el desastre de Ucrania?». «Era el paso natural para mí», contesta sin vacilar. «Estoy entendiendo qué es una guerra y sobre todo lo que hay alrededor de una guerra», añade. «Estoy fotografiando todo lo que está ocurriendo, pero yo he venido aquí también para ayudar», aclara Fede, presidente de Paralelo 70, una fundación que, desde Granada, se dedica a recorrer el mundo documentando la desaparición de los pueblos nómadas y que desarrolla, además, una importante labor solidaria.

Refugiados de la Guerra. FEDE ARCOS

Las semanas anteriores a partir desde Granada a Ucrania hicieron una pequeña campaña para recaudar fondos. «Nos comentaron que era mejor gastarse el dinero aquí que comprar cosas y enviarlas desde España», comenta. Un dinero que han empleado, por ahora, en la adquisición de comida para los refugiados en la frontera de Cieszanów, un voluntariado con una oenegé que empaqueta la ayuda internacional y en chalecos antibalas para los jóvenes ucranianos que marchan a batallar.

Viandantes, delante de edificio atacado en Kiev. FEDE ARCOS

En el momento de esta conversación, este miércoles por la mañana, Kiev era una ciudad 'segura'. «A diferencia de Leópolis, de donde acabo de llegar, en Kiev sí se aprecia una psicosis por que Rusia reactive la invasión si logra el Donbás;aquí hay baterías anti aéreas y la gente está armada, aunque el centro está relativamente tranquilo». «La situación en la periferia es más complicada por la presencia de grupos paramilitares». «Pero la alarma es permanente y cada cincuenta metros te encuentras un 'check point' o unas barricadas para prevenir cualquier tipo de ataque». «En estos momentos –añade– estoy tramitando un permiso especial para que me dejen hacer fotos en Bucha, Irpin y otras urbes que han sido arrasadas por las tropas rusas».Para ello cuenta con la complicidad de la familia que lo aloja en su casa, relacionada con las autoridades de Ucrania.

Conflicto largo

Según los observadores, el sonido de los misiles y las ráfagas de fusilería se prolongará, por desgracia, durante bastante tiempo en Ucrania. Putin no parará su ofensiva hasta controlar el Donbás y la resistencia de Ucrania es feroz. Fede es consciente de ello ypor eso viajó sin billete de vuelta. «Me queda trabajo por hacer», asegura. «Por ahora he visto muchos edificios destruidos, pero lo peor es lo que cuentan las personas, porque los daños materiales se restañan, pero los personales acompañan el resto de la vida». En cualquier caso, el propio Fede reconoce que aún no ha vivido lo más cruento. «Lo haré cuando me den permiso para entrar en las zonas devastadas».

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«Kiev no está tan lejos. ¿Te imaginas la Gran Vía o la calle Reyes Católicos llena de barreras antitanques»

Más allá de capturar los desastres de la guerra,Fede Arcos tiene otra serie de objetivos que cumplir antes de regresar a Granada. Lo más inminente, una entrevista con una psicoterapeuta desplazada a Kiev desde Alemania, aunque de origen ucraniano. También está manteniendo contactos con equipos médicos de distintos países y, lo más importante, aprehender con su Canon las consecuencias de la barbarie en las localidades más castigadas hablando con sus gentes.Para ello, lleva una grabadora, un bloc, un bolígrafo y la cámara con un par de objetivos. «Lo poco que he podido meter en el único equipaje que llevo, una mochila».

Barreras anti tanques y puntos de control. FEDE ARCOS

Momentos que están por venir. Y momentos que ya quedarán de forma indeleble en su memoria. Como la solidaridad de cientos de militares extranjeros retirados que no han dudado en desplazarse hasta Ucrania para arrimar el hombro. «Tienen mucho mérito, pero aún lo tienen más los que han venido sin ningún tipo de subsidio y lo han dejado todo para ayudar a los demás», afirma.

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Llenando garrafas de gasolina. FEDE ARCOS

Digresiones, fruto de la experiencia, que también realiza desde una perspectiva granadina. «Kiev es una ciudad muy europea, muy cercana realmente a Granada. ¿Te imaginas la Gran Vía o la calleReyes Católicos llenas de barreras anti tanques?».

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