«El Teatro del Generalife es el escenario de algunos de mis mejores recuerdos»
Con mucho esfuerzo, este artista inquieto y valiente ha puesto en pie de nuevo su compañía, con la que estrena una nueva versión de 'Alento'
josé antonio muñoz
Sábado, 11 de julio 2020, 00:11
El bailarín y coreógrafo Antonio Najarro (Madrid, 1975) ha hecho del arrojo y la sensibilidad las dos armas que conducen su ejecutoria. La primera, ha ... hecho el milagro de poner en pie de nuevo una compañía que lleva su indisimulable sello;la segunda, le ha hecho acercarse desde siempre a quienes más han necesitado de la danza para dar un nuevo sentido a su vida. Ambas cualidades las vuelca en 'Alento', la coreografía que presenta en el Teatro del Generalife para abrir el ciclo dancístico del Festival, en un evento que patrocina Cervezas Alhambra.
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–Descríbanos este montaje.
–Es una nueva versión del ballet que coreografié en 2015 para el Ballet Nacional de España, y que en aquel momento constituyó una parte de un espectáculo mayor. Ahora lo he revisitado, incluyendo a su compositor, el guitarrista Fernando Egozcue, que será acompañado por cuatro músicos en directo. Además, se incluyen nuevos números coreografiados, y un nuevo vestuario, creado en parte por Oteyza, uno de los creadores de mayor proyección internacional. Todos estos elementos hacen de 'Alento' un espectáculo muy diferente al anterior.
–¿Tiene algún nexo conceptual?
–Es el espectáculo que más define mi estilo como creador. Lo concibo como una muestra muy explícita de las creaciones que han jalonado mi carrera. He impreso en él la elegancia que ha caracterizado mi ejecutoria: en el baile, en la forma de vestir, en la iluminación... El amplio abanico de estilos que aparecen en el espectáculo –danza estilizada, danza clásica-española, uso de la castañuela, flamenco– forma parte de mi ser, como el uso de otros lenguajes musicales, como las influencias del jazz y el tango. Mi personal visión presenta al bailarín de danza española en su plenitud, perfectamente preparado en todas las disciplinas, lo que exige a los profesionales que estén muy bien preparados.
–¿Existe guion argumental?
–No estrictamente. Son piezas diferentes entre sí, y cada una de ellas tiene un 'olor' diferente, está vestida de manera diferente: hay números grupales, pasos a dos, solos, cada uno tiene una trama que no es argumental, pero sí sumerge al espectador en un clímax diferente, de lo lírico a lo flamenco, e incluso guiños al musical americano.
–Va a ser un estreno en Granada, tanto del montaje como de la nueva época de la Compañía.
–Así es. La Compañía renace tras mi periodo como director del Ballet Nacional con esta quinta producción. El mensaje creacional se mantiene: fusión y apertura, en el mejor sentido. Me guía el riesgo, el dar visibilidad, el hacer cercana la danza al público, más allá del propio escenario. Me atrevo a decir que soy un embajador de la danza en todo el mundo, y he dado cabida en mis espectáculos a artistas muy diversos, para que aficionados a otras disciplinas se acerquen a la danza española.
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–De hecho, la anterior versión de 'Alento' fue un hito.
–Fue una gran sorpresa para el sector, estrenada con orquesta sinfónica, dirigida por Egozcue y tocando una composición compleja, con influencias muy diversas, y representada por bailarines vestidos por Teresa Helbig. En Japón pedían este título como inexcusable para contratar al Ballet Nacional.
–¿Por qué esta revisión?
–El 'Alento' original fue un éxito. En el Festival de Jerez se llevó el premio del público hace dos años, y en Asia alabaron su originalidad. Ello me dio la idea de exportarlo, quiero que lo vea todo el mundo, y dar oxígeno emocional al mundo de la danza. Sé que es una apuesta muy arriesgada, pero voy a dejarme la piel para que esta compañía tenga una larga trayectoria. Quiero dar trabajo, porque si represento a la danza tengo que predicar con el ejemplo. Además, a pesar de todo lo que se ha dicho, siento que la danza tiene que ser representada en gran formato, con mucho movimiento de bailarines sobre el escenario, algo que, por otra parte, también caracteriza mis creaciones. Estoy particularmente orgulloso de ser la primera compañía de gran formato que va a pisar los escenarios tras la fase aguda de la pandemia.
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–¿No piensa en volver a bailar?
– (Sonríe). De momento, no. Estamos trabajando mucho para que el estreno en Granada sea un éxito. Y tengo que agradecer a Blanca Li y a Antonio Moral el gran apoyo que me han prestado. Hemos estado ensayando gracias a Blanca, otra granadina, en el Centro Coreográfico Canal, con una planta entera para los 14 bailarines que participan en este montaje. Además, trabajamos con total seguridad, con test PCR y seguimiento de todos los protocolos.
–¿Qué le inspira volver con su trabajo a Granada?
–Una gran alegría. Tengo grandes amigos y es una de las ciudades más bonitas de España. El Generalife y el Teatro Romano de Mérida son los lugares más especiales en los que he bailado, sin duda. El Generalife es un entorno que ha hecho que mis creaciones adquieran un alma completamente diferente a cuando las he visto en otro teatro. Tan especial que hace que cualquier producción adquiera otra dimensión. Aquí están algunos de mis mejores recuerdos. Además, soy un rendido admirador de Antonio Ruiz Soler, que lanzó la imagen del Festival y exploró estilos muy variados desde este teatro. Actuar cono mi compañía aquí, en estas circunstancias, va a ser algo único, estoy seguro.
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