Carlos Álvarez | Barítono
«Hacer personajes de malo me enseñó qué no debo hacer»Será protagonista esta noche de una gala lírica con ópera y zarzuela en el Carlos V, donde estará acompañado por la Filarmónica de Málaga
El barítono malagueño Carlos Álvarez (1966), descendiente de granadinos y 'recriado' musicalmente en esta ciudad, con la que le unen lazos muy estrechos, hace su ... debut esta noche en el Festival. Si bien es cierto que participó en el 'Réquiem' de Mozart con el que se abrió la emblemática edición de 2020, será la primera vez que afronte un programa completo, en compañía, por cierto, de la Filarmónica de su tierra, y de una granadina de nacimiento, María José Moreno, quien, sin embargo, ha desarrollado vida y carrera fuera de esta tierra. Álvarez ha sustentado una carrera sólida y coherente, y además, cuenta con el cariño de sus colegas, algo que no es tan frecuente como se podría pensar.
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–El sábado pasado le vimos en televisión, con Mariola Cantarero y Diana Navarro cubriéndole de elogios. ¿Cómo se gestiona el hecho de que todo el mundo no sólo le respete, sino que le tenga cariño?
–(Risas) La verdad es que uno tiene que poner de su parte. No para conseguir el cariño, que es una opción personal y que como dice la canción, ni se compra ni se vende. Pero sí me gusta crear ambientes de trabajo positivos, que al final hacen que los compañeros se alegren cuando te vuelven a encontrar.
–Suponemos que encantado de su debut 'efectivo' en el Festival.
–Estoy muy contento, sí. Para un joven malagueño estudiante de Canto que venía a Granada a ver a los grandes referentes de su especialidad, estar en esas mismas tablas es un orgullo. Debutar en el marco del Carlos V, un espacio que rompe con el estereotipo de sala de conciertos al uso, es un aliciente más.
–También tiene su importancia este repertorio mixto, de ópera y zarzuela, que le va a permitir mostrar toda su variedad vocal.
–Al final, nos damos cuenta de que lo más importante es que el público lo pase bien, y nosotros también. Comenzar con Mozart y 'bel canto' para pasar luego a la zarzuela, va a hacer que quien acuda a vernos hoy pase dos horas muy agradables.
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«En 1996, hace casi 30 años, ya había cantado en los principales teatros del mundo»
–El balance final de sensaciones que ofrecen muchos títulos del mal llamado 'género chico' permite que el público, efectivamente, deje la sala con una sonrisa.
–Así es, y aunque haya zarzuelas tan profundamente trágicas como 'La tabernera del puerto' o 'La golondrina', que abren hueco a la reflexión, es un género que permite el disfrute de los aficionados.
–¿Cuál fue el momento en que su vida cambió?
–Creo que fue a mediados de los 80, cuando se produjo el florecimiento de la enseñanza musical en nuestra tierra. Se abrió una puerta para quien, como yo, atisbábamos la posibilidad de dedicarnos profesionalmente a la música. Y yo estaba allí. Fue una cuestión de unir capacidad y oportunidad. En mi caso, la plataforma del Coro de Ópera de Málaga fue clave, y mi encuentro con mi representante, Alfonso García Leoz.
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–Es curioso lo de los representantes en el mundo de la clásica.
–Sí, tienen una labor muy ingrata a veces. Le puedo decir que le pago gustosísimamente sus emolumentos. Quizá haya mucha gente que no lo sepa, pero en 1996, casi 30 años atrás, ya había cantado en los principales teatros de mundo. Lo difícil luego es mantenerse, porque el mundo de la clásica vive mucho de las novedades. En Andalucía, nadie nos gana como emprendedores; ahora, ser continuadores, es otro asunto.
«Cuando a mediados de los 80 se produjo la eclosión de la música, tuve la suerte de estar allí»
–¿Hasta qué punto ha aprendido de sus personajes?
–Muchísimo. Hacer en muchas ocasiones el papel de malo, o de padre, merced a la identificación de los registros graves con ese tipo de papeles, me ha obligado a hacer introspección y aprender, no tanto lo que uno debe hacer, como lo que uno no debe hacer. Por ejemplo, vivimos en una etapa en que la corrección política está afectando a la selección de los repertorios, y eso es algo que no debemos hacer.
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–Sobre el escenario, estará acompañado por la Filarmónica de Málaga y María José Moreno.
–Muy bien acompañado. La Filarmónica ha tenido una gran evolución en los últimos años, hija de un trabajo constante y de un gran trabajo de dirección musical. Y María José Moreno es una magnífica soprano, de largo recorrido, amiga y a la que admiro mucho. No se puede pedir más.
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