Anna Lucia Richter y Ammiel Rushakevitz Pepe Marín

Paseo por el Lied alemán a lo largo de la historia

Excelente Anna Lucia Richter y eficaz Ammiel Rushakevitz

José Antonio Lacárcel

Jueves, 6 de julio 2023, 00:41

Tarde noche calurosísima en el patio de los Mármoles del Hospital Real. Tarde noche tórrida. En el descanso no se puede uno resistir a la ... tentación de asomarse a una de las balconadas del Hospital Real, la que da a la Plaza del Triunfo,, para sentir el frescor vicario que nos viene desde la fuente de dicha plaza. Calor en el escenario, calor que soporta con heroico estoicismo la gran mezzosoprano Anna Lucía Richter que nos ofrece un interesante paseo histórico-musical por el devenir de la canción, del lied alemán, a lo largo de la historia. Desde los balbuceos medievales, a los pórticos del Renacimiento para entrar luego de lleno en el mejor barroco, en el más puro clasicismo- Haydn y Mozart- y pasar al mejor siglo XIX con el insuperable Schubert, con la gentil Fanny Mendelssohn, con su hermano el gran Féliz, con el melancólico Schumann y Hugo Wolf. Después, siglo XX con los cambios y convulsiones estéticas que supone en la historia de la música, con Alban Berg, Wolfgang Rihm y, como remate, un Kurt Weill desenfadado, esencia misma del Berlín eterno, del Berlín que evoca cabaret, la otra gran música que se pierde en los pliegues de la historia musical que es lo mismo que decir de la historia de la cultura.

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Gran mezzosoprano la gentil Anna Lucia Richter. Voz cálida, densa, de muy musical registro medio, de agudos limpios, bellos, llenos de calidad. Quizá un poco más floja en los registro más graves. Pero voz intensa,, bien timbrada, llena de esa calidez, de ese aterciopelamiento sonoro que nos hace transportarnos a todos los tiempos y lugares que evoca el programa. Con ella un espléndido, extraordinario Ammiel Bushakevitz, piano y zanfona, pletórico, de gran personalidad, no un mero acompañante sino un colaborador que, legítimamente,, comparte el triunfo con la cantante.

Y ella sabe encontrar lo más bello, lo más auténtico de cada momento. Desde la añoranza de los siglos XIII y XIV para entrar en el mejor barroco, el de Bach, hacernos fácil la sonrisa con Haydn, deleitarnos con Mozart, dicho con sentimiento y autenticidad. Disfrutar con un formidable Schubert, el gran mago del lied y así hasta llevarnos a la hermosura de la música de los hermanos Mendelssohn, a la elegante melancolía de Schumann y a la musicalidad poética de Wolf.

Después… después el nuevo concepto de la música, el paseo por las creaciones señeras del XX para culminar con ese desgarro, con esa gracia no exenta de picardía del Kurt Weill que canta al eterno Berlín. Bello recital, hermosa voz la de Richter y piano mágico el de Bushakevitz.

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