«La música es la mejor maestra de la vida, y mi objetivo es seguir aprendiendo de ella»
Intérprete residente del Festival, ha participado en dos conciertos y hoy impartirá una clase magistral en el marco de los Cursos Manuel de Falla
Viernes, 1 de julio 2022, 00:43
Tabea Zimmermann (Lahr, Alemania, 1966) tiene la sonrisa franca y una alegría contagiosa. A pesar de que la compañía aérea extraviara su maleta y se ... viera obligada a 'improvisar' su vestuario, para ella lo más importante era que su viola le acompañara. En su hotel, repasó con IDEAL los compromisos que ha cumplido con éxito en el Festival y su visión de la música y los músicos.
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–Empezó a tocar la viola muy joven. ¿Por qué?
–Fue una cuestión familiar. Tenía tres hermanos y hermanas mayores que tocaban violín, chelo y piano, y me dije: por qué no yo también... En mi familia no había habido músicos con anterioridad. Fue la profesora de violín quien me invitó a tocar. Y hasta hoy.
–Más allá de una intérprete, es usted una 'música activa', y desarrolla su labor en diferentes dimensiones.
–Sí, porque pienso que la música es algo tan grande que va más allá del instrumento. Ello me ha permitido conocer a muchas personas, disfrutar compartiendo proyectos sonoros, de gestión, institucionales... La música es la mejor maestra de la vida, y yo quiero seguir aprendiendo de ella.
–¿Qué significa Hindemith en su vida?
–Primero, un gran compositor, con muchas facetas. Y un gran músico, no solo desde el punto de vista intelectual, sino como intérprete. El problema es que fue utilizado por los nazis y su figura ha sido malinterpretada. Quisiera recuperar su memoria a través de mi instrumento y que el éxito que tuvo en su día vuelva a reproducirse.
–Usted ha ofrecido dos conciertos muy distintos en el Festival.
–Sí, y ambos han sido un placer. Primero, encontrarme por primera vez con la Orquesta Ciudad de Granada y haber interpretado el estreno de la obra de Mauricio Sotelo en el Carlos V, ha sido un lujo. Gracias a ella he entrado un poco en el mundo del flamenco, que para mí va más allá de lo intelectual, aunque necesitaré muchos más conciertos para comprenderlo... (risas).
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–¿Cómo ha sido el trabajo con la OCG?
–Magnífico, tanto la disposición de los músicos como de Lucas Macías, el director. Todo ha sonado muy bonito.
–¿Y con Javier Perianes?
–Le conozco desde hace ya unos años, y tocamos de forma regular. Así que mantenemos una muy bonita amistad musical. Desde que tocamos en Bonn por primera vez en 2017, descubrimos que nos sentíamos muy cómodos trabajando juntos. Y aquí no ha sido una excepción.
–Usted ha sido directora artística del Festival Beethoven de Bonn. ¿Su 250 aniversario ha sido una de las mayores víctimas culturales de la pandemia?
–Nosotros tuvimos mucha suerte, porque desarrollamos nuestro ciclo de conciertos de cámara en las cuatro semanas previas al inicio de la pandemia. Pero sin duda, ha sido una pena, porque había muchos programas en torno al año Beethoven. Ojalá se alejen pronto definitivamente los efectos de este virus, de todo tipo, porque la música y la cultura han sufrido mucho.
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