La soprano italiana Anna Pirozzi será mañana la princesa Turandot. NOAH SHAYE

Anna Pirozzi | Cantante de ópera

«La moraleja de 'Turandot' es que no hay que rendirse ante la primera dificultad»

La soprano napolitana incorpora mañana a la inicialmente fría princesa china en la ópera de Puccini, que se presenta en versión concierto

Martes, 11 de julio 2023, 00:39

La soprano napolitana Anna Pirozzi (1975) es una de las grandes voces de la lírica italiana reciente. Su registro dramático de coloratura le ha valido ... para interpretar los grandes papeles del repertorio verdiano, pero mañana podremos observarla en el rol de Turandot, la fría princesa derretida por el amor en el título homónimo, del último Puccini. Tras interpretarlo en la versión escénica del Real en estos días, las limitaciones habituales imponen que en Granada la veamos en la versión concierto.

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La vamos a ver por primera vez en Granada.

–Así es, y estoy muy ilusionada con la posibilidad de cantar en esta ciudad. Todos me han hablado maravillas de ella, me han dicho que debo visitar la Alhambra –algo que haré sin duda– y que el lugar donde vamos a cantar, el Palacio de Carlos V, tiene mucha magia.

También tenemos un público bastante exigente, aunque necesitado de ver ópera.

–¿En serio? No lo sabía. Entonces lo vamos a tener que hacer muy bien para gustarles... (risas).

Llega usted a Granada con un maestro al que conoce muy bien, la vimos en el Real en 'Aida' en el montaje original, y su compenetración es estupenda...

–Luisotti es un gran maestro, al que conozco muy bien, es cierto, pero todo el elenco está fantástico. Jorge de León –con quien trabajo por primera vez– hace una interpretación de Calaf magnífica, y todos estamos dando, como siempre, lo mejor de nosotros mismos, para que quien acuda a vernos disfrute muchísimo con esta bonita historia.

Hay un tenor granadino, Moisés Marín, que interpreta al ministro Pang.

–Cierto. En el montaje escénico del Real, que retomamos tras nuestro paso por Granada, es uno de los cantantes que más se mueven, dado que la escenografía de Robert Wilson nos coloca a casi todos de manera estática. Fundamentalmente, el juego en el escenario se basa en las luces.

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El patio de butacas va a estar lleno. Dígale a ese público por qué han elegido bien.

–Han elegido bien porque nos encontramos ante la obra postrera de Puccini, con ese final escrito por Alfano, más moderno. En cualquier caso, la música de Puccini ya justifica el precio de la entrada.

¿Para usted, supone un reto 'extra' interpretar a Turandot?

–Para mí, es sorprendentemente llevadero, ya que es un papel que no me exige estar un gran tiempo en escena. Es más ligero que cantar cualquiera de los papeles de Verdi que he interpretado. Son apenas 20 minutos en el segundo acto y unos 15 en el tercero, con el dueto. Sin embargo, es un papel que no es fácil, porque tiene esos contrapuntos, esos saltos de octava. Es preciso tener una voz siempre presta, inmediata, que responda rápido a la subida hacia los agudos, pero si tienes este registro, para una soprano no es extremadamente difícil. Quizá lo más complejo sea el aria de presentación del personaje en el segundo acto, 'In questa reggia', que requiere mucha sangre fría y mucha concentración.

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Sin juicios

¿Qué nos enseña 'Turandot' hoy?

–Que no nos podemos rendir ante la primera dificultad. Que no podemos sacar conclusiones tras un primer encuentro. Turandot está inicialmente cerrada al amor, porque la historia de su antepasada le previene contra los hombres. Pero luego encuentra el amor en Calaf, después de que conoce verdaderamente sus intenciones, y tras haberle prejuzgado pensando que es un príncipe más. Para mí, el amor es el sentimiento más fuerte del mundo. Sin amor no se puede vivir. Soy una romántica, como puede ver... (risas).

Se dice de usted que es una soprano dramática, pero ha hecho mucho repertorio que sale de ese canon.

–No soy realmente una soprano dramática pura. Si por dramático entendemos 'Gioconda' o 'Andrea Chenier', tengo un registro mucho más amplio. Mi carrera se inició con papeles verdianos de coloratura, y me defino más como una soprano dramática de coloratura, o una soprano lírica con una voz versátil. No hago los papeles más ligeros, pero tengo un repertorio vasto que abarca desde Verdi, Bizet, Donizetti, Bellini...

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Usted cantó música pop en sus inicios. ¿Qué le sugiere la música pop de hoy?

–No me gusta, estoy muy desilusionada con lo que se hace hoy. Estoy acostumbrada a los grandes cantantes italianos de los 60, los 70, los 80, como Mina o Claudio Baglioni, cuyas letras eran poesía. Con música bella para el oído, no este ruido en que se ha convertido la música pop ahora, con melodías machaconas y letras simples y poco interesantes.

Cantarán ustedes a cielo abierto. ¿Una dificultad añadida?

–La voz lírica está hecha para cantar en teatros, pero hacerlo al aire libre supone una emoción distinta, muy bella. Si la acústica del Carlos V es tan buena como dicen, va a ser algo fantástico.

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