El guitarrista sevillano ayer en un momento de su actuación en el Palacio de los Córdova de Granada. RAMÓN L. PÉREZ

Dani de Morón nos propone la guitarra que viene

El guitarrista sevillano presenta en el Palacio de los Córdova de Granada su tercer disco '21' producido por Arcángel

JORGE FERNÁNDEZ BUSTOS

Granada

Viernes, 28 de junio 2019, 02:53

Al igual que Enrique Morente se planteó «una nueva manera de medir» en su disco 'El pequeño reloj' de 2003, Dani de Morón (Daniel López ... Vicente, Sevilla, 1981) se plantea una nueva forma de acompañar a la guitarra, dándole a cada cantaor un tratamiento distinto según su personalidad y melismas. Con el dígito '21' (su número preferido), como si fuera una declaración de principios del siglo en que vivimos, Dani presentó ayer, en el Palacio de los Córdova su tercer disco de estudio producido por el onubense Arcángel, quien participa como cantaor en el mismo. También se incluyen en este trabajo las voces de Duquende, Rocío Márquez, Esperanza Fernández, Jesús Méndez, Marina Heredia, Antonio Reyes, El Pele, Pitingo y Poveda, los nombres más importantes del cante del este siglo, dándole a cada cantaor, como decimos, el arrope necesario para su cante. Después de dos discos: 'Cambio de Sentido' de 2012, y 'El sonido de mi libertad', de 2015, en que actúa como solista, quiere demostrar en este '21', como buen aficionado al cante, que la plenitud de la guitarra flamenca debe ir indiscutiblemente a él asociada.

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Dani de Morón, guitarrista, compositor y arreglista desde un principio está tocado por la varita del virtuosismo. Tiene la facultad de ser libre sin abandonar el nido. Remeda por convicción a los grandes guitarristas de la historia, le lava la cara y recrea el toque a su estilo de innata armonía o rabia controlada hasta alejarse de los cánones, de la armonía, de la cadencia, del compás, para volver de nuevo a la estructura y hacer bolillos en el remate. Los cantaores lo saben y lo buscan. Los tocaores lo saben y lo imitan. Paco de Lucía lo llamó en 2007 para que lo acompañara como segunda guitarra en la gira del disco 'Cositas Buenas'.

Los mejores escenarios, los mejores festivales nacionales e internacionales cuentan con sus manos y sensibilidad, ayer fue el momento que el Festival de Música y Danza, en su edición número sesenta y ocho, lo trajese a Granada para presentar su buen hacer como protagonista, pues ya ha estado multitud de veces acompañando a unos y a otros o compartiendo tablas y luces.

'21', presentado por primera vez en concierto el 13 de julio pasado en Jerez de la Frontera intenta ser, como reza el programa de mano, «una primera antología del toque para el cante». Que viene avalado por los consejos que le brindó Paco de Lucía durante la gira de 'Cositas Buenas'.

Superdotado de la armonía

Dani es un superdotado de la armonía y del ritmo, que descansa en su derecha, sin embargo su verdadera revolución radica en la izquierda, que es la mano que piensa, como decía Paco de Lucía. Deja constancia de ello, sin ir más lejos, con la soleá por bulería con la que comienza el concierto. A su izquierda Los Mellis, los hermanos onubenses, dueños del compás, que imprimen un soniquete único en todo lo que tocan.

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El primer cantaor de la noche es el jerezano Jesús Méndez, con su voz limpia, potente y abierta. En plenas facultades aborda la soleá que propone el de Morón, quien se multiplica por tres o por los que haga falta arropándolos al mismo tiempo que admira sus metales (los recibe y los despide puesto en pie). Termina su entrega el cantaor por seguiriyas, donde Dani se recrea en el uso del pulgar.

El guitarrista, otra vez a solas con los palmeros, propone farrucas, antes de recibir la voz melodiosa de Antonio Reyes. Por soleares comienza su entrega, pero es el la zambra (casi tangos 'aremansaos') donde se aprecia la sabrosura de este cantaor. Una taranta de guitarra seca sirve para recibir al último de los invitados. El cantaor catalán Duquende se templa con cantes mineros para pasar a tangos camaroneros.

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Nuevamente Dani se queda sólo por granaínas, dedicadas a Juan Carlos Gómez, guitarrista de Algeciras allí presente. Y acaba la noche con una rueda de bulerías, donde los tres cantaores, en el orden que han llevado, se alternan generosamente para dejar constancia de la mejor noche en la que se han vivido dos horas de buen flamenco, disfrutando de la sonanta, de la técnica y la armonía, vislumbrando así que el flamenco que viene es personalizado.

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