Lo más de la arquitectura en Granada
La espectacular casa del Ventorrillo donde pinta Paco PometHogar y estudio. Así es la vivienda diseñada por José María Olmedo y José Miguel Vázquez donde reside y trabaja el reconocido artista granadino
Paco Pomet es uno de los grandes artistas contemporáneos de España. Su obra se ha expuesto en todo el mundo –últimamente en China–. Paco y ... su esposa Almudena, que viven y pacen en Granada, necesitaban una casa que fuera casa y, a la par, estudio. Se pusieron en contacto con los 'Josés de la arquitectura granadina', o sea José María Olmedo y José Miguel Vázquez, y la pareja ahora habita felizmente junto a sus hijos en una vivienda del Ventorrillo que, básicamente, pasa completamente desapercibida para los viandantes, pero que, de puertas hacia adentro, se presenta como un espectacular espacio donde la luz juega con los volúmenes y los volúmenes con la luz.
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«Paco y Almudena son discretos y nosotros también apostamos por una arquitectura discreta hacia afuera, pero llena de magia en el interior», explica José María. «Nuestro modelo es la Alhambra, que exteriormente se muestra como una 'sencilla' fortificación, pero que sorprende cuando te adentras en ella».
No es la primera vez que DTR, que así se llama el estudio de José María y José Miguel en el barrio de Vergeles (calle Violetas, 18), se enfrenta a un proyecto con estas exigencias. Ya lo hicieron con el hogar taller del artista Joseba Sánchez Zabaleta, en la localidad malagueña de Guacín, por el que obtuvieron prestigiosos reconocimientos como la selección para la Bienal Española de Arquitectura. «Paco y Almudena tuvieron la oportunidad de conocerlo y, de esta forma, aproximarse a nuestro trabajo», apunta José Miguel, quien agrega que la Casa para Almudena y Paco, que así se llama la criatura, «es como una silla con tres patas, perfectamente equilibrada como consecuencia del entendimiento entre constructor, arquitecto y promotor».
La edificación, situada en el Ventorrillo (Vegas del Genil), se erige sobre un solar de quinientos metros cuadrados con dos partes distintas. Una, situada a metro y medio de altura sobre la cota de la calle, donde Paco, Almudena y compañía hacen vida; y otra, a dos metros de profundidad respecto a la vía pública, donde el pintor se encierra para crear.
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Vayamos por partes. En la primera, la zona de noche está diferenciada de la día por un eje en forma de pasillo. A un lado, los tres dormitorios que dan a un jardín trasero, más tranquilo y silencioso para garantizar el descanso. Y al otro, un gran área diáfana donde se integran la cocina, el comedor, la sala de estar y la biblioteca, situada a una altura superior –se accede a través de una escalera–. De las paredes cuelgan varios cuadros. Algunos del propio Paco y otros de diversos creadores.
El salón conecta directamente con el porche y la piscina a través de unas grandes cristaleras corredoras que 'funden' dentro y fuera. La orientación sur de la fachada principal garantiza que el sol penetre en invierno, mientras que en verano se contiene con un voladizo.Los grandes ventanales y la ventilación cruzada también favorecen una temperatura confortable en los días más cálidos. Frente al alzado meridional, el opuesto se alimenta mediante lucernarios que propician interesantes contrastes en oquedades y techos –a unos cinco metros de altura respecto al suelo–.
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Otro 'mundo' bajo tierra
El lugar donde trabaja Pomet es 'otro mundo' dentro del mismo mundo. Hay que bajar unas escaleras para llegar hasta un pequeño patio donde está plantado un precioso ginkgo biloba, un árbol que proporciona tonos verdes en primavera y amarillos en otoño –es la especie que hay plantada en la Gran Vía–. Y desde ahí se accede al estudio, donde hay claramente diferenciados dos ámbitos, uno más elevado que el otro. En uno de ellos Paco aborda sus obras de gran formato y en el otro, las más pequeñas. Unas claraboyas de vidrio traslúcido que miran hacia el norte aportan una abundante iluminación difusa reforzada por unos 'tubos' especiales adosados a la techumbre.
La vivienda pasa completamente desapercibida para los viandantes
Los materiales de la Casa para Almudena y Paco son todos naturales.La madera es madera, el hormigón es hormigón y la piedra es piedra. No hay más que fijarse con un poco de atención para comprobarlo. La climatización se realiza a partir de un suelo radiante que proporciona calor, pero también frío. Para ello, la construcción dispone de placas fotovoltaicas. La piscina también aporta un punto de frescor –además de un lugar de esparcimiento en los meses estivales–.
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Y es que otra de las principales características de este domicilio es el máximo aprovechamiento bioclimático. El taller, por ejemplo, se beneficia del 'efecto cueva' –se halla literalmente bajo el suelo–. «No hace falta encender la calefacción, aunque está preparado para ello», explica José María Olmedo.
La Casa para Almudena y Paco es el perfecto ejemplo de funcionalidad al servicio de la estética. Un 'hábitat' donde vivir y ser feliz.
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