Ernesto Páramo, del Parque de las Ciencias: «La astronomía o la botánica son tan cultura como la danza o la poesía»

Páramo arrancó su ponencia con un gesto habitual en sus charlas escolares –y no escolares–: poniendo una bolsa oscura sobre la mesa. «Dentro –dijo– hay una cosa que todos llevan dentro, otra que podrían llevar y no quieren y otra que es... extraterrestre». ¿Por qué? Por una razón muy simple y poderosa: «Porque no conozco a nadie que no sea curioso. La curiosidad es la base biológica del ser humano, nuestro cerebro es portentoso y hay que ponerlo a trabajar». Canalizar esa curiosidad está en el origen, en la chispa que inició el Parque de las Ciencias. Y ahí tienen el argumento, tajante: El Parque de las Ciencias es una fortaleza cultural de Granada. «Lo es para la ciudad, en general, y lo es para la ciudad como candidata a 2031», afirmó Páramo. Aunque, antes de exponer las virtudes del museo, el director quiso hacer una advertencia: «Cualquier proyecto supone un esfuerzo enorme de mentes, ilusión, dinero, organización... Así que sólo vale la pena pelear un buen proyecto. Este puede serlo. Pero para eso hay que tener un buen proyecto que podamos tener pronto escrito para que la ciudad lo visualice».

La clave del Parque de las Ciencias en este viaje, para Páramo, reside en que «la cultura ya no es algo destinado a un pequeño segmento de la población. Hay que tener una visión amplia. Y aunque todavía le choque a la gente, la astronomía o la botánica son tan cultura como la danza o la poesía. Cultura es lo que hace la civilización humana». De ahí que el director del Parque subraye la importancia de la música clásica y, también, del rap, «quizás más importante para atraer a gente joven». «Y la UGR, el CSIC, la investigación médica y sanitaria, el observatorio astronómico, el patrimonio industrial, la gestión del agua... Granada cultural no debe ser un monocultivo. Sí, La Alhambra y Sierra Nevada están ahí, pero hay mucho más».

Páramo repasó los éxitos del Parque desde sus inicios y cómo ha evolucionado, siempre, de la mano de la ciudad. «Recuerdo cuando propusimos la idea, hace muchos años. Me decían: ¿cómo se le ocurre que 100.000 personas van a venir al museo de ciencias pagando? Afortunadamente sí que interesa. Y cada año más». El museo, «híbrido de centro interactivo, historia, planetario, jardín botánico, bioparque, galería cultura, lugar de congresos, productor de servicios...», cuenta ya con una autofinanciación del 49%, con convenios con grandes museos internacionales y con el apoyo de todo tipo de público («no sólo gente de la ciencia, o sólo niños, o sólo vecinos, o sólo los de fuera»). Por eso, Ernesto Páramo concluye así: «Granada ha sabido conectar con el Parque y el Parque con la ciudad, eso se refleja en esta mesa. Ahora, la capitalidad cultural necesita de la autonomía que ha disfrutado el Parque para crecer».

Luis Salvador, alcalde de Granada, que se definió como apóstol del Parque de las Ciencias «desde pequeñito», afirmó que la capitalidad cultural es eso, «el modelo que muestra el museo». Salvador, además, agradeció a Páramo el legado que ha dejado en el Parque, «formando un equipo que dejará una herencia muy importante en la ciudad».

¿Que qué había en la caja? Un corazón «auténtico»;un marcapasos, «con sus pilas y todo»;y un trozo de meteorito.