Ecos y batallas junto a la tumba del Gran Capitán
Ana Lucía Buzón clausuró la XX Academia de Órgano en el Monasterio de San Jerónimo
ANDRÉS MOLINARI
Lunes, 13 de septiembre 2021, 01:35
Con cierto retraso por imprevisiones de los organizadores acerca de las tareas del monasterio, disfrutamos ayer del último concierto de esta vigésima Academia Internacional de ... Órgano de Granada. Una joven organista al teclado del instrumento que llegó de Santa Paula y, como siempre al quite y afinando, el imprescindible Francisco Alonso padre de unos órganos granadinos y ayo de otros.
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Joven pero gran organista, Ana Lucía Buzón ofreció un programa que mariposeó sobre el barroco tanto ibérico como germánico y neerlandés. En su atril alguna pieza hecha para la liturgia, pero la mayoría obras de pura abstracción musical con evidentes rasgos melódicos que sugieren actividades humanas, desde la danza hasta la guerra y desde la meditación hasta la digresión. Por eso escuchamos diferencias Cabezón, gallardas de Cabanilles, una corriente italiana e incluso una pieza de título mitológico, todas correctamente interpretadas por la ya experta organista.
Sonidos limpios, evocaciones renacentistas, invitaciones al baile. Si he de destacar dos momentos del concierto matinal de ayer, me quedo con la fantasía en eco de Sweelinck, un juego compositivo de fachadas y lejanías fingidas, y la batalla de Cabanilles, pintiparado final para un concierto en ese crucero en el que dicen que está enterrado el Gran Capitán. En ambos casos manos masculinas escribiendo y femeninas al teclado para demostrar las posibilidades expresivas de un pequeño órgano varado frente al retablo de un grandioso templo.
Parafraseando la clásica propuesta de las diócesis castellanas, esta edición de vigésima, las dos equis, ha sido también la de las Edades de la Mujer. Un bonito reojo a dos mujeres organistas. Ambas en los extremos de su experiencia: Monserrat con 95 años y Ana Lucía con 30. También representantes de los dos cuadernillos que este año ha paginado la Academia: grandísimas figuras internacionales como la mencionada Torrent, el suizo Guy Bovet o Enrico Viccardi, que se atrevió con el Ordelbüchleinen de Bach, encuadernadas junto a cuatro miembros de la Joven Academia de Órgano de la que Ana es fiel representante.
Cita clásica del septiembre musical granadino, firme a pesar de los tiempos, que tanto mandan: esta vez azafatas ausentes, como tantos académicos, programas de mano descargables en móviles, gel de manos a la entrada… pero con la novedad, esta edición, de la visita a varios órganos para ver sus entresijos. Y siempre ese ahínco en dar vida a la mitad de los instrumentos granadinos, en destellar como academia al menos una vez al año, y en despedir con música al verano, que estos días ya se muestra endeble de bochorno y soslayado de resol.
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