José Javier León, ante un grupo de extranjeros en Plaza Nueva, con su libro. RAMÓN L. PÉREZ

Las divertidas 'patadas al diccionario' de los extranjeros

Temas como el sexo, la familia o la cocina forman parte de los que aparecen en el cariñoso libro de pifias 'Guiriguerías', publicado por José Javier León

Lunes, 23 de agosto 2021, 00:43

Estar 'Lost in translation' como el título de la famosa película de Sofia Coppola, es una situación que todos hemos vivido alguna vez. A saber ... las pifias que hemos cometido creyendo expresarnos correctamente en un país al que acabábamos de llegar. Estas 'patadas al diccionario', aunque en muchos casos muevan a risa, ante todo, y para un profesor de español para extranjeros como José Javier León, mueven al cariño. El escritor granadino, que ha escrito ya varias obras de investigación en torno al flamenco y la Edad de Plata, se ha decidido, después de casi 40 años de experiencia en la enseñanza, a recopilar en 'Guiriguerías', que ha publicado con mucho mimo Pepitas Editorial, algunos de los más simpáticos errores cometidos por sus alumnos.

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A lo largo de 192 páginas, 'Guiriguerías', que podría ser el primero de una serie de libros sobre esta materia, agrupa los errores gramaticales y de expresión de los alumnos por temas, tan variados como el sexo, las relaciones familiares o la comida. «Comencé a trabajar como profesor de Lengua, Literatura y Cultura Española para extranjeros cuando apenas tenía 20 años», recuerda José Javier León. Fue en el Carmen de las Cuevas, en los primeros años 80. Afirma el escritor que esa etapa constituye el inicio de la pujanza del español entre los foráneos, que ha vivido un crecimiento exponencial en estas cuatro décadas.

En aquellos primeros años, los extranjeros que venían a Granada a conocer algo más de nuestra eran centroeuropeos, sobre todo alemanes, suizos, franceses y británicos. Hoy, sin embargo, en el Centro de Lenguas Modernas, donde imparte sus clases, la mayoría son norteamericanos. «Aunque los chinos están irrumpiendo con mucha fuerza, sobre todo antes de la pandemia. No sabemos qué ocurrirá ahora», comenta. ¿Cómo es un 'guiri'? «Para mí, el término, que personalmente uso muy poco, se relaciona más con un estudiante blanco, centroeuropeo o norteamericano, que viene a hacer turismo. Nosotros no denominamos así a ningún italiano, griego, portugués o hispanoamericano, y también son extranjeros». La etimología de la palabra es curiosa: parece venir de 'guiristino', derivado a su vez de 'cristino', término que designaba a los extranjeros que ayudaron a la reina María Cristina, madre de Isabel II, en las guerras carlistas de mediados del XIX.

Fórmula para calmar a un bebé: «El niño llora mucho... ¿Le pones su chupito, por favor?»

José Javier León afirma haber aprendido tanto como ha enseñado durante estas cuatro décadas como docente. «Recuerdo que cuando empecé, tenía dos alumnas de más de 60 años, Helen y Ruth, alemanas, mucho más leídas y viajadas que yo. Aquellas clases, y muchas después, han sido un intercambio de conocimientos. Además, quien llega a Granada para aprender sobre el idioma y la cultura españolas lo hace con un interés de partida, lo que supone una gran ventaja para quien tiene la responsabilidad de enseñarles».

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Por todas estas razones, 'Guiriguerías' está hecho desde el cariño. La forma de definir las expresiones que se incluyen en el libro (casi un millar) es, en paralelismo con las greguerías de Gómez de la Serna, explicadas como «metáfora + humor», «error extranjero + humor accidental o indocumentado». El volumen se divide en 13 capítulos y un prólogo llamado 'Aprovechando que mi suegra pasa por Valladolid', donde el autor se remonta a los clásicos griegos para reseñar las complicadas consecuencias que puede tener el hecho de mofarse de los errores ajenos, y reivindicar el tono general de comprensión que destila el libro.

De todo un poco

A partir de aquí, el lector puede solazarse con deslices relacionados con las presentaciones en sociedad, en el capítulo 'Lo reconozco a la vez que me introduzco';las relaciones familiares, en 'La familia mal, gracias';la fauna e incluso la flora en el capítulo 'Zooilógico';la anatomía y lo escatológico en 'Caca, culo, pedo, pis y... esas partes';los acontecimientos de nuestra existencia como especie en 'Historia clínica';la peculiar visión que tienen los extranjeros del arte jondo en 'Flamencolicología';la buena educación en 'Póngame a los pies de los caballos';las letras en 'Histeria de la Literatura';la pasión, no necesariamente desenfrenada, en 'Un ano de amor'; la descripción propia y ajena en '¿Y cómo es él?';la comida y bebida en 'Que mañana ayunaremos'; la correspondencia más o menos formal en 'Cartas en el asunto', y todo lo relacionado con el tálamo en 'El sexo, el infalible'.

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Todo cabe en este libro. Desde definir el abanico como «es una cosa que tienen hombres y mujeres pero hombres lo tienen más pequeño y de colores menos llamativos. Ocupa poco espacio y sirve para soplar», hasta describir un susto de tal guisa: «Cuando oyó el ruido se corrió el cuarto como una mujer loca». También inventar una medicina infalible para cuando los bebés dan la vara más de la cuenta:«El niño está llorando mucho... ¿Le pones su chupito, por favor?». Odar un nuevo sentido al refranero:«El problema es que pides peras al horno». Eincluso, dar una nueva utilidad gastronómica a los juristas: «Me encantan abogados. Los prefiero en ensalada o con limón y sal, siempre maduros, los que son muy frescos amargan». Muchos otros, algunos bastante políticamente incorrectos, los podrán descubrir en esta desternillante obra.

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