«La diversión no está reñida con la complejidad musical»

–El Swing se ha puesto muy de moda ¿se sienten un poco responsables?

–Es cierto que, desde hace ya muchos años, se ha revisitado este movimiento musical desde muchos ámbitos (baile, música, moda, arte…). Si nosotros, en nuestros casi 14 años de carrera, hemos ayudado a difundir estos estilos 'viejunos' para que lleguen a nuevos públicos, pues por supuesto encantados.

–Cantando la música de la Gran Depresión ¿se entiende mejor la que está cayendo ahora?

–El swing es una música universal que llega con facilidad porque es una música de fuerte tradición popular. Nosotros desde hace ya años, y varios discos atrás, componemos nuestras propias canciones dentro del estilo y añadiendo en ellas diferentes mixturas que abren paso a otras influencias que tenemos como músicos.

–Si no recuerdo mal su actuación en el Festival de Jazz de Granada fue en la calle, ¿mejor así?

–Actuar en la calle es una experiencia que disfrutamos mucho porque abre la posibilidad de acercarte a un público que a priori de otra manera no te escucharía, pero contar con las posibilidades escénicas de un teatro también nos parece muy interesante, es otro concepto. Sabemos adaptarnos al entorno que nos propongan desde la organización de los distintos eventos, ya sea sala, teatro o aire libre, todo es disfrutable y adaptable a nuestra propuesta.

–Se lo pregunto porque recuerdo a un conocido clarinetista de la era del swing, Mezz Mezzrow, que en sus deliciosas memorias ('Really the Blues', aquí 'La Rabia de Vivir'), decía que el jazz murió cuando entró en los teatros y ya no se podía bailar. No sé si comparten sus tesis.

–El jazz no murió, pero quizás se alejó un poco de la calle. Nosotros hemos querido volver a los orígenes pues nos parecía muy interesante recuperar ese carácter popular que tuvo el jazz, y demostrar al público que asiste a nuestros conciertos que puede ser una música tan cercana como cualquier otra y que la diversión no está reñida con la complejidad musical.