Dos niñas, entusiastas voluntarias del juego aderezado con música. ALFREDO AGUILAR

La OCG descubre la magia de la música a 2.000 niños granadinos

'¡Voilà: música!' une ilusión y notas y llena las butacas del Falla con un público de edad sensiblemente inferior a la media, para acercarse a Mozart o Strauss

Viernes, 27 de enero 2023, 00:46

Los rancios espectáculos de magia –realizados muchos de ellos por indudables maestros, que conste– tenían como fondo música que hoy llamaríamos, benévolamente, «de ascensor», con ... redobles incluidos para subrayar los momentos estelares, en que la ayudante –siempre eran mujeres, claro– aparecía de una pieza tras ser presuntamente aserruchada a conciencia. Hoy no. Hoy las bandas sonoras de los buenos espectáculos mágicos se estudian a conciencia. Pero, ¿qué ocurre si la música de fondo va firmada por Mozart, Sarasate, Haydn o Strauss? El resultado se llama '¡Voilà: música!' y es el concierto didáctico que la Orquesta Ciudad de Granada ofrece hasta hoy y reproducirá los días 22, 23 y 24 de marzo. Una propuesta llevada adelante por Enrique García Velasco, 'Quiquemago' en el mundo mágico, y que ha colocado frente a los músicos de la formación granadina a la directora surcoreana afincada en Viena, Michelle Mi-Jung Kim. Y en el patio de butacas, solo en la mañana de ayer, a casi 2.000 niños procedentes de 28 colegios granadinos.

Publicidad

Kim afirma que la idea de este espectáculo le fascinó desde el mismo momento en que la oyó. «Es verdaderamente increíble trabajar con niños como público. Estoy muy feliz de estar aquí, dirigiendo este concierto. Creo que es fundamental introducir este legado humano que es la música clásica entre los más pequeños. Es nuestra responsabilidad mantener el interés de las nuevas generaciones en su conocimiento», comenta.

La surcoreana alaba especialmente la implicación de agrupaciones como la OCGen el trabajo didáctico. «Aquí, en España, tienen ustedes maravillosas orquestas. He trabajado con las cuatro andaluzas, de hecho, y este programa requería de un grupo con la experiencia y la profesionalidad de la orquesta de Granada para llevarlo adelante». Como buena asiática, tiene, además, una visión de conjunto y a largo plazo. Por ello, asegura: «Al ofrecer espectáculos como este, estamos trabajando para el futuro. Estos niños serán quienes mañana sean los abonados de las orquestas y ocupen los asientos de los auditorios». Yfinaliza: «Aunque es estupendo que escuchen músicas muy diversas, como el pop o el hip-hop, sin la clásica, no tendrán una visión completa del universo sonoro».

Michelle Mi-Jung Kim y Quiquemago, 'afinando' en los instantes previos al inicio. A. A.

También alaba Kim el ambiente de trabajo. «Dirigir en España es muy distinto a hacerlo en otros países europeos. Partiendo de la excelencia necesaria para ofrecer un buen espectáculo, es bueno que, más allá de lo estrictamente técnico, se perciba cierta unión humana, afinidad de sentimientos y emociones, porque la música es también esto. Por eso me gusta tanto trabajar aquí».

Publicidad

Quiquemago corrobora esta conexión, que para él tiene mucho de magia. «Introducir el asombro en la música no es algo que haya inventado yo. Autores como Tchaikovsky, Mozart o Paul Dukas ya crearon piezas con conexiones mágicas. He tratado de ir un paso más allá, sin embargo. Uno a mi condición de mago la de músico, y me gusta transmitir la idea de que son disciplinas muy imbricadas», afirma. El ilusionista asegura que lo sonoro y lo mágico tienen numerosos puntos de encuentro. «Ambos son de naturaleza efímera. Tras una nota se hace el silencio; tras una ilusión, también. En ambos, además, se aúna la importancia de la sorpresa. De hecho, una de las obras del repertorio es el 'Andante' de la 'Sinfonía número 94' de Haydn, titulada 'La sorpresa'».

Esfuerzo de concentración

El esfuerzo de las profesoras –la práctica totalidad eran mujeres– por mantener la atención de los niños fue ímprobo. Alas toses del principio le sucedió la escucha más o menos tranquila, y el deseo de participar. Apenas Quiquemago comenzó su exposición, ya había manos levantadas para hacer preguntas. También meriendas a medio tomar que intentaban terminarse a escondidas, chicos en la postura del loto encima de los asientos, otros que pedían hacer pipí a deshora, y los inevitables 'fabricantes de píldoras'. Entre las docentes la valoración era unánime:ojalá ellas hubieran tenido la oportunidad de disfrutar de un espectáculo así a la edad de sus alumnos.

Publicidad

En cuanto al desarrollo artístico de la propuesta, esta es impecable, dado que cuenta con la colaboración de los integrantes de la orquesta, más allá de su importante papel como ejecutantes de las notas. Y lo cierto es que no da respiro: apenas Quiquemago sale al escenario, comienzan las sorpresas. Un zapato que se ata solo, un teléfono móvil que, literalmente, arde, un pájaro que desaparece... A lo largo de una hora, sobre el escenario del Falla se oyen desde el 'Zapateado' de Sarasate, hasta la 'Danza húngara número 5' de Brahms, y antes de llegar a la conocida 'Marcha Radetzky' de Johann Strauss, hay espacio para una muñeira, canciones tradicionales irlandesas o un tango tan conocido como 'El Choclo'. La magia de la música, explicitada ante un coro de bocas abiertas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad