Darash, música granadina con un éxito global

Como recuerda Juana Larreta, percusionista del grupo, todo comenzó cuando el gaitero Juan Antonio Rodríguez; Juan Cabello Donaire, violinista y multiinstrumentista; Jorge Parada, mandola y mandolina, y Pablo González Cobo, también músico versátil que viene del mundo del rock, iniciaron un proyecto transversal al que luego se incorporó ella misma, y que conecta la herencia musical y las propias vivencias y experiencias tímbricas de sus componentes para crear un sonido muy original. «Antes de entrar en el grupo fui bailaora flamenca», comenta Juana, «y es curioso cómo el heavy, por ejemplo, está muy conectado con la tradición musical secular».

A lo largo de este tiempo, el grupo ha ido creciendo en repertorio. «Pablo tiene una gran facilidad para componer, hemos ido enriqueciendo nuestra propuesta musical muy rápido», dice, «y yo le ayudo a dar el toque rítmico». El flamenco está presente en el fondo, pero de forma muy tenue. «No somos un grupo de flamenco fusión. Y no tenemos tampoco cantante, porque hacemos música instrumental».

A partir de este concepto, Darash ha esparcido su forma de entender los sonidos allí donde ha sido posible hasta el inicio de la pandemia. «Cuando decimos que hacemos música medieval hay quien piensa que nos dejamos constreñir por la formalidad, que somos muy serios, cuando lo que hacemos es muy libre. Nuestros conciertos son vibrantes, porque tenemos un narrador que guía al espectador de una forma muy especial».

El repertorio es, pues, casi enteramente propio, en una mezcolanza donde se amalgama el folk con sonidos turcos, magrebíes e incluso celtas, con palpitaciones entre lo histórico, lo épico, lo festivo y lo romántico. De este modo, cada concierto de Darash es un viaje sonoro y emocional sin moverse del sitio. «El público no se pregunta de dónde viene lo que hacemos, pienso que se limita a disfrutar sin etiquetas, porque el disfrute no tiene barreras», opina Juana Larreta.

El disco mezcla temas más antiguos con otros más nuevos. Incluso hay algunos cortes que han ido modificando su sonido en estos años. «Si oigo las primeras grabaciones de las mismas canciones y oigo cómo suenan ahora, se puede observar una evolución muy importante», afirma Juana Larreta. El primer álbum de Darash sale a la luz tras un trabajo de casi tres años. Durante este tiempo, lo que más ha pesado en el ánimo del grupo es la necesidad de ofrecer calidad sin fisuras, «y creo que, más allá de la lógica tensión creativa, creo que lo hemos conseguido. Los instrumentos suenan como deben, y la producción es excelente».

La pandemia ha retrasado la puesta de largo del disco, prevista para el 28 de marzo en el Palacio de los Condes de Gabia, y ahora, como a tantos músicos, les ha dejado varados en la playa de la incertidumbre, pero cada uno de sus miembros –sus redes sociales lo atestiguan– sigue trabajando y haciendo música. Antes de tener que enclaustrarse, solo en los últimos tiempos, habían pasado por eventos como el Festival Internacional de Músicas del Egeo, en Grecia; el Festival Internacional de Música Sefardí de Córdoba, el Festival Internacional de Músicas del Mundo de Almería, en la Fundación Tres Culturas de Sevilla… Para este año, tenían prevista su presencia en el Parapanda Folk o en el Jardín Nazarí de Vélez de Benaudalla.

Sobre los temas que integran este álbum, el primer single fue 'Servus' ('Esclavo'), siendo el segundo 'Skrothos' que también cuenta con un videoclip muy juguetón donde los componentes dan rienda suelta a su talento lo mismo en la cubierta de un ferry que en una plaza, pasando por una divertida escena de camerino con pelucas y gorras incluidas. «Nos divertimos mucho trabajando juntos», asegura Juana Larreta. Con todo, fuera de ese imprescindible 'buen rollo' que debe desprender cualquier músico que tiene una relación 'sana' con su arte, en los cortes que integran este primer disco hay mucho más que sonidos. Está la esencia de una cultura milenaria, que ahora, gracias a su inclusión en Mundofonías, llegará a las cuatro esquinas del planeta.