Arqueología

El cuento de la Granada romana

Las tres, con la colaboración de la dibujante María Jiménez y la empresa granadina Go Fans Go, han elaborado un precioso cuento donde explican cómo era aquella Florentia Iliberritana de los siglos I y II después de Cristo. La publicación, de cuarenta páginas, se llama 'Bajo nuestros pies, un paseo por Florentia', publicado por la editorial de la UGR y que esta en fase de distribución.

La historia conecta con los chiquillos –y con los padres de los chiquillos– de una manera muy directa. Todo empieza con el descubrimiento de una inscripción funeraria de una tal Emilia en el Alfar de Cartuja, uno de los yacimientos romanos más importantes de Granada donde todos los años hacen prácticas los alumnos del grado y el máster de Arqueología de la UGR. Emilia, que según la lápida falleció con tan solo veinticinco años, es la protagonista de la trama junto a su abuelo Ilurcus, de ascendencia ibérica, y un simpático perrito. La joven realiza un recorrido por Ilíberis a partir de la información facilitada por diferentes excavaciones, mientras busca una pieza de cerámica para reparar un telar.

«La idea –explica Macarena Bustamante-Álvarez– surge de un proyecto de investigación de la Junta de Andalucía y fondos europeos Feder para divulgar los resultados científicos del Alfar de Cartuja». «Nuestra intención es acercar al alumnado de Primaria y Secundaria la realidad de la arqueología y de una época, la de Roma, poco conocida».

¿Qué espacios aparecen en 'Bajo nuestros pies, un paseo por Florentia'? Pues aparece, por ejemplo, la zona del criptopórtico en el barrio del Albaicín. Pero también se recoge cómo eran las zonas comerciales mediante la recreación de un mercado. Un itinerario donde se presentan restos de gran valor como el Togado de Periates, una bellísima escultura en bronce que se puede ver en el Museo Arqueológico de Granada.

Macarena, Elena, Begoña yMaría también muestran como era el entramado urbano, la organización social del momento y la industria, haciendo un guiño a las importantes villas romanas que se han localizado en las últimas décadas en la capital. La de la calle Primavera, en los Vergeles, y también la de los Mondragones, donde se encuentra el molino de aceite de mayor tamaño de toda la región de laBética y con mayor capacidad de procesado de aceituna.

Aunque sobre todo se habla sobre el Alfar de Cartuja, un complejo alfarero del periodo alto imperial, fechado entre los siglos I y II d. C., situado frente a la Facultad de Teología de la UGR. Los primeros trabajos arqueológicos se llevaron a cabo entre 1964 y 1965 a cargo de Sotomayor Muro. Desde entonces se ha seguido actuando ahí, lo que ha permitido la documentación de diez hornos de diversos tamaños y características, destinados a la cocción de vajillas finas, cerámicas comunes y materiales de construcción, además de numerosas estancias y estructuras para el perfecto funcionamiento de la instalación fabril.

'Bajo nuestros pies, un paseo por Florentia', del que se ha realizado una tirada inicial de más de trescientos ejemplares, ha supuesto dos años y medio de trabajo. «Hay una parte de realidad y otra de ficción», asegura Macarena Bustamante-Álvarez, quien recalca que la obra no está pensada tan solo para los chavales, sino también para sus progenitores.

El problema, según Bustamante-Álvarez, es que la Granada romana ha quedado eclipsada por el vasto patrimonio árabe. «Hay pocas evidencias visuales de esa etapa», concluye. «Las intervenciones arqueológicas, promovidas por entidades como la UGR, están permitiendo que abramos ventanas en el subsuelo para completar el puzzle de la Historia de Granada».

En este sentido, la futura construcción del centro de interpretación de los Mondragones «será una pica en Flandes», a juicio de Bustamente-Álvarez, para que los ciudadanos se puedan acercar de una manera directa al conocimiento de aquella floreciente Granada de comienzos de la era cristiana.